Las obras de construcción de la futura unidad de biometanización en el puerto de Gennevilliers están previsto que comience en marzo. Al proyecto se destinarán dos barcazas y un remolcador para transportar el digestato, que será utilizado como abono orgánico en las fincas.
Dos barcazas fluviales y un remolcador se destinarán a la futura unidad de biometanización del proyecto de Gennevilliers, con el fin de transportar el digestato producido junto con los 30.000 MWh/año de biometano.
La construcción de una unidad de biometanización capaz de tratar 50.000 toneladas de residuos alimentarios al año comenzará en marzo en el puerto de Gennevilliers (Hauts-de-Seine).
Dos sindicatos de Île-de-France, Syctom y Sigeif, y la empresa de recogida de residuos Paprec unieron sus fuerzas para un proyecto de metanización en el norte de la capital. ¿Su apuesta? Tratar y valorizar los biorresiduos separados en origen.
El proyecto, financiado con unos 50 millones de euros por los tres interesados, está preparando actualmente las solicitudes de permisos de construcción y exenciones medioambientales, antes de iniciar la investigación pública. Está previsto que las obras comiencen en enero de 2024 y la puesta en servicio esté prevista para 2025.
La futura unidad de metanización producirá 30 gigavatios hora (GWh) de biometano al año, que se inyectarán a la red de gas urbano. Además, este biogás proporcionará, por un lado, la energía eléctrica y térmica necesaria para la instalación. Y, por otra parte, participará en el suministro de bioGNV a la estación de repostaje de los 120 autobuses de Sigeif Mobilités, instalada a unos cientos de metros del sitio.
Los residuos alimentarios se tratarán en breve y se separarán en origen
¿El objetivo? Tratar los residuos alimentarios separados en origen Esta nueva separación será obligatoria para todos los productores y poseedores de biorresiduos por la Ley Antidesperdicio para una Economía Circular (Agec), de acuerdo con la normativa europea. «Cada año, Syctom recoge 1,8 millones de toneladas de residuos domésticos residuales (RHS), cuya composición es entre un 25 y un 30% de residuos alimentarios», explica Éric Cesari, presidente de la asociación y vicepresidente de la Metrópoli del Gran París. La unidad de Gennevilliers no será suficiente a largo plazo, pero es un comienzo. » Syctom prevé suministrar a las futuras plantas metanizadoras 50.000 toneladas de biorresiduos al año, es decir, el 10% de la fuente potencial.
Los residuos recogidos procederán, en primera instancia, de fuentes privadas, mientras se extienden las nuevas normas de clasificación a la población general. «Esta fábrica deberá tener ramificaciones en el futuro para movilizar toda la oferta disponible», señala el nuevo presidente de Paprec, Sébastien Petithuguenin. Para ello, será necesario apoyarse en otros departamentos de la región, como Seine-et-Marne o Val-d’Oise, cuyo espacio está menos monopolizado que el del puerto de Gennevilliers, que ya reúne un gran número de fábricas y sitios industriales.
Sin embargo, esta debilidad es también la fortaleza del proyecto. “El puerto de Gennevilliers está situado lo más cerca posible de las zonas de recogida de residuos alimentarios, lo que permite limitar las distancias de transporte”, subrayan los tres responsables del proyecto. Además, el sitio podrá contar con transporte fluvial, en particular para entregar el digestato. Con este objetivo, se utilizará cada semana una barcaza de transporte, alimentada primero con “biocombustible local” y luego con biogás producido por la propia unidad, para evitar el movimiento del equivalente a 30 camiones.
Producir digestato lo más “orgánico” posible
Gracias a esta nueva unidad de metanización, Paprec llegará a suministrar 43.000 toneladas de digestato al año (cantidad suficiente para esparcir en 2.000 hectáreas de terreno cada año). Todo será entregado a NatUp, una cooperativa agrícola de Normandía que agrupa a más de 7.000 agricultores. El digestato se enviará por vía fluvial a los sitios de almacenamiento de NatUp en Eure y Eure-et-Loir. Paprec quiere convertirlo en una recuperación de primera clase: un “biofertilizante”, en lugar de un residuo. El grupo de Sébastien Petithuguenin incluso prevé presentar una solicitud de autorización de comercialización ante la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria (ANSES) para lograrlo. Para ello, se apoyará en un tratamiento hidromecánico para asegurar la “limpieza” de los insumos y del digestato resultante.
Galicia agotó el 84 % de los fondos europeos destinados al mar. Marta Barreiro, secretaria…
El informe del CIEM (ICES) sobre el clima oceánico destaca las tendencias climáticas en el…
El Consejo de Ministros ha aprobado, a propuesta del ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible,…
El North Sea Advisory Council NSAC, que proporciona a la Comisión Europea asesoramiento e informes…
La empresa francesa OCTECH está instalando un dispositivo técnico consistente en una baliza acústica bioinspirada…
Las ONG ambientales celebran la ratificación del Tratado Global de los Océanos por parte del…