Los bonos de Naviera Armas, dueña de Transmediterránea, se desploman hasta casi la mitad de su valor después de que Moody´s y Standard & Poor´s hayan rebajado su solvencia.Naviera Armas, la primera compañía española de transporte de pasajeros y de carga por mar de España, está flotando en aguas revuelta.
La compañía canaria, renombrada Grupo Armas Transmediterránea tras la compra en 2018 de Transmediterránea por 260,4 millones de euros, se ha desplomado en los mercados de capitales tras las advertencias de varias agencias de calificación sobre sus apuros financieros. Fuentes del mercado indican que el grupo, con una deuda total de 665 millones, ha contratado al banco de inversión Alantra para que le busque inversores que aporten capital.
Los bonos de Naviera Armas se han derrumbado hasta el 56% de su valor nominal, lo que ha provocado que los inversores hayan encendido las alarmas sobre la capacidad de la compañía de seguir a flote. La semana pasada, Moody’s rebajó su ‘rating’ por segunda vez en poco más de cuatro meses desde ‘B2’ a ‘B3’, con una perspectiva negativa por sus estrecheces de liquidez. Esta nomenclatura significa que Naviera Armas tiene una calificación de bono basura, la misma que unos días antes le había otorgado Standard & Poor’s al rebajar también su nivel de solvencia desde ‘B+’ a ‘B’.
Fuentes financieras señalan que Naviera Armas, propiedad de la familia del mismo apellido, se ha puesto en manos de Alantra para buscar dinero fresco con el que reforzar su capital y poder hacer frente a sus próximas obligaciones con la banca y los bonistas. En concreto, la compañía de transporte marítimo, que gestiona la mayoría de las rutas en las Islas Canarias y las que conectan el archipiélago con la Península, ha pedido una línea de crédito de hasta 150 millones. Pero, según otras fuentes, el intento no ha dado el resultado previsto.
El grupo canario ya puso en venta el pasado mes de diciembre algunos de sus buques para obtener liquidez inmediata con que cumplir con sus pagos. Entre ellos, el Ciudad de Cádiz, un barco renovado de 186 metros de eslora, con una capacidad para 400 pasajeros en camarotes y 150 en butacas. La operación ascendía a unos 35 millones de euros, dinero que le ha servido para evitar a última hora incumplir una de sus obligaciones financieras por una línea de crédito de 100 millones. Además, la compañía ha puesto en marcha un plan de ajuste de costes, que incluye el cierre de varias líneas no rentables, como la Gandía-Ibiza y la Alcudia-Ciudadela.
Pero, aun así, Naviera Armas tiene una proporción de deuda sobre su beneficio de explotación o ebitda de 5,6 veces, una ratio muy alta, debido a la caída del 12,2% de sus resultados operativos hasta el tercer trimestre de 2019. Una situación que se está viendo afectada aún más por el impacto del coronavirus en el tráfico de pasajeros, debido al pánico generalizado en el sector turístico y las restricciones impuestas por las empresas. Una coyuntura a la que se suma la dura competencia de Balearia.
Moody´s considera que, «si las condiciones macroeconómicas o del negocio se deterioran, los fondos que la compañía podría ser capaz de obtener por la venta de barcos serán inferiores a los previstos o incluso no podría desinvertir en el tiempo necesario» para cumplir con sus obligaciones de pago. La agencia de calificación de solvencia añade que, en cualquier caso, «la liquidez seguirá ajustada en 2020», ya que dependerá de una «fuerte recuperación de los beneficios para limitar la caja negativa prevista o ‘free cash flow».
Ajuste de costes a la vista
Para Moody´s, el futuro de Naviera Armas pasa por conseguir sinergias operativas con Trasmediterránea por unos 50 millones de euros, lo que se traduciría en la puesta en marcha de un duro plan de ajuste de costes. El grupo ya aplicó un expediente de regulación de empleo (ERE) para 150 personas el pasado año. De lo contrario, la ratio de deuda sobre ebitda podría dispararse hasta las 8,5 veces, lo que generaría muchas dudas sobre su capacidad de hacer frente a una línea de crédito que expira en 2021 y a los vencimientos de los bonos de 2023 y 2024. En total, unos 665 millones en el aire.
Algunos de los principales bonistas, entre los que se encuentran Deutsche Bank y BlackRock, han intentado deshacerse ya de sus posiciones por temor a que Naviera Armas no pueda alcanzar sus objetivos. Sobre todo después de que las expectativas de beneficio operativo que manejaba Moody´s se hayan reducido desde los 110 a los 65 millones.
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