Tanto la Cofradía de Pescadores de Pasaia como el puerto pesquero y la lonja en los que operan acumulan una serie de particularidades que hacen de este sitio un lugar muy especial, con ciertos puntos diferenciales respecto a otras lonjas pesqueras de actividad similar. Singularidades que pueden resumirse en una triple fortaleza -diversidad, dinamismo y ubicación estratégica-, a la que habría que sumar una compleja realidad derivada de su condición de puerto de interés general.
Pero, antes de entrar en detalle, resulta conveniente conocer que una lonja es un recinto portuario ubicado en el puerto pesquero, a pie de muelle, donde se realiza la primera venta de los productos de la pesca extractiva marítima -pescados, mariscos, etc.-. En la lonja, además, la Cofradía de Pescadores actúa en calidad de establecimiento autorizado como primer expedidor, comercializando la pesca extractiva del sector pesquero a través de una subasta comercial a compradores mayoristas y pescaderías.
La Cofradía de Pasaia, corporación de derecho público en marcha desde 1788, destaca por su diversificación respecto a ámbitos como la gran variedad de especies que subasta y los múltiples tipos de barcos y artes de pesca de bajura que aglutina.
De su censo se desprende que, en la actualidad, el número de cofrades entre armadores y tripulantes es de 60, enrolados todos en las 14 embarcaciones pesqueras que integran la flota de barcos de pesca de bajura asociados a la Cofradía de Pasaia. Excepto 2 buques pesqueros que se dedican al cerco, el resto practican pesca de otras artes distintas al arrastre y cerco y todos lo hacen, además, ‘al día’, salvo en la campaña de túnidos. Además de la propia flota de Cofradía de Pasaia, esta lonja atrae un alto nivel de especialización en la venta de pescados del día y atrae a otros barcos de artes menores de las cofradías de Hondarribia, Getaria y Donostia. Ello permite a la Lonja de Pasaia ofrecer en la subasta productos de máxima frescura, de gran valor comercial y de primera calidad.
En cuanto a las especies, son más de 80 las desembarcadas por esta flota de bajura. Como se ha comentado es el pescado variado de los barcos de artes menores lo que aporta esta diversidad de especies del día y a diario (rara vez no hay subasta), donde podemos encontrar entre otros pescados: fanecas, congrios, muxarras, rayas, lotxas, carcajales, tollas, el pez San Martín o sabirones.
La lonja de Pasaia se ha convertido en la mayor plaza de venta y de comercialización de los productos de pesca de Gipuzkoa gracias a su estilo vivo por el que se concentran diversos puntos de venta autorizados: el pionero de la asociación pesquera tricentenaria − la Cofradía de Pescadores de Bajura de Pasaia − y otros tres privados de origen reciente cuya autorización, otorgada por el Gobierno Vasco, se renueva semestralmente.
Junto con ellos, en la lonja pasaitarra operan otros agentes como la Asociación de Mayoristas (conformada por unas 75 empresas), la Asociación de Detallistas (aproximadamente 60), la Cooperativa de Exportadores de Pescado de Gipuzkoa, Goi Bera y la fábrica de hielo Pasaiako Izotza.
Esta realidad provoca una gran concentración y afluencia diaria de personas, compradores y vendedores procedentes de todo el territorio e incluso de Navarra, en la lonja pasaitarra, con un funcionamiento y modelo dinámico que refuerza el principio de competitividad.
Las subastas, que se realizan a la baja, comienzan a las 5.45 h.. En el caso de la Cofradía -y contrariamente al resto de establecimientos de venta autorizados-, dado que se rige por normas locales, provinciales, autonómicas y estatales, está obligada a respetar unos horarios establecidos: a las 6.20 h. para la subasta diaria del pescado de bajura del día y a las 7.00 h. para la del cerco y túnidos. Partiendo de esas horas fijadas, el resto de pescado no de bajura a subastar se distribuye y acomoda al resto de tramos horarios disponibles. Asimismo, las subastas discurren muchas veces simultáneamente, al mismo tiempo, siendo ésta una peculiaridad en nuestro territorio.
A pesar de la difícil estimación de los datos, las ventas anuales de pescado en esta lonja pesquera podrían rondar las 28.000 toneladas, siendo su valor aproximado de 55 millones de euros.
LOBO
La situación geográfica del puerto pesquero y la lonja de Pasaia, así como su excelente conexión marítima y terrestre le otorgan un gran protagonismo internacional. Y es que el Puerto de Pasaia goza de una comunicación terrestre ágil y directa con la Península y con el resto de Europa para abastecer los mercados nacional y europeo a través del tráfico de camiones.
Asimismo, otra característica propia de la Cofradía de Pasaia es que admite en su subasta género procedente de barcos pesqueros foráneos, de forma que realiza una labor comercial adicional, principalmente a buques pesqueros intracomunitarios de bandera francesa, pero también de bandera portuguesa, así como a otros procedentes de diversas provincias del Estado.
Es por ello que gran parte del pescado que se subasta en Pasaia, llega en camiones de buques foráneos con interés en vender en Pasaia por su atractiva oferta. Ello hace, a su vez, que la mayoría del pescado que se subasta en la lonja de Pasaia no sea pescado de la flota de bajura, sino un pescado que, aunque haya sido vendido en la lonja de Pasaia, viene de mares que poco tienen que ver con nuestro Cantábrico.
Al tratarse de puerto de interés general, la competencia del Puerto de Pasaia recae en el Estado, en concreto en el Departamento de Fomento, y no en el del Gobierno Vasco, siendo el único puerto guipuzcoano con dicha distinción.
ROYO
Esto, y a pesar de que la Cofradía de Pescadores de Pasaia se encuentra inscrita en el registro de Cofradías de Pescadores de Bajura de Euskadi, adscrito a la dirección de pesca y acuicultura del Gobierno Vasco – requisito necesario para su existencia y validez -, provoca una serie de peculiaridades en su actividad y funcionamiento portuarios que ha derivado en una «histórica reivindicación» de los miembros asociados a la misma.
Porque depender de la Autoridad Portuaria Estatal y no Autonómica, implica «ciertas desventajas» para la actividad de la Cofradía de Pasaia, como tarifas de precios más elevadas en: tasas o impuestos portuarios, suministros como luz y agua, etc.; la no recepción del pago bonificado portuario a pesar de actuar como ente recaudador de la Administración y, sobre todo, una dificultad y traba constante en la fluidez del trabajo diario.
Por ello, desde la Cofradía no desisten en su empeño de reclamar «que se transfiera, de una vez por todas, la competencia del puerto pesquero de Pasaia al Gobierno Vasco» para que «podamos trabajar en igualdad de condiciones que el resto de Cofradías del País Vasco competitivamente hablando e ir cerrando así las transferencias pendientes recogidas en el Estatuto de Autonomía».
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