Según EUMOFA, las primeras ventas de pescado en Europa se reducen un 15 % en volumen, mientras los precios mantienen tendencia al alza; reflejo en el mercado español
El primer trimestre de 2025 ha traído datos preocupantes para el sector pesquero europeo, según el informe Monthly Highlights No. 6/2025 de la Agencia del Mercado Europeo de Productos Pesqueros y de Acuicultura (EUMOFA). En el cómputo total de la UE, las ventas de pescado en primera venta han caído notablemente tanto en volumen como en facturación. España, uno de los principales actores del sector, no está ajena a estas dinámicas. España, aunque el volumen se reduce—con una caída del 5 % en los diez primeros meses de 2024—el valor se mantiene estable, solo un 2 % por debajo del ejercicio anterior, superando los 1.189 millones € .
Parte del peso lo ha llevado la dinámica europea de los pequeños pelágicos: España registró aumentos en precios y mantuvo volúmenes en especies como la sardina o la anchoa, al contrario que otros países donde las caídas fueron abruptas .
Entre enero y marzo de 2025, el valor total conjunto de las primeras ventas en la UE alcanzó 860 millones EUR, lo que supone una disminución del –1 % respecto a 2024 y un –6 % comparado con 2023. El volumen comercializado fue de 477.771 toneladas, lo que representa una caída de –15 % con respecto al año anterior y un descenso del –20 % desde 2023 .
Estos descensos también se dejan notar en la categoría de peces de fondo (groundfish), donde se observa una disminución del –24 % en volumen, situándose en 122.026 toneladas, mientras que el valor descendió un –2 %, hasta 156,2 millones EUR.
Aunque las cantidades comercializadas han caído, los precios de venta han seguido subiendo en la mayoría de segmentos. Este encarecimiento es especialmente notorio en especies como el bacalao y otros peces blancos, cuyos precios han alcanzado niveles récord durante este periodo
Este fenómeno puede explicarse por la fuerte presión de la demanda y el coste elevado de materias primas, combinado con la caída en las capturas. En el caso del bacalao, por ejemplo, la presión sobre la oferta ha impulsado sus precios a máximos históricos .
España, miembro destacado en el sector, resulta impactada por esta tendencia. Como segundo mayor consumidor de pescado en Europa —con casi 42 kg per cápita en 2023—, y cuarto importador mundial, el país depende tanto del mercado interno como del internacional
La caída en los volúmenes de primera venta implica que parte del pescado frescamente capturado reduce su presencia inicial en lonjas y puertos españoles. En paralelo, los altos precios encuentran reflejo en el mostrador al consumidor final, que, pese a ello, mantiene el hábito de compra gracias a la percepción del pescado como un producto saludable y de calidad . Sin embargo, el aumento de precios podría desincentivar la compra, especialmente ante una inflación persistente.
Estos resultados subrayan la urgente necesidad de adoptar medidas en España y en toda la UE para estabilizar la cadena de valor pesquero. Entre las posibles respuestas se encuentran:
Así, mientras los consumidores españoles siguen disfrutando del pescado como alimento básico, el sector enfrenta retos críticos para equilibrar sostenibilidad, oferta y precios.
Por su parte, Italia sufrió una contracción del 14 % en volumen (11.430 t frente al 1T 2024), acompañada de una reducción del valor en un 9 %, quedando la facturación en 58,26 millones €. En marzo, destaca un descenso del 21 % en volúmenes y del 24 % en facturación respecto a marzo de 2024. Las especies más afectadas son anchoa, camarón, lenguado y cigala.
Pero, a pesar del retroceso, Italia mantiene cierta resiliencia en el valor por kilo: la demanda de cigala y lenguado premium permanece estable, lo que sostiene el valor medio en mercados clave.
La caída en los volúmenes responde a varios factores:
No obstante, este escenario plantea una oportunidad: promover productos de alta calidad, estacionales y trazables puede atraer tanto al canal retail como al sector Horeca, más selectivo.
Además, la planificación logística se posiciona como clave: empresas capaces de anticipar o suplir la falta de oferta —por ejemplo con acuicultura certificada— pueden ganar cuota de mercado en un entorno donde la disponibilidad disminuye.
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