España es un entorno privilegiado en cuanto a recurso eólico, y claro ejemplo es que en onshore somos un país de referencia a nivel mundial. La dificultad que tenemos, es la profundidad que tienen nuestras costas. Aunque tenemos muchos kilómetros de costa en una serie de profundidades la tecnología fija no puede ser usada. Lo que se ha hecho es esperar a que se empiece a desarrollar la tecnología flotante para, de nuevo, volver al mercado de la eólica marina y complementar la eólica onshore con una capacidad que tenemos de instalación enorme.
Este es el momento que trata de aprovechar Navantia Seanergies, porque la tecnología ya empieza a estar desarrollada. Esto lo podemos ver en zonas de Francia y también la mediterránea, y por supuesto nuestro país vecino Portugal, ya están sacando subastas de gran escala con tecnología flotante, y es el momento de España.
Por ello tras la espera ahora se quiere desarrollar estas tecnologías
Aello se une que el Gobierno, muy alineado con esos momentos, está dando los pasos. El año pasado se emitió la Hoja de Ruta con un plan muy ambicioso de tener instalados entre 1 GW y 3 GW para 2030, con lo que se pueden desarrollar los parques, y, por supuesto, la industria con las claves de lo que tenemos que hacer ahora para hacer realidad ese ambicioso plan.
Además, están los POEM (Plan de Ordenación del Espacio Marítimo), la planificación de las áreas, que establecen los puntos más adecuadas para poner en marcha esos parques. Son áreas que seguramente desde una óptica única, desde el punto de vista técnico, no son las mejores, pero evidentemente lo que se tiene que buscar en esto que estamos viendo con el desarrollo de la eólica en Europa, es un consenso pleno entre todos los actores que intervienen en el desarrollo de la eólica offshore. Hablamos de la pesca, el turismo, la defensa, el medio ambiente… todos esos actores juntos hacen que distintas áreas que se hayan identificado sean las más equilibradas y las más adecuadas para desarrollar los parques eólicos.
Ya hay distintos desarrolladores, distintas utilities, muy interesadas en el plan nacional, estoy hablando por supuesto de Iberdrola, como no puede ser otro, también de Ocean Wind, que es una empresa que podríamos denominar española, y otros actores internacionales que están tirando del interés de desarrollar los parques eólicos en España.
En Navantia dentro del segmento industrial de constructores de lo que son las cimentaciones, se han ido labrando un papel internacional de credibilidad que les permite poder ordenar lo que es la cadena de suministro. Y ese trabajo que están haciendo ya, mirando a ese ambicioso plan español, es tratar de llegar a acuerdos con pequeños y medianos astilleros españoles con los que pueden jugar un papel muy importante en este desarrollo, para que se sumen a esta experiencia y a este viaje con nosotros, y contribuyamos todos a desarrollar la eólica marina.
Sin eso, va a ser complicado. Si no se suman va a ser complicado que se desarrolle dentro de un panorama nacional. Evidentemente, estamos en un marco europeo y hay empresas europeas que van a venir y van a tirar también para cumplir ese reto que ha fijado el Gobierno y sus compromisos macro.
Tanto la onshore como la offshore han tenido una curva de evolución positia, se han ido reduciendo los costes de manera muy significativa, casi mes tras mes. Con la tecnología flotante, que es la que se va a desarrollar en España, está pasando lo mismo. Nuestras primeras experiencias, ya que somos uno de los fabricantes a nivel internacional en cuanto a plataformas flotantes, desde nuestras primeras plataformas hasta las últimas que hemos hecho y entregado hace escasos meses, ha habido una evolución tecnológica importante, que ha contribuido a abaratar los costes.
En este sentido, Navantia tiene un papel muy importante que jugar. «Nosotros no nos hemos querido meter hasta ahora en ser diseñadores ni en tener una tecnología propietaria, porque hemos pensado que ese papel lo tienen que jugar los desarrolladores. Pero les hemos ayudado a optimizar sus diseños para que se hagan más fácilmente construibles, y entre todos contribuyamos a reducir esos costes, y el resultado está ahí», señalan desde Navantia Seaenergies.
Los costes de la flotante todavía están por encima del onshore, «pero desde luego ya no están tan alejados». Si a eso le suman otra serie de ventajas que tiene -como el uso de máquinas con potencias mayores o que los recursos son más estables- pues hacen que en el número global sea rentable.
«Estamos convencidos, y no lo dice solo Navantia sino que lo dicen los estudios a nivel internacional, que dentro de unos años va a ser la reina entre todas las energías renovables. Se espera que, a partir de 2040, que todavía nos parece que está muy lejos pero el tiempo pasa, la eólica offshore supere a la onshore y se convierta, en Europa al menos, en el número uno en cuanto a la generación».
Junto a ello están invirtiendo en esa parte, en mejorar y optimizar los procesos productivos. «Estamos ahora construyendo una fábrica de monopiles, está perfectamente orientada a robots de soldadura, que va a contar con la última tecnología y digitalización para que sea más eficiente».
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