El IEO ha perdido a dos referentes e investigadores importantes, Eladio Santaella y Valentín Trujillo. Santaella falleció 9 de abril, tras una larga enfermedad. Eladio nació en el Puerto de la Cruz, Tenerife, el 24 de enero de 1947. Se licenció y doctoró en Ciencias Biológicas en la Universidad de La Laguna. Ingresó en el Instituto Español de Oceanografía en 1972 y en sus primeros años se dedicó a la biotecnología pesquera. Fue unos años después cuando se traslada al entonces denominado Centro Costero del Mar Menor (hoy Centro Oceanográfico de Murcia). Allí, junto a los auténticos pioneros en el cultivo de la dorada, sentó las bases de la producción de juveniles de esta especie, aunque ensayaron con otras muchas como la lubina, la herrera, la seriola, la sepia, el mújol, el langostino, el camarón y una larga lista.
En 1979 accede a la condición de funcionario oceanógrafo y se traslada a Madrid, destinado en los servicios centrales del IEO, donde comienza una intensa labor en la gestión de programas de ámbito nacional y asesoría a otros organismos en el área de acuicultura. Es en este año cuando, entre otras muchas acciones, representa a España en la campaña internacional utilizando barcos comerciales, de recolección de huevos fecundados de atún rojo destinados a la investigación para su cultivo industrial. En 1985 se traslada a la Secretaría General de Pesca y continúa esta labor de gestión como jefe de sección de Ordenación y Reglamentación Marisquera y Cultivos Marinos, hasta que en 1991 es nombrado subdirector general de Planificación de la Acuicultura y Recursos Litorales, desarrollando su labor hasta 1996. A partir de ahí, ejerce como consejero técnico de las diversas subdirecciones generales relacionadas con la acuicultura, la pesca y los recursos litorales, así como de la gestión de los fondos estructurales y acuicultura.
También ostentó la representación del IEO en la Comisión de Dirección del Plan Marisquero y de Cultivos Marinos de la Región Suratlántica (PEMARES) y participó en el diseño de numerosas plantas experimentales de cultivos marinos del IEO (Vigo, Santander, Mazarrón, Santa Cruz de Tenerife) pero también de otras muchas instituciones como el citado PEMARES, la Estación de Acuicultura del Puerto de Andratx del Govern de les Illes Balears, del Centro de Tecnología Pesquera de Taliarte del Cabildo Insular de Gran Canaria, Esteros de Cádiz, de Tinamenor, de GESA en Baleares, la Universidad de Granada, o de la Comunidad Valenciana. En el año 2011, con motivo de la celebración del 25 aniversario de la Asociación Empresarial de Productores de Cultivos Marinos (APROMAR) le fue concedida la ‘Insignia de Honor’ por «haber desarrollado un papel crucial como nexo entre el sector privado de la acuicultura y la administración en los complejos primeros años del sector».
En el año 2004 se reincorpora en el IEO como vocal asesor de la Dirección. Si bien sus responsabilidades en este nuevo cargo abarcaban todas las areas de estudio del IEO, a saber, pesquerías medio marino y acuicultura, sin menospreciar las dos primeras cuyo amplio conocimiento y experiencia le permitía abarcarlas, dedicó gran parte de su tiempo a la potenciación de la acuicultura en el organismo, y prestando una muy especial atención al cultivo del atún rojo. Sin la colaboración y el apoyo de Eladio Santaella, ninguno de los logros que ha conseguido el IEO en esta materia, como la declaración de la ICTS-ICAR, el cierre del ciclo biológico de esta especie en cautividad y la obtención de puestas en instalaciones en tierra, se hubiesen culminado.
Fue socio fundador de la Sociedad Española de Acuicultura (SEA). Si bien nunca quiso formar parte de su Junta Directiva, siempre participó asesorando a los que gestionaban la SEA, con sus sabios consejos fruto de su dilatada experiencia. En el homenaje que se le hizo en el XVI Congreso Nacional de Acuicultura, se le impuso la insignia de oro de la SEA.
