El atún rojo es tan importante que sin ellos los sistemas oceánicos colapsarían. Todo ello hace exigir al sector pesquero un incremento de las cuotas. Es además uno de los peces más consumidos en el mundo. Desgraciadamente, eso ha provocado que el atún rojo (Thunnus thynnus) se encontrara en una situación de sobreexplotación entre los años 1990 y 2008. Esto causó que el atún rojo estuviera en peligro de extinción. Si pensamos que esto solo es un riesgo para las empresas, debemos mirar más de cerca el problema, ya que el atún rojo es fundamental para la red alimenticia marina debido a que, sin ellos, los sistemas oceánicos podrían colapsar.
Desde el 2006 se han tomado medidas que han sido satisfactorias para la recuperación de esta especie.
Pero conozcamos primero al gran atún rojo del Atlántico o aleta azul (blue fin, en inglés). Es una especie migratoria, por lo cual, su población se distribuye por todo el océano Atlántico Norte, por encima del ecuador hasta Noruega, y desde el Mediterráneo Occidental hasta México.
Existen dos poblaciones o stocks independientes de atún rojo: una población menor de la zona occidental del Atlántico que desova en el golfo de México; y un stock mayor de la zona oriental del Atlántico, distribuido en el Atlántico Este, el Mediterráneo y, en el pasado, el mar Negro, con el mar Mediterráneo como zona de desove.
La gran importancia ecológica del atún rojo viene dada a que es un depredador alfa, se encuentra en lo alto de la cadena alimentaria del océano. Según el World Wildlife Fund (WWF), el atún rojo del Atlántico representa un papel importante en su ecosistema, ya que consume una amplia variedad de peces —arenque, anchoa, sardina, anjova, caballa y otros— y ayuda a mantener el equilibrio de esas poblaciones. Según el WWF, «la extinción ecológica de esta especie tendría un efecto en cadena imposible de predecir en los ecosistemas del Atlántico Norte, el Mediterráneo y el Golfo de México, y conllevaría consecuencias graves para muchas otras especies de la cadena alimentaria».
Madurez de 4 a 5 años
La madurez de edad del atún rojo es de 4 a 5 años. Una hembra de 5 años puede llegar a producir una media de cinco millones de huevos al año. Pero el problema con el sistema de pesca, que se había llevado por tantos años, era que pescaban individuos por debajo de su talla biológica de reproducción y que en las zonas reproductivas, se encuentran la mayoría de las pesquerías mediterráneas. Esto tiene un impacto negativo y había mermado el stock de ejemplares reproductores de una manera muy alarmante de hasta un 15% de su población, llegando a estar en peligro de extinción.
Por ello, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), desde el 2006, está realizando un gran y estricto plan para la recuperación de estas poblaciones, la cual ha sido satisfactoria y ha llegado a los objetivos, incluso cinco años antes de lo previsto, siendo esto un rotundo éxito en la recuperación del atún rojo. Aunque, también ha sido sumamente controvertido y políticamente delicado.
Esta recuperación tan rápida de la población se debe a las fuertes medidas realizadas. Esto es una excelente noticia y genera esperanza para otras especies.
A continuación, les indicamos algunas de las medidas tomadas por España:
- Establecimiento de listas de buques autorizados a la captura de atún rojo.
- Asignación de cuotas individuales por barco.
- Establecimiento de puertos designados para el desembarque / transbordo.
- Establecimiento de un régimen de control en puerto
- Establecimiento de un régimen de control de las operaciones realizadas por los buques cerqueros en el Mediterráneo y en las granjas de engorde.
- Establecimiento de un régimen de control en las almadrabas.
- Establecimiento de un programa de observadores.
- Establecimiento de normas para la pesca deportiva y recreativa.
- El incremento de la población del atún rojo ha sido tan eficiente que en el 2019 se ha llegado, según datos oficiales, a aumentar un 14% la cuota de pesca mundial y una cuota en España correspondiente a 5.532,16 toneladas.
Esto es un gran avance y demuestra que se puede recuperar una especie en peligro de extinción si todos los actores involucrados trabajan con un objetico común, se necesita el apoyo gubernamental, de asociaciones y empresas. Creando, de esta manera, un precedente que puede ser empleado para otras especies y así generar una pesca sustentable.