A pocas semanas de que la Comisión Europea presente oficialmente su esperado Pacto por los Océanos, el Grupo del Partido Popular Europeo (EPP), la mayor formación política del Parlamento Europeo, ha definido su posición: una defensa de la sostenibilidad que no sacrifique la competitividad ni la viabilidad del sector pesquero europeo.
En un contexto marcado por el debate entre conservación y desarrollo económico, los eurodiputados del EPP han hecho un llamamiento a encontrar un enfoque equilibrado que garantice la protección de los ecosistemas marinos, pero también la supervivencia de las comunidades costeras, la seguridad alimentaria y el empleo.
“La gestión sostenible de los océanos debe equilibrar el desarrollo económico, la cohesión social y la protección ambiental”, afirmó la eurodiputada Isabelle Le Callennec, responsable del tema dentro del grupo.
El Grupo Popular defiende que la pesca y la acuicultura europeas no son un problema, sino una parte esencial de la solución para lograr un futuro sostenible. No solo generan empleo y desarrollo regional, sino que garantizan el abastecimiento de alimentos sanos, trazables y producidos bajo altos estándares ambientales.
“La seguridad alimentaria europea es impensable sin un apoyo claro a la producción y sin garantizar el acceso justo a las zonas marítimas”, advirtió Gabriel Mato, portavoz del EPP en la Comisión de Pesca del Parlamento Europeo (PECH).
Mato alertó sobre una tendencia preocupante: algunos sectores conservacionistas están presionando para imponer restricciones más severas al acceso a las aguas europeas. “No debemos caer en esa trampa”, insistió. “La protección ambiental y la economía pueden ir de la mano, si basamos las decisiones en la ciencia, la tecnología y la experiencia de los propios pescadores”.
Otro eje central del documento del EPP es la necesidad de evitar una sobrerregulación que termine por perjudicar al propio sector. Le Callennec recordó que las pesquerías europeas son de las más reguladas y controladas del mundo, y que Europa debería presumir de sus altos estándares a nivel internacional, en lugar de seguir complicando el cumplimiento normativo con más burocracia.
“Debemos evitar dispararnos en el pie con una maraña regulatoria que solo castigue a quienes ya cumplen”, añadió.
Al mismo tiempo, el EPP instó a proteger la cadena europea de suministro de productos del mar frente a la competencia desleal y la pesca ilegal, una amenaza que consideran tanto ambiental como social y sanitaria.
“Europa importa el 70% del pescado que consume. Si no defendemos a nuestros productores frente a las prácticas ilícitas de terceros países, estaremos comprometiendo la sostenibilidad real del sector”, concluyeron los eurodiputados.
Con la publicación del documento de posición del Grupo Popular Europeo sobre los océanos, el EPP marca su hoja de ruta ante una propuesta que será clave para el futuro marítimo del continente. Su mensaje es claro: sin pesca legal, regulada y competitiva, no habrá océanos sostenibles.
El debate seguirá ganando fuerza en las próximas semanas, cuando la Comisión presente su propuesta formal. Hasta entonces, el equilibrio entre protección y producción será el centro de una negociación política que definirá el rumbo de la economía azul europea en los próximos años.
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