Si alguien está interesado en lograr una recuperación de la normalidad en la vida cotidiana y en la movilidad ese es el sector pesquero. De nada sirve armar los barcos para las costeras del verdel y de la anchoa y después ver como los precios se ven frenados por la pandemia. Ahora, con las faenas iniciadas el punto de mira es el recelo a la respuesta del mercado al Brexit y a los problemas derivados del covid-19. Tiene la flota un capital que son las cuotas y ven el proceso de vacunación con esperanza. Unicamente un barco ha paralizado la actividad y su tripulación confinada
El pasado año no fue bueno para los arrantzales. La pandemia les cogió en plena campaña y arrancaron la faena con retraso. Ahora, con los problemas generados por la covid aún sin resolver, el Brexit suma dificultades. Miren Garmendia, secretaria general de la Federación de Cofradías de Pescadores de Gipuzkoa, valora el comienzo de la costera de este año.
Precios y capturas son la principal preocupación.Con respecto a las capturas, las sensaciones no son malas. La anchoa está ahí y está en una buena situación. El problema está más en el ámbito comercial, en el mercado y en los precios. El mercado no se ha regularizado adecuadamente y todavía estamos sufriendo las consecuencias de la crisis generada por la pandemia del covid-19. Los pesadores están trabajando para que los precios sean sostenibles y rentables para el pescador, pero la situación de normalidad se hace esperar.
Por lo que respeta al verdel se resiste a aparecer y las capturas no están dando fruto. En las primeras semanas de la campaña no ha habido grandes cantidades. Se trata de una especie que suele aparecer de golpe y en grandes cantidades, y todavía no se ha dado eso. Aún no es tarde y mantenemos la esperanza de que empiece a acercarse a nuestras aguas.
El pasado año la campaña de la anchoa arrancó con un mes de retraso debido a la pandemia y los bajos precios lastraron la actividad. En el puerto de Ondarroa se llevan recogidas 450 toneladas, en un mes de actividad. De momento están en una tesitura bastante parecida a la de 2020. El problema del mercado también padece la ausencia de normalidad. Los consumidores habituales han visto frenada su capacidad de compra y hay cierta incertidumbre todavía y todo ello se traduce en los precios.
La interrupción de las faenas si generó un paquete de ayudas del Gobierno Vasco para paliar la situación de aquellas empresas que tuvieron grandes pérdidas con respecto a años anteriores. Desde Madrid también dijeron que iban a dar ayudas ante la imposibilidad de salir a pescar, pero todavía se están gestionando todos esos expedientes.
De momento esas ayudas las han cobrado muy pocos pescadores y se espera que lleguen pronto, pero hay un colapso en la administración de pesca de Madrid. «Me consta que se está trabajando en ello, y entiendo que se trata de toda la flota %española y que es un trabajo muy grande. Pero, de momento, no está siendo muy ágil para un momento de crisis como este», señala la secretaria de la Federacoión de Cofradías de Gipuzkoa, Miren Garmendia.
A los imponderables de las capturas y precios se une la situación pandémica. «El año pasado trabajamos duro para establecer unos protocolos y de momento se están manteniendo: el uso de mascarilla, evitar la concentración de personas durante mucho tiempo… Ahora estamos a la expectativa de la vacunación, como otros sectores. Estamos recabando la información de los marineros que desean ser vacunados y los que no, y la gran mayoría está esperando la vacuna. Realizamos gestiones para que llegue cuanto antes; la esperamos con esperanza», decía Garmendia.
A los problemas se han unido los del Brexit, con los especies como el verdel y el chicharro en juego. «Tenemos dos especies principales que compartimos con los ingleses y cuyas negociaciones han afectado bastante, la del chicharro y el verdel. El chicharro todavía tiene una cuota provisional, en la que solo se ha asignado, de momento, para este primer trimestre».
En el caso del verdel, gran parte de la cuota ya se ha asignado, nos faltaría un pico pequeño. Pero si que ha sido un tema que ha generado incertidumbre. Vamos a ver como se desarrolla.
Nuestros pescadores no trabajan principalmente en caladeros del Reino Unido, pero indirectamente todo está interrelacionado, así que estamos a la espera de que se cierren definitivamente esas cuotas
En un principio se redujo a un 65% del año pasado, pero finalmente se rectificó, y se ha asignado el 72%. Tampoco se ha descontado la multa que España está pagando por sobrepasar la cuota en 2009 y 2010. Afortunadamente, se ha conseguido que lo de la sanción no se aplique ahora, sino en la cuota que falta por asignar.
Por ello, la única preocupación de los pescadores es que el mercado empiece a responder, pero son optimistas. Creen que con el proceso de vacunación se empezará a normalizar un poco toda la actividad y eso se notará en el mercado que se trasladará a un mayor movimiento en los restaurantes. Pero de momento, los arrantzales vascos creen que vana tener que seguir sufriendo un poco las consecuencias del covid-19. Hay que pensar que es sector está interrelacionado con el nivel de normalidad de la actividad general.
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