Prestamistas ilegales estafan a los pescadores británicos

El Equipo de Préstamos Ilegales de Inglaterra (IMLT) advierte a los trabajadores de la industria pesquera de los peligros de los prestamistas ilegales. Se advierte a los trabajadores del sector pesquero que se enfrentan a dificultades financieras que tengan cuidado con los prestamistas ilegales que se ofrecen a ayudarles con préstamos.

El Equipo de Préstamos Ilegales de Inglaterra (IMLT, por sus siglas en inglés) se dirige a los profesionales del sector para informarles de que disponen de ayuda si se encuentran en apuros o han contraído deudas con un prestamista ilegal.

Tony Quigley, jefe del IMLT de Inglaterra, también conocido como Stop Loan Sharks (Alto a los usureros), afirma: Muchos pescadores trabajan por cuenta propia: una semana pueden ganar 2.000 libras, pero a la siguiente, 100. Por eso es difícil hacer un presupuesto y ahorrar, sobre todo cuando se tienen varias semanas malas seguidas».

«Hay prestamistas ilegales en todas las comunidades del país, no se limitan a las grandes ciudades. Se dirigen a cualquier lugar o sector en el que la gente pueda tener dificultades económicas y se aprovechan de ellos cuando son más vulnerables.

«El sector pesquero es uno de los sectores en los que los trabajadores pueden verse sometidos a presiones financieras y nos preocupa que los prestamistas ilegales se fijen en ellos, como sabemos que han hecho en el pasado».

Casos de ilegalidades

En un caso tratado por el IMLT, un pescador fue amenazado con violencia tras pedir un préstamo a un prestamista ilegal. Necesitaba dinero para un vehículo y, debido en parte a la imprevisibilidad de sus ingresos, le había resultado difícil obtener crédito a través de los canales habituales.

Los agentes de LIAISE del IMLT intervinieron para apoyar al prestatario y le ayudaron a rehacer su vida. El prestamista ilegal fue procesado y condenado a una pena de prisión en suspenso por problemas de salud.

Tony añadió: «A menudo, estos prestamistas fingen estar haciendo un favor a la gente, pero no es así. Al carecer de la debida autorización, los prestatarios carecen de protección, y el prestamista puede inventarse las normas, cobrar tipos de interés elevados y, en última instancia, recurrir a las amenazas e incluso a la violencia para obligar a la gente a pagar.

«Queremos asegurarnos de que todas las personas potencialmente vulnerables sepan cuáles son sus opciones y dónde pueden pedir ayuda. Cualquiera que piense que puede haber sido víctima de un prestamista ilegal puede llamar a nuestros agentes especializados para pedir ayuda y asesoramiento con total confianza.

Y si alguien necesita pedir dinero prestado, las cooperativas de crédito son una forma segura de hacerlo para quienes no pueden acceder al crédito a través de los canales habituales».