Aumentan las importaciones en la UE de pangasius procedentes de Vietnam

El mercado de la UE importó más de 134 millones de dólares de pangasius vietnamita, sin embargo, marcando una caída del 19% en comparación con el mismo período de 2022

Según datos de las aduanas vietnamitas actualizados el 15 de octubre de 2023, la Unión Europea ha registrado un aumento de las importaciones de pangasius procedentes de Vietnam. Sin embargo, a pesar de este aumento, el mercado de la UE importó más de 134 millones de dólares en pangasius vietnamita, marcando una caída del 19% en comparación con el mismo período de 2022.

Después de un período de declive, las exportaciones de pangasius de Vietnam a la UE registraron un crecimiento positivo en septiembre de 2023, superando los 14 millones de dólares y mostrando un aumento interanual del 11%. En el tercer trimestre de 2023, la UE compró a Vietnam pangasius por valor de 50 millones de dólares, lo que supone un descenso del 17% en comparación con el mismo periodo del año anterior. En conjunto, las exportaciones en los nueve primeros meses de 2023 alcanzaron los 129 millones de dólares, lo que supone un descenso del 19% respecto a 2022.

Un estudio reciente que realizaron en Zambia sobre la percepción del cambio climático por parte de los productores acuícolas mostró que más del 80% eran conscientes de ello. Lo que quizá no esté claro es si pueden atribuir correctamente los cambios en su producción al cambio climático y viceversa».

Mientras tanto, en Estados Unidos, los pescadores del Golfo de Alaska han visto avances del cambio climático y no es nada agradable. Entre 2014 y 2016, un calentamiento sin precedentes en el Pacífico Norte desencadenó cambios en el ecosistema. Según Marysia Szymkowiak, del Centro de Ciencias Pesqueras de Alaska (AFSC, por sus siglas en inglés), la ola de calor marino fue notable, con pruebas de descensos rápidos y pronunciados del salmón y el bacalao del Pacífico, reducción de la productividad en todo el ecosistema y mortandad de mamíferos marinos y aves. Szymkowiak y un equipo de científicos del AFSC y de la universidad están trabajando para entender cómo puede afectar el cambio climático a la pesca y cómo pueden prepararse.

«Estamos elaborando modelos biológicos y socioeconómicos para comprender mejor cómo afectará el cambio climático a las pesquerías del Golfo de Alaska, a la composición y distribución de las poblaciones y a lo que esto significa para los pescadores y las comunidades pesqueras», explica. «El trabajo se basa en un esfuerzo que lo precedió en el Mar de Bering, construyendo modelos biofísicos y socioeconómicos acoplados para proyectar impactos climáticos a corto y largo plazo».

Resistencia al cambio climático

Por lo general, las comunidades pesqueras son conscientes de que el cambio climático está ocurriendo y puede acabar provocando cambios a gran escala en la pesca. Sin embargo, la mayoría de las comunidades pesqueras están relativamente poco preparadas. Fotografía de Sitka, Alaska, por Marysia Szymkowiak.

En 2019, la pesca comercial en Alaska produjo 5.700 millones de libras de marisco por valor de 2.000 millones de dólares estadounidenses. Es el mayor empleador del sector privado en Alaska, ya que emplea a más de 31.000 pescadores y proporciona seguridad alimentaria, transmisión cultural y conectividad social.

«Alaska es muy especial por su dependencia de los recursos naturales, y tenemos poblaciones indígenas que han visto cambiar el paisaje terrestre y marino a lo largo de los años», explica Szymkowiak. «Los pescadores son también agudos observadores de su ecosistema. Su sustento depende de su capacidad para observar lo que ocurre y la sensación general es que el cambio climático ya está ocurriendo».

La investigación de Szymkowiak comenzó en 2021 con entrevistas telefónicas y talleres virtuales sobre el cambio climático con pescadores del Golfo de Alaska y organizaciones que representan a distintas flotas. Los debates se centraron en los cambios del ecosistema marino, las respuestas a esos cambios y cómo crear resiliencia a largo plazo. Los pescadores con los que habló eran conscientes de que el cambio climático se está produciendo y puede acabar provocando cambios a gran escala en la pesca. Sin embargo, la mayoría de las comunidades pesqueras están relativamente poco preparadas, con una planificación local muy limitada que incluya medidas de adaptación para apoyar la pesca.

«La acuicultura es diversa en cuanto a sistemas de producción, especies e intensidad, por lo que debe promoverse una tecnología más eficiente en el uso de los recursos, como los sistemas multitróficos», afirma Maulu. «Hay numerosas especies y otras potenciales cuyo rendimiento en condiciones cambiantes se conoce mal. Hay que estudiarlas más a fondo para predecir su respuesta al cambio climático y, cuando sea posible, desarrollar especies más resistentes a las enfermedades emergentes o a los cambios en las condiciones ambientales. La mayoría de los países desarrollados avanzan en este sentido, pero los países en desarrollo siguen rezagados debido sobre todo a la escasez de fondos».

En el caso de la pesca, el siguiente paso es la planificación formal de la adaptación al clima. Para ello, Szymkowiak se ha asociado con tres comunidades pesqueras del Golfo de Alaska, y elaborará evaluaciones de vulnerabilidad para examinar los riesgos y efectos del cambio climático. La vulnerabilidad climática de las comunidades pesqueras no se limita a los riesgos para la pesca. Más bien afecta directamente al tejido social y humano que mantiene unidas a estas comunidades.

«Los pescadores son innovadores y tanto ellos como las comunidades pesqueras ya están respondiendo a los efectos del cambio climático», afirmó Szymkowiak. «En mi opinión, las comunidades se dirigen ahora a unir diferentes piezas, compartir lecciones para comprender lo que ha funcionado y lo que no, y crear economías de escala, pasando de esfuerzos ad hoc y poco sistemáticos a una planificación holística. Eso es lo interesante de nuestro proyecto de planificación de la adaptación pesquera.