Food 4 Future – Expo Foodtech y Pick&Pack for Food Industry presentan las 7 tendencias que definirán el futuro de la industria alimentaria
La industria alimentaria se reunió el pasado mes de abril en Food 4 Future – Expo Foodtechy Pick&Pack for Food Industry, que se celebraron simultáneamente en Bilbao del 16 al 18 de abril con el objetivo de descubrir y analizar los retos a los que se enfrenta el sector de la alimentación y bebidas, marcados por un contexto económico inflacionista, nuevos hábitos de consumo que llevan a nuevas demandas por parte del consumidor, y una regulación cada vez más exigente entorno a la sostenibilidad. De la mano de 482 expertos de la industria alimentaria a nivel mundial, Food 4 Future y Pick&Pack, junto con el equipo de innovación tecnológica de AZTI, han identificado las 7 tendencias que marcarán el futuro de la industria alimentaria en los próximos años:
Tradicionalmente España ha tenido una historia de baja inflación agroalimentaria, algo que ha cambiado en los últimos años con un incremento anual de dos dígitos de la inflación relativa a los alimentos y las bebidas no alcohólicas. Esta problemática, unido a que muchas regiones están especializadas en un solo producto, provoca riesgo de fluctuaciones en el mercado. Para hacer frente a estos retos, Food 4 Future ha puesto de manifiesto la importancia de avanzar hacia el modelo europeo de explotaciones agrícolas más eficientes y productivas, con mayor colaboración del sector privado, algo que permitirá fortalecer la competitividad de las compañías españolas. Las alianzas entre fabricantes y fomentar la resiliencia, la innovación y la colaboración son claves para garantizar el éxito en un sector en constante evolución.
Las demandas y hábitos de los consumidores han cambiado y ahora reclaman experiencias personalizadas. Muchas empresas utilizan ya los datos y las últimas tecnologías, como la inteligencia artificial, para adaptar productos y servicios a esas nuevas preferencias individuales y se espera que la tendencia continúe así en el futuro. Además, la sociedad ha girado hacia una vertiente donde el consumidor valora como principales drivers la salud, el sabor, la conveniencia y la sostenibilidad y donde las ventas directas se han incrementado notablemente. De esta forma, las firmas de alimentación y bebidas están ganando cuota de mercado, ganándose al comprador en el contexto actual de ajuste de precios, y forjando una robusta competencia para el resto de los actores. Entre los nuevos hábitos también destaca la demanda alimentos más saludables y sostenibles, que ha propiciado la innovación en alimentos alternativos, como los creados a base proteínas vegetales, hongos, algas y los sustitutos de la carne.
La industria alimentaria se enfrenta a múltiples desafíos en términos de sostenibilidad, impulsados por el cambio climático, la gestión eficiente de recursos como el agua y la energía, y la necesidad de descarbonización para alcanzar cero emisiones netas. También está enfocando sus esfuerzos en la importancia de minimizar las emisiones de gases de efecto invernadero, optimizar los materiales de envasado, mejorar la ecoeficiencia en los procesos productivos y fomentar el reciclaje en todo el ciclo de vida de los productos. Para ello los proveedores resultan fundamentales, así como las prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles, junto con cadenas de transformación de alimentos más eficientes y la minimización del desperdicio alimentario.
La transformación digital que está viviendo el sector alimentario ha traído consigo la robotización y automatización en las plantas de producción, pero también se está haciendo extensible a otras prácticas como la cosecha, pulverización y la poda en la agricultura. Otras tendencias que marcarán el futuro en el ámbito del agri-food tech son la fermentación de precisión, las tecnologías de eficiencia, la excelencia operacional o la visión artificial industrial para detectar defectos de calidad, entre otras. La aplicación de tecnologías es también clave para garantizar la calidad y seguridad alimentaria, con monitoreos en tiempo real, modelos preventivos, trazabilidad desde la granja hasta la mesa, y envases y etiquetas inteligentes para asegurar la calidad de los alimentos ya envasados. A todas estas revoluciones hay que sumarle la computación cuántica, que está captando una gran atención en el ámbito de la innovación.
La preocupación por un estilo y una alimentación saludables es cada vez mayor, de ahí que la nutrición personalizada haya ganado peso en los últimos años. Las empresas están poniendo sus esfuerzos en conseguir productos más sanos sin renunciar al placer y el sabor mediante nuevas técnicas. También seguirá sobre la mesa el debate sobre los alimentos ultra procesados y la necesidad o no de legislarlos. Se trata de un asunto donde no hay consenso y donde existe un alto grado de desconocimiento entre los ciudadanos sobre los sistemas de etiquetado. Una comunicación trasparente en los envases ayudará a los a los consumidores a tomar decisiones informadas al respecto.
El packaging también vive un cambio de paradigma impulsado por varios factores entroncados: el avance de la descarbonización, la aplicación de tecnologías para la optimización de procesos y la adaptación a una normativa cada vez más exigente con la sostenibilidad. El sector se encuentra en estos momentos inmerso en grandes desafíos impulsados por las nuevas normativas contra el desperdicio alimentario y los envases, que impactarán en el ecodiseño, la tendencia hacia el monomaterial, la reutilización y el aumento del material reciclado, entre otras cuestiones.
La eficiencia de la cadena de suministro es crucial. La tecnología permite una mayor producción y volumen, una flexibilidad más amplia, y más trazabilidad, algo que repercute en el aumento de negocio para las empresas del sector. Por este motivo ya se están aplicando soluciones de Inteligencia Artificial, robótica, automatización o blockchain para mejorar la eficiencia logística en la cadena de valor alimentaria. El uso de robots e IA permiten manipular gran variedad de productos, e incluso embalar cajas con productos de distintos tipos y tamaños a través del uso de visión artificial, mejorando la eficiencia, ahorrando tiempo y aumentando la sostenibilidad a la par que se reducen los costes.
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