Una investigación publicada en Science Advances muestra que la pesca del calamar, que ha aumentado drásticamente en los últimos tiempos, se realiza sobre todo en zonas no controladas. Hasta el 86% de la pesca de calamar se lleva a cabo en zonas con escaso o nulo control del tamaño de las capturas.
La pesca no regulada representa un reto importante para especies como el calamar, cuya explotación afecta a océanos enteros.
Para estimar la escala mundial de la pesca del calamar, el estudio analizó imágenes de satélite y datos de seguimiento de buques.
El estudio estima que el número de buques que utilizan luz para atraer a los calamares aumentará drásticamente: de unos 149.000 días de pesca en 2017 a 251.000 días en 2020.
La regulación y gestión de la pesquería mundial de calamar es compleja, ya que tiene lugar tanto en aguas bajo jurisdicción nacional como en alta mar. Por lo tanto, la cooperación es esencial para garantizar que la pesca del calamar se gestiona a un nivel sostenible y que se evitan las lagunas.
Las organizaciones regionales de ordenación pesquera se crearon mediante tratados internacionales para proporcionar el marco de esa cooperación y regular las denominadas pesquerías «transfronterizas» de calamar.
Sin embargo, de las 17 organizaciones existentes, sólo dos -la Comisión de Pesca del Pacífico Norte y la Organización de Gestión de la Pesca del Pacífico Sur- se ocupan de la pesca del calamar. Esto significa que sigue habiendo grandes lagunas en el Océano Índico y el Océano Atlántico.