Un total de 20 países y la Unión Europea dieron pasos importantes hacia la mejora de la sostenibilidad de la pesca y la acuicultura al adoptar 17 decisiones fundamentales, incluidas 12 recomendaciones vinculantes, durante la 47ª sesión de la Comisión General de Pesca del Mediterráneo (CGPM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), celebrada en Roma, Italia.
La CGPM es la organización regional de ordenación pesquera con autoridad para emitir recomendaciones vinculantes para el desarrollo de la pesca y la acuicultura en el Mediterráneo y el Mar Negro. En su sesión anual, los miembros de la CGPM participaron en importantes debates para revisar y aprobar propuestas de recomendaciones y resoluciones, todas ellas basadas en el mejor asesoramiento científico disponible.
«Esta sesión anual concluyó un año de intensos esfuerzos de colaboración y demostró el compromiso continuo de los miembros de la CGPM para abordar los desafíos cada vez mayores que enfrenta el sector de la pesca y la acuicultura en nuestra región», dijo Miguel Bernal, Secretario Ejecutivo de la CGPM.
Mares sanos y pesquerías productivas
El porcentaje de poblaciones de peces que sufren sobrepesca en el Mediterráneo y el mar Negro ha descendido a su nivel más bajo en una década (menos del 60 %), pero la presión pesquera sigue siendo el doble del nivel considerado sostenible, como se destaca en la publicación insignia de la CGPM El estado de la pesca en el Mediterráneo y el mar Negro 2023. Para hacer frente a este desafío, la CGPM trabaja en todos los aspectos relevantes para la gestión sostenible de la pesca.
Las decisiones adoptadas esta semana incluyen el refuerzo de las medidas que abordan la gestión de numerosas especies prioritarias de la CGPM, entre ellas la anguila europea, el coral rojo, el sargo, la merluza europea, la cigala, el espadín europeo, el rodaballo, la rapa bocina, la mielga y el esturión.
En el mar Adriático, la finalización de un riguroso proceso de evaluación de la estrategia de gestión respaldó una decisión histórica de establecer normas de control de la captura de especies individuales y límites de captura anuales para la sardina y la anchoa europea, alejándose de los límites de captura conjuntos aplicados hasta ahora y promoviendo la sostenibilidad ecológica y la estabilidad económica.
Mientras tanto, en el mar Negro, se adoptó un pequeño aumento de los límites de captura para el rodaballo, una especie clave que ha visto una reducción de tres veces en la mortalidad por pesca y un aumento de tres veces en la biomasa y ahora se está acercando a la sostenibilidad como resultado de la adopción de un plan de gestión plurianual en 2017. Esta decisión tiene como objetivo incentivar a los pescadores y disuadir la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR), al tiempo que mejora la recopilación de datos sobre el esfuerzo pesquero y los descartes, e identifica otras medidas técnicas para mitigar la captura incidental.
Nueva zona restringida de pesca en el Mediterráneo
La gestión espacial también fue el centro de atención, ya que los países acordaron crear una zona restringida de pesca (FRA) en el canal de Otranto en el mar Adriático. Esta decisión establece una zona central donde las actividades de arrastre de fondo están prohibidas con el fin de proteger los ecosistemas marinos vulnerables formados por corales bambú y mejorar la productividad de los recursos marinos vivos mediante la protección de hábitats esenciales para los peces, como los de los camarones rojos de aguas profundas. También delimita una zona de amortiguación, donde se regulan las actividades pesqueras.
Apoyo al crecimiento sostenible de la acuicultura
La acuicultura fue otro componente crucial de los debates celebrados esta semana, en los que los países reconocieron el progreso realizado para mejorar el desarrollo sostenible del sector, así como los numerosos programas de asistencia establecidos en toda la región el año pasado.
Para hacer frente al hecho de que el cambio climático desencadena enfermedades emergentes que amenazan la productividad y el crecimiento del sector, los países acordaron establecer una red para monitorear las enfermedades de la acuicultura y minimizar los riesgos asociados con el comercio.
También se adoptaron principios para la inversión responsable en acuicultura, destinados a mejorar el atractivo del sector para los inversores y destacar su papel en la seguridad alimentaria.
La sesión anual priorizó el fortalecimiento del cumplimiento para garantizar que los países miembros implementen efectivamente las decisiones de la CGPM, apoyando así sus compromisos de desarrollar y regular las operaciones pesqueras y acuícolas.
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