La reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), celebrada en Sevilla, se cerró con un balance agridulce según la Fundación Internacional para la Sostenibilidad de los Productos del Mar (ISSF, por sus siglas en inglés). Mientras se registran avances relevantes en gestión basada en ciencia, especialmente para el listado (skipjack) del Atlántico occidental, otras reformas consideradas esenciales para lograr pesquerías plenamente monitorizadas y responsables quedaron pospuestas a 2026 y años posteriores.
El intenso tiempo dedicado a negociar las nuevas cuotas de atún rojo volvió a pasar factura: cuestiones como la ampliación del seguimiento electrónico (EM), el refuerzo de la cobertura de observadores o la modernización de las medidas sobre tiburones y aves marinas quedaron en segundo plano.
El principal logro de esta 29ª reunión ordinaria fue la adopción de un procedimiento de gestión (management procedure, MP) para el listado del Atlántico occidental. Se trata de un sistema de “estrategias de captura” preacordadas que fijan reglas claras para ajustar el esfuerzo y las cuotas en función del estado del stock, reduciendo la discrecionalidad política y aportando previsibilidad a flotas y mercados.
Con esta decisión, el listado del Atlántico occidental se suma a un grupo creciente de especies gestionadas bajo este enfoque moderno, junto al atún rojo del Atlántico, el atún blanco del norte (northern albacore) y el pez espada del Atlántico Norte. ISSF subraya que ICCAT se mantiene así a la cabeza de las organizaciones regionales de ordenación pesquera (ORP) de túnidos en la implantación de estrategias de captura basadas en evidencia científica y en el principio de precaución.
De cara al futuro, la fundación insta a la Comisión a mantener el impulso y avanzar en:
Pese al creciente impulso internacional hacia pesquerías mejor monitorizadas, ICCAT no dio pasos sustanciales este año en materia de seguimiento electrónico ni de cobertura de observadores humanos.
Los niveles mínimos de observadores permanecen inalterados y la Comisión no fijó un calendario para alcanzar una cobertura del 100 % en las pesquerías industriales de túnidos, incluidos los transbordos en alta mar, considerados un punto crítico para el control y la transparencia.
ISSF considera especialmente preocupante este bloqueo, recordando que los sistemas de monitoreo electrónico son ya una tecnología madura, capaz de mejorar la calidad de los datos, reforzar la trazabilidad y apuntalar una gestión científica y responsable. La organización se compromete a seguir apoyando a las Partes de ICCAT en el desarrollo de capacidades técnicas y el intercambio de buenas prácticas para avanzar hacia un seguimiento completo de las flotas.
En el lado positivo, la Comisión sí aprobó mejoras para alinear su recomendación sobre medidas del Estado rector del puerto con el Acuerdo de la FAO sobre Medidas del Estado Rector del Puerto (PSMA), y refinó sus procedimientos de cumplimiento, pasos que ISSF considera relevantes para cerrar brechas frente a la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR).
En materia de tiburones y capturas accesorias (bycatch), el balance es de “resultados mixtos”. ICCAT debatió un amplio abanico de propuestas, pero sólo se aprobaron avances parciales, dejando para el próximo año decisiones de mayor calado.
La Comisión adoptó una nueva medida para el marrajo dientuso (shortfin mako) del Atlántico Sur que fija un límite de mortalidad de 1.000 toneladas, incluyendo desembarques y descartes muertos. Este tope supone una reducción significativa respecto a capturas recientes y se ajusta mejor a las recomendaciones científicas.
No obstante, ISSF alerta sobre lagunas importantes en el seguimiento: persisten dudas sobre el control real de la mortalidad total —incluidos descartes— y sobre la correcta implementación de la medida por todas las flotas. En el Atlántico Norte, la regulación vigente no se modificó, y los conservacionistas insisten en que la prohibición total de retención sigue siendo la opción más precautoria para favorecer la recuperación.
Por 17º año consecutivo, ICCAT fue incapaz de aprobar la política de “aletas adheridas de forma natural” (fins naturally attached, FNA), considerada el estándar internacional más eficaz para combatir el finning, mejorar la identificación por especies y reforzar la aplicación de las normas.
Para ISSF, la modernización de la antigua regulación sobre aleteo sigue siendo una prioridad absoluta para 2026, tanto por razones de conservación como de control y trazabilidad.
Entre las decisiones positivas, la Comisión acordó prohibir la retención, transbordo y desembarque de tiburón peregrino (basking shark) y tiburón blanco (great white shark) cuando sean capturados en pesquerías reguladas por ICCAT, ampliando así el listado de especies especialmente protegidas.
Sin embargo, reformas más amplias para mejorar el registro de capturas accesorias de tiburones, reforzar las medidas de mitigación y avanzar en la gestión integral de estas especies se aplazaron a trabajos intersesiones.
ISSF había pedido a ICCAT que actualizara su medida de mitigación de capturas accidentales de aves marinas —considerada desfasada frente a las mejores prácticas actuales— y que encomendara a su comité científico la revisión de técnicas más eficaces.
La reunión de Sevilla terminó sin avances en este terreno. La modernización de las medidas para proteger a las aves, especialmente en artes de palangre, sigue siendo un vacío importante en la arquitectura de conservación de ICCAT.
En conjunto, la reunión de 2025 deja una sensación de “logros parciales y oportunidades perdidas”. La adopción del procedimiento de gestión para el listado del Atlántico occidental demuestra que la Comisión puede seguir liderando la transición hacia una gestión de túnidos basada en ciencia y reglas preacordadas.
Pero la falta de progresos en monitoreo electrónico, cobertura de observadores, estrategias de gestión para túnidos tropicales, conservación de tiburones y aves marinas evidencia, a ojos de ISSF, que en 2026 será necesario imprimir mucha más urgencia.
La fundación recuerda que mercados, distribuidores y consumidores exigen cada vez más transparencia, trazabilidad y responsabilidades claras en la explotación de los recursos. Para responder a esas expectativas —y al dictamen científico— ICCAT deberá:
ISSF se compromete a seguir colaborando con las Partes Contratantes de ICCAT mediante investigación conjunta, orientación técnica y diálogo con industria, científicos y ONG, con el objetivo de transformar el impulso logrado en Sevilla en mejoras tangibles para las poblaciones de túnidos, los ecosistemas y las comunidades pesqueras a lo largo y ancho del Atlántico.
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