En el contexto actual de cambio climático, la industria alimentaria desempeña un papel crucial no solo como proveedora de bienes esenciales, sino también por ser, junto con el resto de la cadena alimentaria, una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. La actividad alimentaria representa aproximadamente un tercio de las emisiones globales de CO₂, siendo la producción de alimentos una de las áreas de mayor impacto ambiental debido a factores como el uso intensivo de agua, energía, suelo, fertilizantes, y la generación de residuos.
Este escenario nos invita a reflexionar sobre cómo el sector puede avanzar hacia prácticas más sostenibles y, sobre todo, qué pasos pueden dar las empresas para minimizar su impacto ambiental sin sacrificar la eficiencia de su actividad, así como la calidad y seguridad de sus productos. Desde AZTI, en nuestro compromiso con la sostenibilidad y la innovación, llevamos años desarrollando y promoviendo soluciones tecnológicas que ayudan a la industria a reducir su huella ambiental mediante la implementación de estrategias de eficiencia productiva y en el uso de recursos (materias primas, agua y energía), reducción de mermas, perdidas y rechazos, valorización de subproductos, ecodiseño y la evaluación y comunicación de la sostenibilidad.
La producción de alimentos está ligada intrínsecamente al uso de recursos naturales y, por tanto, al impacto ambiental. La agricultura y la ganadería, al abastecer a la industria alimentaria, son responsables de un consumo elevado de agua y tierra, así como de la emisión de gases como el metano y el CO₂. Por ejemplo, para producir un kilogramo de carne, se requieren hasta 15,000 litros de agua y grandes cantidades de tierra cultivable para los cultivos destinados a la alimentación animal.
Además, se calcula que el 38% de la superficie terrestre se dedica actualmente a la agricultura, con un 77% de esa tierra utilizada para cultivos destinados a animales. Estos datos muestran la urgencia de implementar prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles y de optimizar el uso de recursos en la producción alimentaria. Esta realidad también nos muestra el potencial de cambio que representa mejorar cada eslabón de la cadena de valor alimentaria, desde la producción primaria hasta la distribución y el consumo final.
Uno de los enfoques más efectivos para reducir el impacto ambiental de las empresas alimentarias es mejorar su eficiencia energética. Esto implica optimizar los procesos industriales, reducir el consumo de energía y buscar alternativas sostenibles, como las fuentes de energía renovables. Al implementar sistemas más eficientes, las empresas pueden no solo reducir sus emisiones, sino también generar un ahorro significativo en sus costes operativos.
Asimismo, la optimización productiva basada en el concepto “producir más con menos” y la reducción de rechazos, perdidas y mermas a lo largo de los procesos de elaboración, transporte y distribución, venta y consumo, reduce significativamente el impacto ambiental por unidad de producto que llega a las personas consumidoras, por lo que en términos generales reduce en términos globales el impacto sobre el cambio climático, adema de reducir también los costes globales de la cadena alimentaria.
La valorización de subproductos es otro aspecto clave para avanzar hacia un modelo de economía circular en la industria alimentaria. Cada año, millones de toneladas de subproductos se generan a nivel global en la industria, siendo gran parte de ellos desechados o infrautilizados. A través de procesos de transformación, muchos de estas fracciones alimentarias gestionadas como residuos pueden convertirse en recursos valiosos, como ingredientes para la alimentación humana o animal, biofertilizantes o incluso materiales de embalaje biodegradables. En AZTI, hemos desarrollado tecnologías y procesos que permiten a las empresas reutilizar estos subproductos, reduciendo así la generación de residuos y disminuyendo su huella de carbono. También trabajamos por fomentar nuevos modelos de negocio colaborativos que hagan realidad esta nueva economía circular.
El ecodiseño es un pilar fundamental en la producción sostenible. Consiste en incorporar criterios ambientales en todas las fases de diseño de un producto, desde su concepción hasta el final de su vida útil. Este enfoque permite reducir el impacto ambiental no solo en la etapa de producción, sino también durante el transporte, el uso y la disposición final del producto. En AZTI, promovemos el ecodiseño como una metodología esencial para la industria alimentaria, ayudando a las empresas a considerar aspectos como la elección de materiales más sostenibles, formulaciones optimizadas, el diseño de envases reutilizables o reciclables, y la reducción del uso de plásticos. Todo ello antes de proceder a la inversión de equipamiento o instalaciones, lo que fomenta decisiones acertadas desde el diseño.
Entre las iniciativas desarrolladas por AZTI en este ámbito destaca ENVIRODIGITAL, una plataforma digital creada para facilitar la gestión ambiental de las empresas alimentarias. Basada en la metodología Product Environmental Footprint (PEF), promovida por la Unión Europea, Envirodigital permite a las empresas analizar y gestionar su impacto ambiental de manera integral, proporcionando una visión holística de aspectos clave como la huella de carbono, el consumo de agua, la generación de residuos y otros indicadores de sostenibilidad ambiental.
Envirodigital es una herramienta fácil de usar, diseñada para que pueda ser implementada en todas las áreas de una organización, incluso por perfiles no técnicos. Al centralizar la información ambiental de la empresa, esta plataforma permite identificar áreas de mejora, promover la toma de decisiones informadas y establecer objetivos de sostenibilidad claros. En definitiva, Envirodigital no solo ayuda a reducir el impacto ambiental, sino que también contribuye a la eficiencia y competitividad de las empresas.
En la actualidad, los consumidores están cada vez más interesados en productos sostenibles y buscan información transparente sobre el impacto ambiental de los productos que consumen. En respuesta a esta tendencia, AZTI ha desarrollado Enviroscore, un sistema que permite evaluar y comunicar de forma sencilla el perfil ambiental de un producto mediante una puntuación visual clara y accesible para el consumidor.
Enviroscore ayuda a las empresas a comunicar sus esfuerzos en sostenibilidad y a diferenciar sus productos en un mercado cada vez más consciente y exigente. De esta forma, los consumidores pueden tomar decisiones informadas, fomentando la demanda de productos sostenibles y motivando a las empresas a adoptar prácticas responsables. Además, contar con esta información facilita la transparencia y puede fortalecer la relación de las empresas con sus clientes, posicionándolas como líderes en sostenibilidad.
La industria alimentaria enfrenta un momento crucial en su historia. Las demandas de sostenibilidad, la necesidad de reducir las emisiones y el compromiso con un uso más eficiente de los recursos son hoy más relevantes que nunca. La transición hacia un modelo de producción más responsable no solo es posible, sino necesaria. Cada pequeño paso cuenta y cada innovación suma en la lucha contra el cambio climático.
El papel de las empresas alimentarias en este contexto es fundamental. Al adoptar prácticas sostenibles y herramientas avanzadas de gestión ambiental, pueden no solo contribuir a la protección del planeta y por tanto asegurar su actividad económica a largo plazo, sino también mejorar su rentabilidad a corto plazo, reducir costes y fortalecer su posición en un mercado cada vez más exigente. En AZTI, continuaremos trabajando para que la industria alimentaria se convierta en un motor de cambio, uniendo innovación, sostenibilidad y responsabilidad en cada proceso y producto.
La lucha contra el cambio climático es una responsabilidad compartida, y desde AZTI invitamos a todas las empresas alimentarias a sumarse a este esfuerzo. Porque solo trabajando juntos, con visión y compromiso, podremos construir un futuro más sostenible para todos.
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