El astillero vigués Freire Shipyard ha botado este martes el Saputi II, un moderno arrastrero congelador encargado por la corporación inuit Qikiqtaaluk y concebido para operar en las durísimas condiciones del Ártico. Con sus 79 metros de eslora y 17 de manga, el buque incorpora tecnología de última generación en eficiencia energética, procesamiento a bordo y automatización, lo que lo convierte en un referente mundial en innovación pesquera.
El Saputi II está diseñado para trabajar entre la banquisa que se extiende entre Groenlandia y Canadá, donde las temperaturas extremas y el hielo hacen de la pesca una actividad de alto riesgo. Su sistema de propulsión de bajas emisiones responde a la creciente demanda de soluciones respetuosas con el medio ambiente, en línea con los objetivos globales de descarbonización.
La embarcación, con capacidad para 30 tripulantes –en su mayoría inuit–, procesará, congelará y paletizará directamente en alta mar hasta 750 toneladas de camarón y 1.100 de fletán, gracias a un sistema automatizado con robots industriales. Esto permitirá garantizar la frescura y trazabilidad del producto desde la captura hasta su llegada al consumidor, un aspecto clave para mantener la competitividad en los mercados internacionales.
El encargo del Saputi II no solo representa un hito tecnológico, sino también un compromiso económico y social con las comunidades del norte de Canadá. La corporación Qikiqtaaluk ha subrayado que el buque será una herramienta para fortalecer la soberanía alimentaria y generar empleo local, reforzando el papel de la pesca como motor de desarrollo en las regiones árticas.
La botadura se produce en un momento de gran actividad para Freire Shipyard, que junto con Armón lidera la construcción naval en la ría de Vigo. El astillero centenario de Beiramar trabaja actualmente en otros proyectos de envergadura, como el oceanográfico francés Anita Conti, un velero insignia con propulsión híbrida para Greenpeace, el buque de investigación Thuwal II para Arabia Saudí, un apoyo a buceadores para la Armada Española y un yate de más de 100 metros de eslora. En total, la compañía asegura carga de trabajo para más de dos años y genera más de 500 empleos directos e indirectos.
El Saputi II refleja también el buen momento que vive el sector naval gallego, capaz de atraer pedidos internacionales y retomar con fuerza la construcción de buques pesqueros. La factoría de Nodosa, en Marín, construye un arrastrero de 85 metros para Profand y Newsan, destinado a la pesca de pota y merluza negra en aguas argentinas. En Armón Vigo, se han estrenado recientemente el Hadassa Bay para Copemar, que faena en Malvinas, y el Don Juan Álvarez, un tangonero de 43 metros para Wofco, especializado en langostino salvaje.
Este dinamismo consolida a Galicia como uno de los polos navales más activos de Europa, donde tradición y tecnología se combinan para responder a los retos del sector marítimo global.
Con el Saputi II, Freire no solo entrega un buque de vanguardia, sino que reafirma la capacidad innovadora de la industria naval gallega y su papel en la transformación de la pesca en escenarios extremos como el Ártico.
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