El pasado lunes 21 de agosto se incautó en Martinica un stock de gónadas de erizo de mar importadas fraudulentamente de Venezuela. Los infractores venezolanos fueron multados y volvieron a hacerse a la mar al día siguiente. Los animales marinos procedían de Venezuela.
La prefectura de Martinica indica que «el buque y su tripulación fueron confinados en el muelle durante 24 horas y los infractores fueron multados con 5.000 euros por la fiscalía de Fort-de-France». El buque pudo volver a navegar el martes 22 de agosto».
Los productos de la pesca ilegal, que carecían de garantías sanitarias y no eran aptos para el consumo humano, fueron incautados y destruidos. Este tráfico alimenta el lucrativo mercado ilegal de cabezas de erizo de mar en Martinica y fomenta la pesca furtiva, una lacra para la biodiversidad marina. También perjudica a los pescadores que respetan las normas de la pesca sostenible.
En Martinica, todos los implicados en la pesca deciden de mutuo acuerdo cuándo es posible recolectar erizos de mar. Esto depende de varios factores, entre ellos la cantidad y la calidad.
En el comunicado de prensa se afirma que «comprar erizos de mar a vendedores ambulantes fomenta la pesca furtiva y expone a la población a graves riesgos para la salud».
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