Con casi 8.000 kilómetros de costa entre la península, los archipiélagos y los enclaves norteafricanos, España se consolida como una de las grandes potencias europeas en economía azul, el conjunto de actividades ligadas al mar, los océanos y las costas.
Según datos de la Comisión Europea, en 2019 el sector generó en España un valor añadido bruto (VAB) de 32.770 millones de euros y 906.000 empleos, cifras que suponen un crecimiento del 21 % y 1,9 % respectivamente en la última década. El mar representa ya el 2,9 % del PIB nacional, el 4,5 % de la facturación total y casi el 5 % del empleo.
El turismo de sol y playa, la náutica y los cruceros son el corazón de la economía azul española. En 2019 concentraron:
Sin embargo, es también la actividad menos productiva por trabajador y con menores márgenes de beneficio, lo que refleja su dependencia de grandes volúmenes de visitantes.
La actividad de recursos vivos (pesca, procesado y distribución) supone el 13 % del empleo y el 23 % de la facturación de la economía azul en España. El país es la primera potencia pesquera de la UE, con una productividad alta en la transformación y distribución de productos pesqueros, aunque baja en el sector primario.
Las actividades portuarias representan el 7 % de la facturación y el 5 % del empleo, pero destacan por su peso en excedentes (15 %) y márgenes de beneficios (17 %). En facturación y beneficios, España multiplica por más de tres la media europea.
La construcción y reparación naval, otro sector histórico, también supera los registros comunitarios, con un peso 1,9 veces superior al promedio de la UE.
Mientras otros países europeos desarrollan la energía renovable marina, España no alcanza cifras significativas en este ámbito. El informe señala que el potencial existe, pero todavía está en fase incipiente.
La comparación con la media comunitaria es clara:
Las actividades portuarias destacan por su competitividad: España multiplica por más de tres la media comunitaria en empleo, facturación y beneficios. La construcción y reparación de buques, aunque castigada por la crisis de 2009, sigue mostrando cifras superiores al promedio europeo.
En cambio, los recursos no vivos sitúan a España claramente por debajo de la media, con excepción de la extracción de sal, donde supera el 10 % del total europeo.
El informe incorpora una comparativa de la evolución sectorial, con datos de la CE (2009-2019) y de una definición alternativa (2013-2019). Entre las conclusiones destacan:
El informe concluye que España no solo lidera sectores tradicionales como el turismo costero y la pesca, sino que además muestra un rendimiento muy superior a la media europea en actividades portuarias y construcción naval.
El gran reto para la próxima década será impulsar las energías renovables marinas y modernizar sectores con menor productividad, como el turismo o la acuicultura, para diversificar y garantizar la sostenibilidad de la economía azul española.
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