Así, en los próximos dos meses no podrán volver a faenar en esas aguas, donde apenas han podido lanzar sus redes durante algo más de una semana, dada la mala mar que han tenido, con continuos temporales de viento, sobre todo de levante que les impide atravesar el Estrecho.
Por otro lado, para la flota de cerco y palangre se volverá a abrir el periodo de pesca en el caladero nacional del Golfo de Cádiz a partir de este 1 de febrero, aunque muchos esperarán al mes de abril o mayo para regresar a la mar a capturas los preciados boquerones, cuya cuota está limitada hasta el mes de junio.
Otros barcos artesanales se quedarán en la bahía de Barbate para capturar los jureles y las caballas que también tienen buena salida comercial en estas fechas. También en el mes de febrero comienzan los preparativos de las artes de pesca de las almadrabas que operan en la costa de la Janda y Tarifa.
Una actividad en el puerto de Barbate que se está viendo afectada por multitud de daños en las artes de pesca, e incluso a bordo de algunas embarcaciones. Los profesionales de la mar vienen desde hace tiempo reclamando más vigilancia en este recinto.
El último incidente ha tenido lugar en la noche de este sábado al domingo. El patrón del pesquero, ‘Ramona de Joya’, se ha encontrado las redes de su embarcación con las cuerdas cortadas para llevarse los plomos, lo que supone un importante perjuicio laboral y económico. Así, su responsable ha presentado la pertinente denuncia en el cuartel de la Guardia Civil, lo que permitirá visualizar las cámaras de seguridad del recinto portuario, e intentar reconocer quién o quienes han podido ser los autores de estos hechos.
Un perjuicio que hubiese sido mayor, si esas redes se hubiesen subido a bordo y se detectarse la falta de los plomos en alta mar, lo que supondría volver a puerto son toda una jornada de pesca perdida, ya que esa plomada sirve para hundir la red en la mar.
Desde hace mucho tiempo los pescadores de Barbate vienen reclamando más vigilancia en el recinto portuario ante los daños que se están provocando a sus redes, algunas de ellas impregnadas de ácido clorhídrico, conocido popularmente como aguafuerte, que destruye al completo una de las principales herramientas para pescar, y cuya reconstrucción es casi imposible.
Los pescadores, no entienden que la Consejería de Fomento, haya realizado una importante inversión en estas instalaciones portuarias, que se quedan abiertas por la noche, y con escasa vigilancia, lo que también ha convertido en puerto en un botellódromo.
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