Eladio ha sido maestro, compañero y sobre todo amigo de mucha gente, y un referente de la acuicultura española y en la SEA. Los que le apreciábamos, le echaremos mucho de menos. Descansa en paz.
Valentín Trujillo
El pasado 10 de abril también falleció Valentín Trujillo Gorbea, investigador y exdirector del Centro Oceanográfico de Vigo. Licenciado y Graduado en Ciencias Biológicas por la Universidad de Santiago de Compostela en 1985, en la especialidad de Biología Molecular, fue director del Centro Oceanográfico de Vigo de 2008 a 2015.
Después de un breve paso por el Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (IIM-CSIC), entró a formar parte de la plantilla del Centro Oceanográfico de Vigo del Instituto Español de Oceanografía (IEO) en el Programa de Investigación sobre Pesquerías Lejanas en 1988, aunque posteriormente, tras sacar la plaza por oposición, se incorporó al programa de investigación del Área del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES).
Su labor se centró en el análisis de stocks de especies demersales, así como el seguimiento y análisis de la actividad pesquera. Fue investigador principal del Equipo de Modelado y Análisis de Sistemas del IEO. Participó en 22 campañas de investigación en el mar y numerosos proyectos del IEO y la Unión Europea. Fue coordinador internacional del ICES para la evaluación de los stocks de merluza, llegando a ser presidente de su Grupo Internacional de Trabajo.
Posteriormente fue representante español en diversos comités internacionales de gestión de recursos pesqueros. Según él mismo reconocía, “existe una lucha permanente entre el ser humano con los océanos”. Desde esta perspectiva, comentaba que el trabajo del Centro Oceanográfico de Vigo se centraba en “velar por el respeto a la naturaleza” y por “la mesura en la utilización de sus recursos” y comentaba que uno de los grandes retos del IEO es “contribuir a mantener unos ecosistemas marinos sanos y productivos a través del conocimiento científico”.
Valentín realizó una labor muy importante en el desarrollo y aplicación de modelos matemáticos para la evaluación de la dinámica de las poblaciones explotadas que permitieran establecer criterios de base científica para su gestión. Asimismo, también era un experto en gestión de bases de datos, modelado y aplicación de técnicas estadísticas.
Más allá de su labor investigadora, también será recordado por su labor pedagógica y su calidad humana: su disposición a ofrecer ayuda para resolver problemas que se le planteasen, si de esta forma podía ayudar a un compañero de manera desinteresada, reflejaba su compromiso y generosidad.
También es importante destacar la repercusión de su participación, como experto de ICES y a propuesta de la Unión Europea, en el primer grupo básico de expertos (core group) para diseñar, definir la aplicación de la gestión pesquera teniendo en cuenta su impacto en el ecosistema marino.
Durante su período como director del Centro Oceanográfico de Vigo, además de su trabajo de dirección de este Centro que durante su mandato llegó a contar con 186 trabajadores, hizo una gran labor de relación con otras instituciones. Formó parte del Consejo de Navegación y Puerto del Puerto de Vigo, del órgano de Dirección del Instituto de Cultura, Ciencia y Tecnología (ICCT), del Patronato del CETMAR y mantuvo estrechas relaciones con instituciones afines como el IIM (CSIC), INTECMAR, CIMA, CESGA, Universidades de Galicia y norte de Portugal, OESA, ARVI, Consorcio de Zona Franca de Vigo, Museo do Mar o el Parque Nacional Marítimo Terrestre das Illas Atlánticas de Galicia, entre otros.
En algún momento él mismo manifestó: “Mi principal motivación como investigador y director del Centro Oceanográfico de Vigo (del IEO) es contribuir con mi trabajo a que la sociedad tome conciencia de la importancia de la ciencia y del mar, entendido desde las perspectivas históricas, culturales, racionales y también, por qué no, desde el punto de vista ético y estético”.