La transición energética en el transporte marítimo acaba de dar un nuevo impulso desde Japón. La empresa Japan Engine Corporation (JEC), único fabricante japonés de motores lentos tras asumir la gama de Mitsubishi, ha anunciado la finalización del desarrollo de su primer gran motor propulsado por amoníaco, que será instalado este otoño en un buque gasero de la naviera NYK actualmente en construcción.
Este avance supone un hito para la industria naval, que busca alternativas viables al fuelóleo tradicional con el objetivo de reducir las emisiones y cumplir los ambiciosos objetivos de descarbonización fijados por la Organización Marítima Internacional (OMI).
El nuevo motor de JEC, identificado como 7UEC50LSJA, incorpora un sistema selectivo diseñado para capturar las emisiones de óxido nitroso (N₂O), un gas de efecto invernadero mucho más dañino para el clima que el CO₂. De esta forma, la compañía pretende responder a una de las principales críticas sobre el uso del amoníaco: el riesgo de emisiones colaterales que podrían neutralizar parte de sus beneficios ambientales.
El amoníaco, al no contener carbono, se presenta como uno de los combustibles más prometedores para grandes buques de carga. Sin embargo, aún persisten obstáculos importantes, desde la toxicidad del producto hasta los costes de producción y la necesidad de adaptar infraestructuras portuarias para su manejo seguro.
Con este anuncio, JEC se convierte en el tercer fabricante en el mundo en presentar un motor lento a amoníaco, junto a los suizos de WinGD y la compañía Everllence (antigua MAN Energy Solutions).
Japón, al colocar en un buque real su primer motor a amoníaco este mismo año, logra adelantar un paso decisivo frente a sus competidores europeos.
El transporte marítimo representa cerca del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Para alcanzar los objetivos de neutralidad climática a mediados de siglo, la industria apuesta por diferentes soluciones: metanol verde, hidrógeno, biocombustibles avanzados y, ahora con más fuerza, el amoníaco como vector energético.
La instalación del motor japonés en un gasero de NYK marcará un caso piloto seguido de cerca por armadores, astilleros y reguladores internacionales. Su desempeño será clave para determinar si el amoníaco puede convertirse en una alternativa real y competitiva para descarbonizar la flota mundial de grandes buques mercantes.
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