El gigante noruego del salmón enfrenta escrutinio legal en la UE por posibles efectos anticompetitivos
La Comisión Europea ha abierto un examen formal de la operación planteada por Mowi para adquirir el control total de Nova Sea, una firma noruega dedicada al cultivo y procesamiento de salmón. El anuncio fue hecho público tras la notificación oficial de la transacción, que ahora deberá someterse al escrutinio regulatorio comunitario.
La operación implicaría que Mowi, ya inversor importante en Nova Sea, eleve gradualmente su participación hasta el 100 % de la empresa. Actualmente, la adquisición incluye una oferta por el 46 % que poseía Vigner Olaisen, por un valor estimado de 7.400 millones de coronas noruegas (unos 630 millones de euros).
La Comisión ha considerado que la operación “podría entrar en el ámbito del Reglamento de Fusiones de la UE” y ha invitado a terceros interesados a presentar observaciones en un plazo de diez días desde la publicación de la notificación en el Diario Oficial de la Unión Europea.
El organismo regulador europeo evaluará si la compra amenaza la competencia en el sector del salmón en Europa, especialmente dado que Mowi ya opera en toda la cadena de valor —producción, procesamiento y distribución—, mientras que Nova Sea se concentra en cultivo y procesamiento primario.
Los críticos advierten que una integración tan completa podría dificultar el acceso al mercado de competidores más pequeños, aumentar precios o condicionar el poder de negociación en mercados nacionales. La competencia justa en productos derivados del salmón y las rutas comerciales es uno de los puntos clave que los reguladores analizarán.
Por el momento, Nova Sea sigue operando con normalidad, aunque la aprobación final dependerá del estudio que realice la Comisión Europea. Hasta la decisión final, no se pueden llevar a cabo cambios sustanciales bajo el paraguas de la transacción.
Si la operación recibe luz verde, los accionistas minoritarios recibirían ofertas equivalentes conforme al diseño propuesto del acuerdo. En cambio, si el examen revela riesgos para la competencia, la Comisión podría imponer condiciones, desinvertir partes del negocio o rechazar la operación.
La decisión final podría tardar hasta 65 días hábiles, dependiendo del grado de complejidad y la necesidad de investigaciones complementarias. Mientras tanto, la comunidad de acuicultura europea observa con atención esta operación, cuya resolución podría redefinir el equilibrio de poder en el mercado del salmón.
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