Dogen City es un proyecto de ciudad flotante inteligente y autosuficiente que integra datos, energía renovable, sector alimentario, arquitectura innovadora y recursos oceánicos, poniendo el foco en la atención sanitaria. La start-up japonesa N-ARK ha anunciado el plan de negocios del proyecto, que une estrategias políticas, comerciales y tecnológicas; así como los primeros pasos del consorcio New Ocean, del que la empresa forma parte.
El aumento del nivel del mar y las inundaciones a consecuencia del cambio climático amenazan la vida tal y como la conocemos. Para hacer frente a este desafío, el consorcio New Ocean propone crear un nuevo ecosistema económico compuesto por ciudades navales y en el que los océanos, que ocupan el 70% del planeta, se planteen como una esfera de supervivencia.
Este consorcio, promovido por la industria, el mundo académico y el gobierno, trabaja en el desarrollo de negocios y tecnología oceánica, y en la desregulación de los océanos. Con el objetivo de acelerar la infraestructura de datos oceánicos, está previsto el desarrollo del negocio oceánico a través de una red de centros de datos de borde submarino.
De este modo, se busca tanto un impacto social, dando respuesta a los desastres naturales, mejorando el medio ambiente marino y alojando a los refugiados climáticos; como un impacto económico, a través del desarrollo de nuevas tecnologías, modelos de negocio y recursos.
Este concepto se dirige a dos mercados-objetivo principales: el de las ciudades inteligentes de países con alto riesgo de aumento del nivel del mar y al de la atención médica y centros de datos de borde.
Con 1,58 kilómetros de diámetro y unos 4 kilómetros de circunferencia -tamaño que corresponde al concepto japonés de ‘1 ri (unidad de longitud equivalente a casi 4 km), 1 hora’-, Dogen City está preparada para albergar alrededor de 10.000 habitantes y recibir a 30.000 visitantes y turistas.
Está diseñada para funcionar como una ciudad flotante inteligente con una excelente atención médica en tiempos de paz y como una urbe independiente en caso de desastre natural. El proyecto contempla instalaciones innovadoras para la producción de alimentos y para el tratamiento del agua, plantas de tratamiento de residuos, almacenamiento de agua, almacenes logísticos, aparcamientos, un laboratorio de I+D, escuelas, centros de seguridad, cementerios y espacios para la oración, oficinas, hospitales, parques, estadios, auditorios, islas móviles, estaciones de telecomunicaciones, hoteles residenciales y venta de mercancías, comida y bebida.
Los cálculos de N-ARK indican que, anualmente, será capaz de producir 2 millones de litros de agua potable, 7.000 toneladas de alimentos y 22.265.000 kW de energía solar y eólica. También tendrá capacidad para gestionar 3.288 toneladas de residuos por año.
La ciudad se estructura en tres partes principales. En primer lugar, un anillo exterior con las principales zonas residenciales, instalaciones de agua, alcantarillado y energía, que contará con vivienda pública e infraestructura para la vida cotidiana. Su forma de barco protege la bahía interior y la asegura frente a los tsunamis.
En segundo lugar, una arquitectura flotante autónoma con edificios que pueden moverse libremente en las bahías interiores. No está sujeta a restricciones de terreno, permite una configuración flexible de las funciones urbanas dependiendo de las demandas de cada momento y dispondrá de barcos para transportar a los residentes. Por último, el proyecto se ve completado por un centro de datos de borde submarino.
El centro de datos submarino de Dogen City contará con 1.782 servidores y una potencia de 240 kW. Enfriado bajo el agua, ofrecerá servicios de alto valor añadido, como un sistema operativo de gestión urbana, el análisis de datos sanitarios y simulación para el descubrimiento de fármacos, a la vez que reducirá el consumo de energía.
Se encontrará a 30-50 metros de profundidad, con una temperatura exterior media de unos 15ºC y de 27-28ºC en la sala de servidores, ya que una condensación excesiva puede provocar un mal funcionamiento. Esta instalación ofrece una menor tasa de fallas que los centros de datos terrestres y está previsto el reemplazo de todos los servidores cada cinco años. En caso de falla, se pueden usar servidores adicionales.
Se trata de una construcción de bajo coste que proporcionará servicios distribuidos integrados en el sistema operativo de la ciudad. En Japón, el fondeo submarino es necesario debido al riesgo de terremotos submarinos. También será capaz de responder a ataques y ciberterrorismo mediante tecnología oceánica.
Con estos elementos, Dogen City pretende convertirse en una ciudad inteligente, autosuficiente y sostenible basada en una poderosa arquitectura de datos y en la atención médica para hacer frente al cambio climático.
Los residentes de Dogen City tendrán acceso diario a servicios de telemedicina mediante la gestión y el análisis de los datos de su área a través del sistema operativo urbano ‘Dogen’ procedentes de dispositivos y sensores ubicados en el anillo habitable, muestras de sangre y análisis del genoma.
Con la combinación de datos médicos y del genoma, el estado de salud de las personas se puede evaluar con mayor precisión. La atención médica avanzada, mediante drones, simulaciones para el descubrimiento de fármacos y cirugía robótica en remoto, también se puede recibir a través del procesamiento computacional en el centro de datos submarino.
Además de albergar a víctimas de desastres naturales y refugiados climáticos, la ciudad ofrecerá turismo de salud combinando alimentos producidos en complejos de agricultura con agua de mar y acuicultura, el concepto de cocina médica y fuentes termales de agua de mar, así como brindará educación avanzada para el desarrollo de recursos humanos.
De esta manera, el objetivo es lograr una sociedad prácticamente libre de enfermedades a través de la telemedicina basada en datos recopilados en las áreas residenciales, impulsar la innovación médica a través de la tecnología edge computing, las experiencias culinarias y la producción de alimentos como un aspecto fundamental para una buena salud, y funcionar como un lugar de evacuación ante desastres naturales y para refugiados climáticos.
N-ARK inició sus operaciones en 2021 con el desarrollo de la granja marina Green Ocean en el lago Hamana, en colaboración con la ciudad de Hamamatsu, a unos 200 kilómetros de Tokio. Ahora, comenzará los experimentos de demostración de tecnologías flotantes para la construcción de Dogen City. La cronología del proyecto refleja que en 2024 estará lista la prueba de concepto, en 2025 la prueba de negocio y 2030 será el año en que finalicen las obras de la ciudad.
Publicado en: Ciudades Inteligentes
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