Dentro del Año Internacional de la Pesca y Acuicultura Artesanales, el MAPA ha editado un gran poster mostrando la importancia de las reservas marinas de interés pesquero para apoyar a la pesca artesanal. Han transcurrido 36 años de existencia de las reservas que se ha demostrado que la pesca artesanal es compatible con la necesaria conservación de la mar.
Porque es una actividad esencial, como se ha constatado a lo largo de las olas de la COVID 19.
Porque es una actividad del sector primario, estratégica y de gran interés socio económico en el litoral español.
Porque el acervo pesquero, poco conocido e incluso en algunos aspectos con riesgo de pérdida, tiene un valor científico y patrimonial.
Los pescadores son escoitas del mar como apunta Manuel Rivas y queremos y debemos escucharles.
Reservas Marinas, garantía de futuro, en beneficio de todos.
El programa se puede consultar en:
Las reservas marinas han logrado la recuperación de las pesquerías al garantizar una pesca artesanal controlada. La mejora de los caladeros revierte en una recuperación de los ecosistemas y la conservación de especies. Los estudios científicos desarrollados en las reservas marinas españolas demuestran que “la abundancia, el tamaño medio, y la biomasa reproductora de las poblaciones explotadas aumentan rápidamente cuando la pesca se detiene”. Las reservas marinas apoyan la pesca tradicional y artesanal y siempre bajo vigilancia.
Además, se ha constatado un efecto de ‘rebosamiento’ en las reservas marinas, ya que cuando aumenta la densidad de una especie de interés pesquero dentro de una reserva marina y se alcanza la capacidad máxima de la reserva para albergarla dentro de sus límites, se produce una emigración de los individuos del interior de la reserva a los alrededores de la misma, quedando a disposición de las pesquerías del entorno y beneficiando así a los pescadores locales.
«Ha habido un cambio de mentalidad. Algunos sectores, al principio, veían las reservas como algo impositivo»
El secretario general de la Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, señala que las reservas marinas de interés pesquero han sido” positivas, es una figura buena y aceptada por el sector pesquero”. “En las zonas donde se establecen las reservas, mejora la biodiversidad y que hay buscar el equilibrio entre la conservación de la biodiversidad, la explotación sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria, y en general esta figura ha servido para ello”, asegura.
Para Garat, la creación de las reservas marinas “debe basarse en la ciencia y contar con la colaboración del sector pesquero desde el principio, para su análisis, su comprensión y su aceptación para que funcione”.
La reserva marina de las Islas Columbretes alberga una de las poblaciones más importantes del Mediterráneo del coral amenazado ‘Cladocora caespitosa’, madrépora mediterránea. Esta especie es extremadamente sensible al aumento de la temperatura del agua de mar y en 2003 se detectó una mortalidad masiva por el caluroso verano. Desde entonces se realiza un seguimiento periódico de las mortalidades que sufre el coral, asociadas a la temperatura del agua. Los resultados obtenidos gracias al establecimiento de estos protocolos han permitido describir, por primera vez en el Mediterráneo, la relación existente entre el calentamiento del agua y estas mortalidades masivas.
La red de reservas marinas cuenta con 5 zonas de protección pesquera bajo gestión del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, 7 con gestión mixta con la comunidad autónoma y otras 16 reservas de gestión autonómica. En total, España cuenta con 28 reservas marinas de interés pesquero.
En la reserva de la Isla Tabarca, la primera reserva creada en 1986, crían especies de valor comercial muy alto, como los meros, langostas, lecholas, según destaca la presidenta de la asociación de armadores de Santa Pola, Remedios Ruso, y siempre con “un control muy riguroso, vigilada continuamente”.
En la reserva marina de la de Islas Columbretes, creada hace 32 años, cuatro islotes volcánicos entre Baleares y el litoral valenciano, y gracias a su protección se han observado aumentos significativos del número de langostas, por lo que los científicos del Instituto Español de Oceanografía consideran que la reserva actúa de foco de repoblación de langosta en zonas adyacentes.
En Cabo Tiñoso, la presencia de Posidonia oceanica sirve de sustento a numerosas especies ligadas al litoral como salmonete, sargo y caramel, que encuentran un ambiente favorable para reproducirse y desarrollarse. En esta reserva, destaca la presencia de poblaciones de aves marinas como el paíño europeo y la pardela cenicienta; y es un espacio natural de gran importancia para la conservación del delfín mular y la tortuga boba.
En este sentido, la reserva del Mar de Alborán es clave para las poblaciones de cetáceos y tortugas, al ser la única vía de paso entre el Atlántico y el Mediterráneo de especies altamente migratorias, así como poblaciones residentes de cetáceos.
Cada reserva marina se divide en dos zonas: la reserva integral, en la que solo se autoriza la investigación científica, y el resto de la reserva marina en la que en función de la preservación de los caladeros se permite, siempre previa autorización, la pesca artesanal, la pesca recreativa, el buceo y el uso científico.
La pesca en las reservas también está controlada en los artes y aparejos que se emplean, en la talla de las capturas, en los días que se permite pescar y en los cebos que se puede utilizar. Y para el submarinismo también se establecen límite en el número de buceadores y guías, en la temporada y horarios de inmersiones y las áreas en la que se puede bucear.
Para garantizar que se cumple la normativa y se respeta la reserva marina, el Ministerio cuenta con 22 buques de vigilancia y 23 guardapescas. En las 12 reservas de gestión del Ministerio o mixta hay censados 498 barcos con bajo impacto ambiental que pueden pescar en las reservas y se realizan más de 20.000 inmersiones de buceo al año.
Para Óscar Esparza, biólogo marino y coordinador de Área Marina de WWF, “las reservas marinas de interés pesquero son altamente efectivas y se ha demostrado su eficacia y son una herramienta muy potente de conservación y de protección”. Los efectos en ver resultados en la mejora tardan entre 5 y 10 años, pero llegan. Y advierte que lo importante es “mantener los sistemas de gestión, la vigilancia y el seguimiento científico, porque con la crisis de 2008 a 2010 se redujeron las partidas para vigilancia y todo el esfuerzo realizado, en un año se puede venir abajo, por un aumento de actividades ilícitas”.
Los mares representan la octava economía del planeta, y la más ignoradaA. H.
Esparza apunta que “ha habido un cambio de mentalidad, ya que a lo largo de los años ha habido una legitimidad por parte de sectores que al principio veían las reservas como algo impositivo y que fiscalizaba la actividad y había cierto rechazo”. De hecho, apunta que desde el sector pesquero ahora se promueve la creación de reservas marinas.
En este sentido, los pescadores de Cádiz están impulsando la creación de una reserva marina en el Mar de Gades y en Baleares, la de Tagomago, al norte de Ibiza.
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