La flota atunera estima unas pérdidas de 80 millones tras la nueva medida de ICCAT sobre el atún patudo, en el océano Atlántico por parte de ICCAT, debido al alto impacto que la reducción de capturas de esta especie puede tener en otras como el rabil y el listado, según ha informado en un comunicado.
En concreto, la flota española calcula que una reducción del 20% de las capturas de patudo al cerco (en torno a 6.000 toneladas) representaría unos daños colaterales de unas 54.000 toneladas de rabil y listado, así como unas pérdidas económicas de, al menos, 80 millones de euros, considerando sólo el valor de mercado de estas dos últimas especies, para las que el cerco no está sujeto a cuota.
Más pérdidas
Según la flota, representada en Opagac, a ello habría que añadir las pérdidas en términos de actividad en las fábricas conserveras, puertos de desembarco, pérdida de puestos de trabajo o necesidad de desguace de una cantidad considerable de buques de apoyo, si la Comisión decidiese también limitar o eliminar la actividad de estos buques, lo que supondría la destrucción de más de 500 empleos directos, la mayoría de marineros africanos.
Opagac ha indicado que medidas de este tipo «pondrían en riesgo la viabilidad» de un sector que lleva desde los años 60 trabajando en el océano Atlántico y generando actividad económica en muchos países en vías de desarrollo de la región.
Por otro lado, y según Opagac, entre las medidas que se contemplan en los proyectos de recomendación presentados, la mayor preocupación se deriva de las consecuencias que puede tener sobre la actividad de la flota el reparto de los derechos de pesca.
Para la organización pesquera, partiendo del hecho de que sólo el 10% de los túnidos tropicales capturados por la flota española en el Océano Atlántico son atún patudo, cualquier decisión sobre la gestión de este stock debe reconocer este hecho y aplicar medidas consecuentes para minimizar el impacto sobre otros porque la gestión de los túnidos tropicales debe de ser diseñada de manera que las tres especies, de las que el listado supone el 60% de la captura, el rabil el 30% y el patudo el 10%, sean gestionadas de manera «conjunta y eficaz».