A pesar de la determinación mostrada por su Directora General, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, la Organización Mundial del Comercio (OMC) no logró alcanzar un acuerdo a mediados de julio sobre las «subvenciones pesqueras perjudiciales».
La reunión ministerial, que tuvo lugar el jueves 15 de julio por videoconferencia, consistió en una sucesión de recordatorios de las posiciones de los 104 ministros y jefes de delegación, entre ellos el vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, por la Unión Europea (UE).
En su comunicado final, Ngozi Okonjo-Iweala se mostró optimista sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo antes de la 12ª conferencia mundial de la organización, que se inaugurará el 29 de noviembre en Ginebra. «Durante los últimos 20 años, ni siquiera nos hemos puesto de acuerdo para iniciar las conversaciones, y por primera vez los ministros han dicho: vamos a negociar», dijo la mujer, que convirtió este asunto en una prioridad en cuanto asumió la dirección de la organización.
¿Qué son las «subvenciones perjudiciales»?
Así pues, en septiembre se iniciarán nuevas negociaciones, basadas en el proyecto presentado a finales de junio por el embajador colombiano Santiago Wills, presidente del grupo de negociación de la OMC sobre subvenciones a la pesca. Pero las distintas partes implicadas en estas discusiones, que en principio debían concluir a finales de 2020, están aún lejos de tener el mismo punto de vista sobre lo que constituyen subvenciones perjudiciales para la pesca sostenible.
Según la coalición de ONG ecologistas Stop Funding Overfishing, que cuenta con 181 organizaciones, algunas de ellas muy influyentes (Oceana, Client Earth, Bertarelli Foundation, Environmental Justice Foundation, Our Fish, Pew, WWF, Bloom, etc.), esto abarca un abanico muy amplio de medidas, desde las subvenciones a la construcción hasta el apoyo al mercado y la exención del impuesto sobre el combustible, e incluso la financiación de la investigación pesquera. Según ellos, el combustible libre de impuestos mantiene en funcionamiento flotas que de otro modo no serían rentables.
Valdis Dombrovskis, en nombre de la Unión Europea, dijo que esto incluía «todas las subvenciones a la pesca ilegal, no regulada y no declarada, así como las subvenciones que contribuyen al exceso de capacidad y a la sobrepesca». Pero la UE, al igual que otros países desarrollados (Noruega, Japón, etc.), se niega a incluir el combustible libre de impuestos en la definición. También se indica que la salud de las poblaciones es más una cuestión de buena gestión de la pesca, que funciona bastante bien en el Atlántico Norte.
China en la línea de fuego
El otro punto crítico en las negociaciones de otoño será la flexibilidad que podría concederse a los países en desarrollo, grupo en el que China sigue situándose. La UE desea que este régimen de exención sea limitado en el espacio (pesca costera artesanal) y en el tiempo. La UE tiene en el punto de mira la pesca de altura china, que opera directamente o a través de empresas conjuntas, como en muchos países africanos.
China también está en el punto de mira de Estados Unidos, que quiere que se apliquen sanciones comerciales a los países que no combatan suficientemente el trabajo forzoso a bordo de los buques pesqueros. En el contexto del enfriamiento de las relaciones chino-estadounidenses, esta demanda apremiante, que también afecta a otros países asiáticos como Tailandia, es una espina más y hace dudar de la conclusión de un acuerdo en otoño.