La flota gallega que faena en el Atlántico Noroeste celebra los resultados de la 47ª Reunión Anual de la Organización de Pesqueras del Atlántico Noroeste (NAFO), celebrada en Halifax (Canadá), donde se definieron las posibilidades de pesca para 2026. Las negociaciones se han saldado con un incremento de cuotas en especies clave y un escenario de estabilidad que refuerza la viabilidad de un sector del que dependen ocho arrastreros congeladores con base en Vigo, Cangas y Marín, y cerca de 200 empleos directos.
El acuerdo más relevante fue el aumento del 18% en el Total Admisible de Capturas (TAC) de bacalao en la división 3M, que se sitúa en 16.360 toneladas, de las cuales 7.813 corresponden a la flota comunitaria. Este repunte consolida la recuperación de una pesquería que estuvo cerrada durante 14 años y que desde su reapertura acumula un crecimiento del 120%. El bacalao en la zona 3L también mejora, con un incremento del 56,4% para la UE.
La gallineta, otro de los pilares de la flota, mantiene su TAC en 6.000 toneladas, de las cuales algo más de mil corresponden a la Unión Europea, asegurando la continuidad de esta pesquería esencial por volumen y regularidad.
En cuanto a la raya, la negociación se resolvió con un resultado favorable: se fijó un TAC de 7.000 toneladas, cifra muy superior a las 3.460 recomendadas por el Consejo Científico, con España como principal beneficiario al retener 3.403 toneladas.
También se registraron mejoras en especies de menor volumen pero de interés estratégico. La limanda aumentará sus posibilidades de pesca un 35% hasta alcanzar 24.290 toneladas en 2026, y se mantuvieron cuotas para especies como la bertorella o el mendo, mientras se ratificaron las moratorias de camarón, alfonsino, capelán y platija en diferentes áreas.
La única nota negativa fue el leve ajuste en el fletán negro, con una reducción del 0,22% en su cuota debido a la aplicación de una nueva regla de explotación, que deja un TAC de 14.729 toneladas, lo que se traduce en apenas 32 toneladas menos para la flota comunitaria.
La Xunta de Galicia y el propio sector han coincidido en calificar el resultado como un éxito, al consolidar la buena gestión del caladero y garantizar un marco de previsibilidad. “Este reparto nos permite planificar a medio plazo y seguir invirtiendo en buques y en el relevo generacional”, subrayaron fuentes del sector.
Más allá de las cifras, el impacto en tierra es notable: además de los empleos directos en los ocho arrastreros, centenares de familias en la industria transformadora, logística y de servicios dependen de esta actividad en Galicia.
Los acuerdos de NAFO 2025 reflejan un delicado equilibrio entre sostenibilidad y rentabilidad, respaldando el trabajo científico y las recomendaciones técnicas que permiten mantener la explotación de los recursos sin comprometer su futuro. La flota gallega, que representa a la UE en uno de los caladeros más exigentes del mundo, podrá afrontar 2026 con un marco que garantiza continuidad y estabilidad.
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