Mientas que las cifras de actividad económica del país muestran una caída del 5,8%, la pesca se presenta como uno de los pocos sectores productivos con números positivos, alcanzando en septiembre el 2,8%. Los informes del mes de octubre para las capturas y de septiembre para las exportaciones lo confirman, aunque la pesca no reluce como parece. El Informe de Coyuntura de la Subsecretaría de Pesca elaborado por el Departamento de Economía muestra que los desembarques no han variado respecto al año pasado, aunque hay que tener en cuenta la gran aportación del calamar y el langostino, mientras que la merluza sigue decayendo, al igual que varias especies costeras que ya no revisten tanto interés para la flota.
De 2015 a la fecha los desembarques en el puerto de Mar del Plata cayeron en más de 80.000 toneladas; es por ello que el crecimiento de la pesca no puede ser entendido como esplendor sino como cifras que no terminan de reflejar la realidad, sobre todo para miles de obreros que se ven seriamente afectados por una política pesquera que los está hundiendo. Las exportaciones también crecen al compás del langostino y el calamar, que a pesar de haber bajado en volumen muestran signos positivos en la recaudación gracias al aumento de los precios.
El Informe muestra para los desembarques hasta el 31 de octubre comparado con igual período del año pasado, cierta estabilidad: con 676.365 toneladas representa un crecimiento de apenas el 0,8%. El calamar, que ya desde hace unos meses no se pesca, sigue manteniendo para la cifra global un aporte de crecimiento del 10%; la merluza de cola con 33.484 toneladas creció un 117% y el langostino con 224.840 toneladas aporta un índice positivo del 22,4%. El abadejo, que sigue sumando toneladas a pesar de haber llegado al límite de su captura máxima, creció un 19,7% con 3.351 toneladas.
Los índices negativos los aporta la merluza hubbsi que del sector norte descargó un 44,8% menos que en 2017; del sector sur un 4,8% menos y de los desembarques provenientes de la Zona Común de Pesca con Uruguay, un 47.9% menos. En total se descargaron 211.671 toneladas, 27.000 menos que en el mismo período de 2017.
El fracaso de la temporada de caballa, con un 88,9% menos que el año pasado, también contribuye a que las buenas capturas de calamar y langostino no se reflejen en mejores cifras totales.
En cuanto a los desembarques por tipo de flota se observa en los fresqueros una leve baja: con 176.327 toneladas se encuentran apenas 3.000 toneladas por debajo al año anterior. Los congeladores disminuyeron un poco más su participación, 121.719 toneladas en 2018 contra 137.747 en 2017 y los tangoneros superaron las capturas del año pasado en casi 5.000 toneladas al llegar a las 109.343 toneladas.
Los barcos costeros, con buenas capturas que llegaron a las 100.795 toneladas, se colocaron por debajo de lo cosechado en 2017 por 7.000 toneladas; mientras que los poteros se superaron en 10.000 toneladas con 96.564 descargadas. Los de rada o ría gracias al langostino de Rawson mejoraron los niveles de los últimos dos años con 28.063 toneladas; pero esta tendencia se verá afectada el próximo mes debido al extenso paro del SOMU que cortó la temporada.
El desempeño por puerto sigue mostrando la triste realidad de Mar del Plata que pone en tela de juicio el supuesto crecimiento que muestran las cifras; este año se llevan descargadas 277.749 toneladas, 39.625 toneladas menos que el año pasado y 82.040 toneladas menos que en 2015. La cifra es mayor si nos remontamos a 2013, cuando todavía los barcos costeros y fresqueros de la ciudad no iban al langostino. Los grandes perjudicados de este escenario son los trabajadores de planta, los fileteros.
Otro puerto que tuvo un año lamentable fue San Antonio Oeste, que desembarcó la mitad que el año pasado. En todos los demás puertos la situación mejoró gracias a los desembarques de langostino y calamar. Puerto Madryn aumentó sus descargas en 14.000 toneladas (124.612 en total); Puerto Deseado en 5.000 toneladas (75.748); Rawson en 1.000 toneladas comparado con 2017 y en 22.000 comparado con 2016 (52.469); Ushuaia en casi 16.000 toneladas (41.021); Comodoro Rivadavia en 1.000 toneladas (24.129) y Camarones se mantuvo estable (22.533 toneladas).
Las exportaciones
Las cifras de exportaciones son las que aportan optimismo al gobierno aunque el número puede ser engañoso, como ya ha ocurrido en otros momentos de la historia de la pesca. En volumen se vendió al exterior un 2% menos que en 2017 pero en dólares un 2,7% más, gracias al aumento de algunos precios. En total al 30 de septiembre se llevan exportadas 367.284 toneladas por 1.548.248.000 dólares.
La especie más vendida fue el langostino, 124.415 toneladas por 867.997.000 dólares. Si bien en volumen esta cifra representa una caída del 7%, en dólares no cayó un solo dígito, gracias al aumento del precio promedio en el orden del 7,5%. El producto con mayor volumen y ganancias fue el langostino entero, 75.899 toneladas por 500.116.000 dólares, mientras que de colitas y otras presentaciones se exportaron 48.516 toneladas por 367.882.000 dólares.
La merluza de cola tuvo un cierre positivo con un crecimiento del 4,4% en volumen con 6.371 toneladas y del 23,5% en divisas al recaudar 16.071.000 dólares, dado que el precio subió un 18,3%. En cambio para la merluza negra el precio cayó un 14,6%, aunque los índices son positivos dado que se vendieron 1.967 toneladas que representan un aumento del 35,1% en volumen, percibiendo por esto 47.897.000 dólares.
De las 108.000 toneladas capturadas de calamar ya se exportaron 91.784 toneladas por un valor de 235.737.000 dólares, lo que representa un crecimiento en volumen del 20,9% y del 30,8% en divisas, acompañado por una suba del precio promedio del 8,2%. Estas son, sin dudas, las cifras que embellecen el resultado final del crecimiento en el sector.
Sin embargo el empleo en tierra que genera es muy bajo, dado que el reprocesamiento ha sido pobre, 81.481 toneladas del total exportado salieron del país en forma de entero para dar empleo en otros países.
Los datos de las exportaciones de merluza, en cambio, no son positivos. Las 63.075 toneladas vendidas por 167.552.000 dólares representan una caída del 13,5% en volumen y del 7,1% en divisas; si la recaudación no fue menor es gracias a un aumento del precio promedio del 7,4%, colocándose en 2.656 dólares la tonelada.
El destino de las exportaciones mantiene a China en primer lugar con 83.998 toneladas que representan 356.294.000 dólares; la sigue España con 61.722 toneladas por 322.530.000 dólares y en tercer lugar se encuentra Estados Unidos con 18.938 toneladas, que se traducen en 119.552.000 dólares por tratarse de productos con mayor elaboración o especies de alto valor comercial. Lo mismo ocurre con Italia, que con un volumen de 18.548 toneladas deja en el país 108.429.000 dólares.
Japón, que se encuentra quinto en la lista, con 15.297 toneladas reporta un ingreso de divisas mayor que el que genera Brasil con 22.067 toneladas. En el primer caso se obtuvieron 72.251.000 dólares y en el segundo 65.953.000 dólares.
Por último, el reporte de importaciones muestra que este año ingresó un 12,6% más de productos que el año pasado y se desembolsó un 18,1% más en divisas. En total, la Argentina compró 39.786 toneladas, la mayoría conservas, por 182.532.000 dólares. Los volúmenes más importantes provienen de Ecuador, Chile y Tailandia.
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