Barcos de cerco de A Coruña protestan contra el excesivo celo mostrado por los inspectores y han hecho sonar las bocinas de sus embarcaciones a modo de protesta. Ahora, además, la asociación de armadores de barcos de cerco de Galicia (Acerga) ha presentado sendas denuncias ante el Defensor del Pueblo y también ante la Fiscalía de A Coruña por acoso y abuso de poder contra la flota por parte de algunos agentes de la Guardia Civil del Mar, a los que identifica con nombres y apellidos.
En esas denuncias relata cómo durante las inspecciones a bordo se dirigen a los patrones y a los miembros de la tripulación «con trato inadmisible, absoluta falta de educación y respeto, tratándolos como cosas y no como personas, con la deliberada finalidad de inquietar la voluntad de los marineros».
La flota también denuncia ante el Defensor del Pueblo el trato dispensado por los agentes En el escrito a la Fiscalía, Acerga detalla, entre otros episodios, que uno de los agentes accede al interior de los buques con frecuencia, «incluso se adentra en la zona reservada a los camarotes de la tripulación, sin solicitar para ello la correspondiente autorización, procede a inspeccionar buques de manera constante, sin que exista la más mínima sospecha de comisión de actuación ilegal, utilizando para ello prácticas inadecuadas, con absoluta falta de respeto y consideración hacia los trabajadores, mostrando una forma de hacer totalmente autoritaria».
La representación legal de Acerga apela a lo que dice la ley de las fuerzas armadas sobre la obligación de los agentes de «observar en todo momento un trato correcto y esmerado en sus relaciones con los ciudadanos». Y también recuerda que su régimen disciplinario considera faltas muy graves «toda actuación que suponga discriminación o acoso por cualquier condición o circunstancia personal», así como el abuso de autoridad.Abuso de poder reiterado
Acerga solicita a la Fiscalía que abra una investigación, porque considera que la conducta de los agentes «podrían ser constitutivas de un delito de abuso de poder reiterado, que comporta un delito de acoso continuado». Los escritos enviados a la Fiscalía y al Defensor del Pueblo hablan de hechos concretos ocurridos a partir de abril pasado. Andrés García, representante de Acerga, explicó que a raíz de la protesta a bocinazos del sector, las inspecciones a bordo de los pesqueros siguen siendo frecuentes, pero los agentes llegan con un talante más relajado.
Pero García subrayó que se están produciendo «inspeccións masivas» en las lonjas en los momentos de pesar las capturas para comprobar que los kilos descargados son los declarados, entre otros extremos. El representante de Acerga avanzó que están efectuando consultas legales para comprobar si esas revisiones día sí, día también, son legales.
La flota, además, exige que se levante actas de todas las inspecciones, aunque los agentes no detecten infracción alguna, para que quede constancia de cada operación.
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