El creciente interés por el bienestar animal también se refleja en la disposición de los consumidores a pagar más por un producto sacrificado de forma humana. Por estos motivos, la acuicultura se lanza en conseguir una mayor bienestar en sus producciones.
Hay que tener en cuenta que eEl bienestar de los peces en la industria de la acuicultura se está convirtiendo en una prioridad para los consumidores europeos. Un estudio reciente encargado por el Centro para el Progreso de la Acuicultura destacó que la gran mayoría de los consumidores en Italia, Grecia, España y Francia están a favor de prácticas más humanas en el sacrificio de dorada y lubina.
La encuesta, realizada sobre una muestra de 1.600 participantes, reveló que el 83% de los entrevistados apoyaba el uso del aturdimiento eléctrico antes del sacrificio, lo que subraya un deseo cada vez más extendido de mejorar el tratamiento del pescado en toda la cadena de suministro.
Este creciente interés por el bienestar animal también se refleja en la disposición de los consumidores a pagar más por un producto sacrificado de forma humana. El estudio demostró que el 80% de los compradores de dorada y lubina estarían dispuestos a gastar 0,05 euros más por cada ración de 200 gramos si se garantizara un proceso de sacrificio más ético. Curiosamente, Grecia, Italia y Francia muestran porcentajes similares de disposición a pagar más, mientras que en España esta disposición es ligeramente menor.
A pesar de esta variación geográfica, el apoyo transversal para mejorar las condiciones de sacrificio no se vio afectado por las diferencias demográficas. Los resultados indican que el apoyo a las prácticas de bienestar de los peces es compartido entre todos los grupos sociales, independientemente de la edad, el género o los ingresos.
Desde el punto de vista industrial, estos datos abren una ventana de oportunidad para los productores de dorada y lubina. En particular, la acuicultura griega podría beneficiarse de la adopción de tecnologías de aturdimiento eléctrico, una inversión que podría satisfacer la demanda de los consumidores sin generar un aumento significativo de los costos. Según estimaciones, el coste de implementar esta tecnología ascendería a sólo 0,02 euros por pez, menos de los 0,05 euros que el consumidor estaría dispuesto a pagar.
La adopción de prácticas de bienestar de los peces no sólo representa una mejora ética, sino también una estrategia comercial ganadora. Los consumidores son cada vez más conscientes de las implicaciones éticas de sus compras y están dispuestos a premiar a las empresas que adopten prácticas sostenibles que respeten el bienestar animal. Esta tendencia, ya consolidada en otros sectores, está encontrando ahora un terreno fértil también en el mundo de la acuicultura.
El Center for Aquaculture Progress, una organización sin fines de lucro, está trabajando estrechamente con la industria para acelerar la adopción de la tecnología de aturdimiento en la acuicultura de dorada y lubina. El objetivo es modernizar los procesos productivos, alineándolos con las expectativas de los consumidores y contribuyendo a una mejora general del sector en Europa.
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