175 países reunidos en la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEA) han aprobado una resolución que allana el camino hacia un tratado mundial para combatir la contaminación por plásticos. El texto jurídicamente vinculante se considera el mayor avance medioambiental desde el Acuerdo de París de 2015. Se espera que las conversaciones duren al menos dos años.
«Hoy estamos haciendo historia. Puedes estar orgulloso. El ministro noruego de Medio Ambiente, Espen Barth Eide, actual presidente de la UNEA, no ocultó su alegría al ser aplaudido. El miércoles 2 de marzo, la máxima instancia internacional en materia de medio ambiente adoptó una moción por la que se crea un «Comité Intergubernamental de Negociación» encargado de elaborar un texto «jurídicamente vinculante» contra la contaminación por plásticos de aquí a 2024. Se trata de un acuerdo «histórico» para los 175 países reunidos desde el 28 de febrero en Nairobi (Kenia).
El azote de la contaminación por plásticos ha sido ampliamente documentado en las últimas décadas. Según el último informe del IPCC, publicado el lunes 28 de febrero, los millones de toneladas de plástico que se vierten en la naturaleza cada año contribuyen al colapso de la biodiversidad, esencial para combatir la crisis climática. Solo en 2019 se produjeron 460 millones de toneladas de plásticos, lo que generó 353 millones de toneladas de residuos, de los cuales menos del 10% se recicla actualmente y el 22% se abandona en vertederos no autorizados, se quema al aire libre o se libera al medio ambiente, según la OCDE.
En respuesta a la magnitud del problema, el mandato de negociación es muy amplio y tiene en cuenta «todo el ciclo de vida de los plásticos», tal y como reclaman los defensores del medio ambiente. Abarcará el uso, la gestión de residuos, la reutilización o el reciclaje. «Se trata de un gran paso adelante que mantendrá la presión sobre las grandes compañías petroleras y las grandes marcas para que reduzcan su huella de plástico y cambien sus modelos de negocio en favor de la reutilización», ha declarado Graham Forbes, responsable del proyecto global sobre plásticos de Greenpeace USA. «Hasta que se firme, selle y entregue un tratado mundial sólido, Greenpeace y sus aliados seguirán presionando por un mundo libre de contaminación por plástico, con aire limpio y un clima estable.
La asociación de productores europeos Plastics Europe se congratuló de «un gran paso hacia la creación de un futuro sin residuos». Acogió con satisfacción el hecho de que la resolución reconozca «las contribuciones esenciales de las aplicaciones del plástico», que deben ser «circulares y neutras desde el punto de vista climático». El texto también recibió el apoyo de las principales multinacionales, entre las que se encuentran grandes usuarios de envases como Coca-Cola y Unilever. Por otro lado, el Financial Times informó de que durante las negociaciones, el Consejo Americano de Química, que cuenta con 190 miembros, entre ellos los mayores fabricantes de plásticos, presionó mucho a favor del acuerdo. Estos últimos han presionado para que se limite a la gestión de los residuos en lugar de reducir la producción.
Sin embargo, el tratado, que fue apoyado por Emmanuel Macron en la cumbre One Ocean a principios de febrero, será objeto de largas negociaciones. Está previsto que se inicien en el segundo semestre de 2022 y que concluyan a finales de 2024. Inger Andersen, directora ejecutiva de la Agencia de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA), reconoció que se encontrarán con «cuestiones espinosas», como la definición de los «objetivos», «cómo medir» su cumplimiento y la «velocidad de aplicación» de las nuevas normas.
El tratado podría establecer objetivos y definir medidas «vinculantes» o «voluntarias». También prevé planes nacionales para combatir el problema, teniendo en cuenta las «circunstancias» específicas de cada país. «Estamos en un punto de inflexión en la historia, en el que las ambiciosas decisiones que se tomen hoy pueden evitar que la contaminación por plástico contribuya al colapso del ecosistema de nuestro planeta», comentó Marco Lambertini, director general de WWF, al tiempo que insistió en que «el trabajo está lejos de terminar». El mandato incluye el desarrollo de mecanismos de control y financiación para los países pobres y la colaboración con el sector privado en una industria multimillonaria.
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