Llaman a los Estados a ratificar el Convenio 188 de la OIT durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano en Niza
En el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Océano (UNOC), que reúne a más de 60 jefes de Estado y de Gobierno de 130 países hasta el 13 de junio en Niza, Francia, el Reino Unido y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han lanzado una campaña global destinada a erradicar el trabajo forzoso en el sector pesquero. Esta iniciativa pone en el centro de la agenda internacional la urgente necesidad de ratificar el Convenio 188 de la OIT, un instrumento legal clave para garantizar condiciones laborales dignas a bordo de los buques de pesca en todo el mundo.
Durante la presentación de la campaña, Eric Banel, director general de Asuntos Marítimos, Pesca y Acuicultura de Francia, fue contundente: “El trabajo forzado en la pesca existe. Hay personas que pasan meses a bordo de embarcaciones, cobrando salarios ínfimos o directamente sin percibir nada. Es un trabajo inhumano que debemos combatir”. Para Banel, el Convenio 188 es “la herramienta fundamental para prohibir condiciones laborales que rozan la esclavitud moderna”.
Actualmente, solo 24 países han ratificado esta convención internacional. Sin embargo, la campaña ha comenzado a mostrar resultados: Bélgica y Costa de Marfil anunciaron su adhesión formal al convenio el pasado 8 de junio, durante los primeros compases de la cumbre oceánica. Ambas naciones se suman así a un grupo aún reducido pero creciente de Estados que se comprometen a proteger los derechos fundamentales de los trabajadores de la pesca.
El Convenio 188, adoptado en 2007, establece normas mínimas en cuestiones clave como la salud y la seguridad a bordo, los tiempos de descanso, los contratos laborales, la repatriación y la protección social. Su aplicación efectiva no solo busca erradicar abusos laborales, sino también elevar los estándares de sostenibilidad y responsabilidad en una industria frecuentemente opaca.
Desde la OIT, representantes enfatizaron que la pesca es una de las actividades más peligrosas y desreguladas del mundo. Las condiciones laborales precarias, el aislamiento en alta mar y la falta de mecanismos de vigilancia hacen que muchos trabajadores, especialmente migrantes, estén expuestos a explotación sistemática, violencia y privación de libertad.
En la conferencia también se destacó la necesidad de una cooperación transfronteriza más efectiva, así como del fortalecimiento de los controles portuarios y marítimos. Francia y Reino Unido, como países impulsores de la campaña, instaron a los demás gobiernos presentes a ratificar cuanto antes el Convenio 188 y armonizar sus marcos legales con los principios establecidos por la OIT.
“La lucha contra la esclavitud moderna no puede quedarse en palabras. Necesitamos compromisos políticos firmes y medidas concretas”, insistió un portavoz del Gobierno británico.
El mensaje es claro: no puede haber océanos sostenibles sin dignidad humana. Y para ello, la regularización del trabajo en el mar, especialmente en el sector pesquero, se vuelve una condición ineludible. La campaña internacional lanzada en Niza pretende abrir una nueva etapa en la gobernanza de los océanos, centrada no solo en los ecosistemas, sino también en las personas que viven y trabajan en ellos.
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