La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha lanzado, recientemente, una consulta pública sobre un tema de gran importancia mundial: las Directrices para la responsabilidad social en las cadenas de valor de la acuicultura. Este documento, que forma parte de las Directrices para la acuicultura sostenible (GSA), representa un intento significativo de abordar las crecientes preocupaciones sobre los derechos humanos y las condiciones laborales en el sector.
La acuicultura ha experimentado una rápida expansión en las últimas décadas, impulsada por la innovación tecnológica, el progreso científico y la inversión global. Este sector ha contribuido significativamente a satisfacer la creciente demanda mundial de alimentos acuáticos, convirtiéndose en una importante fuente de proteínas para millones de personas. Sin embargo, como destaca la FAO, este crecimiento no ha estado exento de consecuencias sociales negativas.
Los problemas emergentes incluyen condiciones de trabajo indecentes, a menudo causadas por una mala aplicación de los derechos humanos y las regulaciones laborales. Además, el uso de productos químicos y medicamentos veterinarios nocivos ha generado preocupación tanto por la salud de los trabajadores como por la de las comunidades locales. A estos problemas se suman la licencia social limitada del sector y los impactos negativos en las comunidades y los trabajadores que dependen de la acuicultura.
Objetivos de las Directrices de la FAO
Las Directrices para la Responsabilidad Social en la Acuicultura se desarrollaron con el objetivo de garantizar que la acuicultura pueda contribuir de manera más equitativa y sostenible a la seguridad alimentaria, la nutrición y la erradicación de la pobreza a nivel mundial. Además, estas directrices apuntan a mejorar las condiciones socioeconómicas de las comunidades que dependen de la acuicultura, promoviendo el trabajo decente y el crecimiento económico.
Entre los temas abordados se encuentran los derechos humanos y laborales, la eliminación del trabajo forzoso e infantil, la igualdad de género, la protección de los migrantes y las comunidades indígenas, así como la seguridad y salud de los trabajadores. Estas directrices están destinadas principalmente a actores privados del sector, pero también pueden representar una herramienta valiosa para los responsables de políticas, las organizaciones regionales de ordenación pesquera (OROP) y la sociedad civil.
Importancia de la consulta pública
La FAO ha abierto la consulta pública para recoger opiniones y sugerencias de todas las partes interesadas implicadas. Esta iniciativa es fundamental para garantizar que las directrices sean lo más inclusivas y representativas posible de las diferentes realidades y desafíos del sector. La consulta se cerrará el 22 de septiembre y todos los interesados podrán participar enviando sus comentarios al borrador del texto.
Las Directrices para la Responsabilidad Social en la Acuicultura representan un paso crucial hacia la creación de un sector pesquero más sostenible y justo. Su adopción e implementación a gran escala podría tener un impacto significativo no sólo en la calidad de vida de los trabajadores, sino también en la sostenibilidad ambiental y social de la acuicultura global.
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