Los eurodiputados de la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo han aprobado por 15 votos a favor, 9 en contra la propuesta de instalar cámaras de vigilancia y sensores en aquellos puertos de los países que forman parte de la organización regional de pesca (ORP) en los que se desembarquen de golpe más de 10 toneladas de determinadas especies pelágicas o en los que el volumen total de estas supere las 3.000 toneladas al año.
En principio, la finalidad de esas cámaras sería la de vigilar que se cumple la obligación de desembarco de esas especies en puertos con movimiento importante de todas las partes contratantes de esa ORP: Noruega, islas Feroe, Groenlandia, Islandia y el Reino Unido (Rusia quedaría al margen). Y la flota entiende que ese control con cámaras de circuito cerrado de televisión debería limitarse a los desembarcos de pelágicos capturados en esas aguas internacionales. Así lo había expuesto en sus apelaciones la patronal comunitaria, Europêche, y así lo había recogido el Consejo Económico y Social Europeo (CESE) en su informe sobre la propuesta. Alegaban que de esas medidas de control deberían excluirse las flotas costeras que operan dentro de las 200 millas de las zonas económicas exclusivas de los Estados miembros de la UE y no en las internacionales de la NEAFC.
Todavía falta parte de la tramitación legislativa, pero la trasposición al derecho de la UE de las medidas de gestión pesquera adoptadas por la Comisión de Pesca del Atlántico Nororiental (NEAFC) no está tomando el camino que la flota pesquera desearía.
Sin embargo, el acuerdo no se está trasponiendo en ese sentido. Por más que queda especificado en el texto aprobado que «las nuevas disposiciones de vigilancia no afectan a la pesca en pequeña escala» y que las cámaras solo se activarían para los desembarques superiores a 10 toneladas, lo cierto es que hay varios puertos gallegos que reciben más de 3.000 toneladas al año de jurel, xarda y lirio, las tres especies que, junto al arenque, serán sometidas a esa especial vigilancia. En Galicia sería el caso de A Coruña, Ribeira y Burela, solo que esos pelágicos proceden de caladeros nacionales, no de aguas libres reguladas por la NEAFC.
La exclusión de la bajura
Daniel Voces, director de Europêche, entiende que con la regla de que solo se sometan a control por cámaras los desembarcos de más de 10 millones de kilos se ha intentado reforzar la exclusión de la bajura. Desde luego, «mejora la norma», pero no acaba de dejar a la flota artesanal al margen. Para Voces, es una medida redundante, toda vez que acaba de aprobarse el reglamento de control, con medidas dirigidas a vigilar el cumplimiento de la obligación de desembarque de todas las aguas comunitarias. Y señala que no es la primera vez que la UE se equivoca a la hora de trasponer un acuerdo internacional y va más lejos de lo previsto dejando en peores condiciones a su flota que a las de los demás países del entorno. Ocurrió ya con el acuerdo adoptado en el seno de la ICCAT con el atún rojo y sucede de nuevo ahora al trasponer las medidas de vigilancia en la NEAFC, señala Voces.
Tanto él como el presidente de la patronal comunitaria, Javier Garat, que también es consejero del CESE, confían en que pueda corregirse ese reglamento para limitarlo al área geográfica de la NEAFC, no a los caladeros comunitarios. Las medidas, de aprobarse, comenzarían a aplicarse a partir del 1 de enero del 2026, pero la Comisión ya avanzó que los Estados miembros deberían ir presentando ya una lista de sus puertos que cumplen estos requisitos.
El ponente del informe, el portugués Francisco Guerreiro, de Los Verdes/ALE, señaló que la actividad pesquera de la UE en la zona de regulación de la NEAFC es bastante limitada. Que Lituania, Letonia y Estonia son las más afectadas, por su actividad en las aguas internacionales del mar de Barents, mientras que algunos buques de la UE de Portugal, España (calcula que 83 barcos), Francia y los Países Bajos operan en menor medida en otras zonas de la organización. Guerreiro admite que la gran mayoría de la actividad pesquera de la UE en la zona del convenio se concentra en aguas bajo jurisdicción nacional, pero considera que la propuesta de reglamento «ayuda a facilitar la cooperación entre los Estados miembros de la UE y los socios internacionales, combatir la sobrepesca, proteger las especies vulnerables y garantizar la viabilidad a largo plazo de la pesca en el Atlántico nororiental».
Otro acuerdo adoptado en la cuadragésima primera cumbre de la NEAFC, celebrada en el 2022, que ya está en vigor es la obligación de recibir autorización para realizar transbordos en el mar. Estos deben ser aceptados por el país receptor del pabellón, mientras que el buque que hace la entrega debe informar a la secretaría de la ORP. Los receptores, además, deberán comunicar la captura total a bordo, el peso total que se va a desembarcar, el nombre del puerto y la fecha y hora del desembarque, al menos con 24 horas de antelación.
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