La Organización Danesa de Productores Pelágicos (DPPO) y la Organización Danesa de Productores Pesqueros (DFPO) han acusado a la Comisión Europea de cometer un “grave error de cálculo” en el reparto de las cuotas de arenque del mar del Norte tras el Brexit, que habría costado a Dinamarca más de 6.000 toneladas desde 2020 y unos cinco millones de euros en oportunidades de pesca.
Según ambas organizaciones, el problema no es una decisión política ni el resultado de la negociación del Acuerdo de Comercio y Cooperación (TCA) entre la UE y el Reino Unido, sino un fallo técnico en la forma en que Bruselas aplicó la clave de reparto entre los Estados miembros a partir de 2020.
El núcleo de la denuncia danesa está en la forma en que la Comisión calculó las nuevas cuotas de arenque del mar del Norte para los Veintisiete cuando empezó a aplicarse el TCA. DPPO y DFPO sostienen que un “error sencillo pero grave” distorsionó el reparto interno, alterando la proporcionalidad entre las cuotas nacionales y, en la práctica, rompiendo el principio de estabilidad relativa acordado en 1983, que ha servido de base para décadas de gestión de cuotas en la UE.
Este sistema de estabilidad relativa garantiza a cada Estado miembro un porcentaje predecible de las poblaciones en función de sus pautas históricas de pesca. Para el sector danés, la corrección de ese principio no puede dejarse consolidar como un efecto colateral irreparable del Brexit.
La industria pelágica danesa asegura que viene cuestionando desde 2020 el reparto de las cuotas de arenque del mar del Norte, pero durante años no tuvo acceso a las hojas de cálculo y datos de base de la Comisión.
Esben Sverdrup-Jensen, director ejecutivo de la DPPO, subraya que solo ahora, tras la publicación de las cifras de Bruselas, ha quedado claro para el sector que la reducción de la cuota danesa no responde a una decisión política explícita, sino a un error cometido “en pleno caos del Brexit”. A su juicio, ese fallo ha quebrado casi cuatro décadas de reparto “justo y transparente” entre Estados miembros.
El desencadenante de esta ofensiva política ha sido el reciente acuerdo trilateral entre la UE, Noruega y el Reino Unido sobre las posibilidades de pesca de arenque del mar del Norte para 2026, basado en un nuevo plan de gestión.
DPPO y DFPO reconocen que este pacto aporta claridad y previsibilidad para la pesquería y celebran disponer al fin de un marco de gestión estable a largo plazo. Sin embargo, insisten en que, precisamente por haber estabilizado la gobernanza internacional del stock, ya no hay excusas para dejar sin corregir los errores de cálculo cometidos durante la transición del Brexit.
Para las organizaciones danesas, la cuestión ahora es puramente interna: ajustar el reparto dentro de la UE para restaurar la proporcionalidad entre Estados miembros, sin necesidad de reabrir el TCA con el Reino Unido.
Las organizaciones pesqueras consideran que el Consejo de Ministros de Pesca que se celebra esta semana ofrece “la oportunidad perfecta” para corregir el error y compensar al Estado miembro que lleva cinco años “recibiendo menos de lo que le corresponde”.
Según DPPO y DFPO, bastaría con recalibrar la distribución interna de las cuotas para devolver a Dinamarca la parte de arenque del mar del Norte que habría perdido desde 2020, sin generar un conflicto jurídico con el Reino Unido ni modificar el marco general del acuerdo post-Brexit.
Los más de 6.000 toneladas de arenque no asignadas a la flota danesa desde 2020 suponen, según los cálculos del sector, un impacto económico estimado en unos cinco millones de euros, una cifra significativa para la flota pelágica y para parte de la flota artesanal vinculada a esta pesquería.
Las organizaciones advierten además de que mantener el error sin corregir sienta un precedente peligroso: que errores administrativos cometidos en periodos de transición política puedan acabar convirtiéndose en redistribuciones permanentes de cuota, erosionando la confianza en el sistema europeo de reparto.
Para Kenn Skau Fischer, director ejecutivo de la DFPO, el debate trasciende el caso del arenque del mar del Norte y toca de lleno la credibilidad del sistema de asignación de cuotas de la UE. En un momento en que a la flota se le exigen mayores controles, menores cuotas y más obligaciones en nombre de la sostenibilidad, el sector espera de las instituciones el mismo nivel de rigor y transparencia.
“Es humano cometer un error, pero es aún más justo asumirlo y corregirlo”, viene a señalar Fischer, resumiendo la posición danesa: no se reclama un trato de favor, sino la vuelta a unas reglas de juego que, en su opinión, se alteraron no por una decisión política asumida, sino por un fallo técnico que ahora debe repararse.
Con el nuevo plan de gestión del arenque en marcha y las cifras de la Comisión sobre la mesa, la pelota está ahora en el tejado del Consejo y de la propia Comisión, que deberán decidir si preservar la confianza en el sistema de reparto pesa más que evitar una incómoda admisión de error ante los Estados miembros y el sector pesquero europeo.
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