A medida que aumenta la temperatura del mar, la pardela balear (una de las aves más amenazadas del planeta) migra más hacia el norte.
Así lo demuestra un estudio publicado en la revista PNAS en el que ha participado AZTI junto con University of Oxford, University of Liverpool, SEO/BirdLife, IRBI y CNRS, y en el que se han recabado datos obtenidos el rastreo de estas aves durante casi una década.
Pese a que la flexibilidad para adaptarse que han demostrado (fuera del periodo de cría), aún queda preguntarse si el cambio climático tendrá consecuencias en un momento fundamental como es el de la cría.
Los científicos han rastreado repetidamente a las pardelas baleares, lo que ha permitido investigar cómo los cambios en el comportamiento migratorio generan cambios de área bajo el cambio climático. Los cambios de área a menudo se consideran solo como fenómenos a nivel de población, pero demostramos que, en esta ave marina de larga vida, los individuos responden de manera flexible al aumento de las temperaturas a lo largo de sus vidas migrando más al norte. Vinculan esta plasticidad a los cambios en el comportamiento migratorio y la cognición espacial asociada. En particular, las pardelas parecen regular la velocidad de la migración de retorno estimando la distancia de la ruta migratoria. No obstante, este aumento de la velocidad es insuficiente para evitar la fenología de retorno retrasada. Estos hallazgos contribuyen a nuestra comprensión de cómo la flexibilidad individual en los comportamientos migratorios y la cognición espacial podrían permitir a los animales rastrear los recursos cambiantes bajo el cambio climático.
La forma en que los animales individuales responden al cambio climático es clave para determinar si las poblaciones persistirán o se extinguirán. Sin embargo, pocos estudios investigan cómo los cambios en el comportamiento individual sustentan estos fenómenos a nivel de población. Los cambios en las distribuciones de los animales migratorios pueden ocurrir a través de la adaptación en los comportamientos migratorios, pero hay poca comprensión de cómo la selección y la plasticidad contribuyen al cambio de área de distribución de la población. Aquí, utilizamos el seguimiento de largo plazo con geolocalizador de pardelas baleares (Puffinus mauretanicus) para investigar cómo los cambios de un año a otro en las migraciones de aves individuales sustentan un cambio de área de distribución en la migración posterior a la reproducción. Demostramos un cambio hacia el norte en el área de distribución posterior a la reproducción y demostramos que esto se produce por la plasticidad individual en el destino migratorio, ya que los individuos migran más al norte en respuesta a los cambios en la temperatura de la superficie del mar. Además, descubrimos que cuando los individuos migran más lejos, regresan más rápido, tal vez minimizando los retrasos en el regreso al área de reproducción. Las aves aparentemente juzgan la mayor distancia que necesitarán migrar a través de la memoria de la ruta migratoria, lo que sugiere que los mecanismos cognitivos espaciales pueden contribuir a esta plasticidad y al cambio de área de distribución resultante. Nuestro estudio ejemplifica el papel que juega el comportamiento individual en las respuestas de las poblaciones al cambio ambiental y destaca algunos de los mecanismos de comportamiento que podrían ser clave para comprender y predecir la persistencia de las especies en respuesta al cambio climático.
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