El sector pesquero agrupado en la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA), de la que forma parte la Confederación Española de Pesca (CEPESCA), ha expresado su compromiso para progresar hacia una gestión pesquera sostenible y ha
incidido en la importancia de lograr un equilibrio entre la conservación de la biodiversidad, el uso sostenible de los recursos naturales y la seguridad alimentaria. Así lo ha expresado el español Javier Garat, como vicepresidente de ICFA, que ha participado en el 4º encuentro del Diálogo Global de la Iniciativa Océano Sostenible (SOI), que se celebra esta semana en Seúl (Corea del Sur).
Durante su intervención, Garat apuntó la eficacia de la gestión pesquera y recordó que, como recoge el informe SOFIA 2024 recientemente publicado por FAO, el 76,9% de los desembarques procedió de poblaciones de peces dentro de los límites de sostenibilidad biológica, un porcentaje que se eleva hasta el 78,9% considerando las 10 especies marinas con mayores desembarques.
Según Javier Garat, “la alta mar no es el “salvaje oeste”, tal y como algunos grupos de presión nos quieren hacer ver, y los buenos resultados de la gestión pesquera merecen un mayor reconocimiento en el escenario internacional y, sin embargo, ocurre lo contrario: la industria pesquera se enfrenta a la presión de algunas ONG ambientalistas que suelen pasar por alto los grandes esfuerzos realizados para gestionar la pesca de forma sostenible y el papel crucial que juega la actividadpesquera en el suministro mundial de alimentos”.
Javier Garat también destacó que el pescado supone al menos el 20% de la ingesta de proteínas animales para más de 3.300 millones de personas en todo el mundo y que los productos del mar, además de suponer el medio de vida de cientos de millones de personas, son uno de los alimentos con menos impacto ambiental. “Ninguna otra fuente natural de proteínas puede igualar al pescado salvaje en cuanto a huella climática, valores nutricionales y excelente sabor”, ha afirmado Garat, para añadir que “a medida que la población mundial continúa creciendo, garantizar un suministro estable de alimentos es una tarea global crítica”.
A este respecto recordó que “el verdadero reto climático y de conservación del siglo XXI es la alimentación de 10.000 millones de personas de forma sostenible. La sociedad necesita acabar con el hambre y la malnutrición al tiempo que protege la biodiversidad. En este sentido, para la consecución de estos objetivos, el océano puede y debe desempeñar un papel relevante”.
El cuarto encuentro del Diálogo Global de la Iniciativa Océano Sostenible (SOI) tiene como objetivo mejorar la cooperación entre las Organizaciones de Mares Regionales y las Organizaciones Regionales de Pesca para implementar el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Así mismo, se está debatiendo también sobre el acuerdo en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar relativo a la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional (BBNJ, por sus siglas en inglés). El encuentro estaba impulsado por el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CBD) de Naciones Unidas.
Otras Medidas Efectivas de Conservación Basadas en Áreas (OECM)
Garat también destacó que la gestión pesquera de las ORP es la herramienta más potente para proteger la salud de los océanos y fomentar, al mismo tiempo, el desarrollo humano y, como se refleja en los llamamientos del Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal, ha logrado reconstruir las poblaciones de peces y aumentar las capturas dentro de los límites ecológicos.
Por este motivo, y de acuerdo con el sector pesquero, centrarse únicamente en la creación de Áreas Marinas Protegidas (AMP), sin considerar el uso sostenible de los recursos marinos y las necesidades de las comunidades costeras, puede tener efectos perjudiciales en la seguridad alimentaria y los medios de vida de las comunidades que viven de la pesca. En este sentido, ICFA reconoce el papel de Otras Medidas Eficaces de Conservación Basadas en Áreas (OECM) como instrumento eficaz de colaboración intersectorial entre la pesca y la conservación de la biodiversidad. También subraya la importancia de la colaboración entre responsables políticos, ONGs y sector pesquero para desarrollar de forma colaborativa soluciones pragmáticas e implantables. Esta es la única forma, considera el sector pesquero, de seguir avanzando en el desarrollo de una economía azul y unas pesquerías sostenibles, y afrontar, al mismo tiempo, desafíos como el cambio climático, la contaminación marina, incluido los plásticos, la pesca ilegal o la descarbonización.
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