El sector espera que el nuevo equilibrio político permita abordar la caída de cuotas, los efectos de las sanciones a Rusia y la incertidumbre comercial con EE.UU.
Las recientes elecciones en Noruega, celebradas a comienzos de septiembre, han dejado un panorama político ajustado que la industria pesquera y acuícola del país sigue con atención. El primer ministro Jonas Gahr Støre, del Partido Laborista, consiguió revalidar su mandato, aunque con una mayoría muy estrecha: su bloque de izquierda sumó 88 de los 169 escaños del Parlamento, mientras que el Partido del Progreso –de corte populista y conservador– se convirtió en la principal fuerza opositora con más del 23 % de los votos, casi el doble que en los anteriores comicios y a escasa distancia del 28 % obtenido por los laboristas.
“Creo que estas elecciones han cambiado la política noruega”, declaró Geir Ove Ystmark, director ejecutivo de la Federación Noruega de Productos del Mar, que representa al conjunto de la pesca y la acuicultura del país. Según advirtió, los socialdemócratas afrontan ahora una situación parlamentaria complicada para sacar adelante sus medidas.
Parte del avance de la derecha, según explicó Frank Kristiansen, director de Båtsfjord Handelsstands Fiskerigruppe, se debe al voto de los pescadores del norte de Noruega. Estos profesionales se sienten “traicionados y aislados” por el gobierno tras el descenso de las cuotas de bacalao y las sanciones impuestas a Rusia, que han afectado directamente al comercio portuario.
“Se han hecho grandes inversiones basadas en el tráfico ruso en los puertos, que desapareció de la noche a la mañana, y no recibimos ninguna compensación. Vivimos en un vacío y sentimos que no se nos atiende”, denunció Kristiansen en declaraciones al diario especializado Fiskeribladet. A su juicio, los votos de protesta en municipios tradicionalmente laboristas han sido más bien simbólicos, reflejando el descontento acumulado en el sector.
A esta tensión se suman las tarifas impuestas por Estados Unidos, que han añadido un nuevo factor de incertidumbre económica. Ante este panorama, la industria pesquera y acuícola noruega espera que el nuevo gobierno pueda ofrecer alivio fiscal y mayor seguridad económica, elementos clave para mantener las inversiones y garantizar la competitividad internacional del sector.
Con Noruega como uno de los principales exportadores mundiales de salmón y bacalao, la evolución de la política interna y las decisiones sobre impuestos, cuotas y relaciones comerciales serán determinantes en los próximos meses para un sector que representa un pilar estratégico de la economía nacional.
La Relación Económica 2025 confirma un punto de inflexión tras la crisis post-pandemia y energética,…
El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) ha…
Un sistema de pesaje a bordo que elimina estimaciones y aporta precisión, trazabilidad y control…
La Irish Fish Producers Organisation (IFPO) ha valorado muy positivamente la reunión mantenida con el…
El comité del convenio internacional rechaza por amplia mayoría incluir todas las especies del género…
La ONG acusa al Gobierno de “mirar hacia otro lado” mientras mercantes y pesqueros españoles…