El Parlamento Europeo ha debatido un informe mediante el que se solicita que la Comisión incluya en su informe de evaluación sobre los resultados de la Política Pesquera Común si la obligación de desembarcar durante la pesquería las capturas no deseadas e imputarlas a las cuotas de pesca disponibles ha mejorado la selectividad de las artes pesqueras.
Se reconoce que estas capturas se arrojaban antes al mar sin control, lo que se conocía como “descartes” y que era necesario limitar esa práctica y especialmente incrementar la selectividad de las artes y técnicas pesqueras. Segun la europarlamentaria Izaskun Bilbao «no es menos cierto que una reforma de esta envergadura debe de incorporar el conocimiento de los que, sobre las cubiertas de la flota pesquera se dedican a pescar. Y creo que intentarlo es una oportunidad de mejora de una normativa que desde que se aprobó en el lejano 2013 ha sido realmente controvertida por lo difícil que resulta de aplicar y controlar».
Por el momento «no hay demasiados datos fiables», según Bilbao sobre el impacto que esta previsión del artículo 15 del reglamento que establecía los principios de la política pesquera común en vigor. «Tres años después de que entrase en vigor su última cláusula ya existe trayectoria y experiencia suficiente para evaluar el impacto socio económico de la medida y la incidencia que ha tenido la misma en el sistema de remuneración, el número de miembros de la tripulación y la seguridad y las condiciones de trabajo a bordo. Sin embargo, faltan datos para evaluar el resultado de una medida controvertida, que se vendió como la panacea para acabar con las capturas no deseadas y que no escuchó lo suficiente las advertencias de los principales interesados en que la pesca sea una actividad sostenible, los pescadores», decía Bilbao.
En efecto, la obligación de almacenar estas capturas “accidentales” en los barcos, de descargarlas en puerto y restarlas a la cuota disponible requiere de una infraestructura, unas herramientas y unos mecanismos de control que estaban muy verdes cuando entraron en vigor las sucesivas fases de esta obligación y su catarata de excepciones. «Las cargas administrativas añadidas para el sector eran grandes. En su mayoría los miembros del sector no entienden bien como esta práctica puede contribuir a mejorar la selectividad de las capturas y eso no incentiva precisamente a los pescadores a extremar el celo en el cumplimiento de una norma que no acaba de asociarse con claridad a los objetivos que persigue».
Por eso el Parlamento ha puesto en marcha esta iniciativa que parte del total acuerdo «de quienes la apoyamos de que el objetivo final de esta medida debe de ser impulsar mejoras en la pesca y el comportamiento operativo, incentivar el desarrollo y el uso de artes más selectivos para reducir al mínimo las capturas no deseadas y mejorar la documentación de las capturas con vistas a una mejor comprensión y evaluación científica de las poblaciones de peces», dijo Bilbao. No obstante, Bilbao apunta que «sospechamos de que sería mucho mejor que estas obligaciones de desembarco se regulasen caso por caso por pesquería o población. Igualmente debería realizarse el máximo esfuerzo en innovación para mejorar la selectividad».
Por ello, la europarlamentari vasca decía que «creo que este informe es un buen toque de atención para revisar lo que podemos mejorar para alcanzar estos objetivos comunes. Es realista y recuerda uno de los grandes problemas, la diferencia de regulación según el espacio de pesca para especies que compartimos en la Unión con terceros que no están sometidos a la obligación de desembarco».
En resumen, las propuestas que contiene este informe son bastante «concretas», decía Bilbao. «Hay que cuantificar en qué medida se ha logrado la reducción de los descartes en virtud de la obligación de desembarque y si ha contribuido a mejorar el estado de las poblaciones y a reducir el impacto en el ecosistema marino. Hay que relacionar ese logro con el impacto socio económico de la medida. Estamos igualmente obligados a analizar en qué especies es más difícil mejorar en selectividad. Hay que identificar oportunidades comerciales o benéficas para mejorar el uso que se da a las capturas no deseadas que se desembarcan y en definitiva, asegurarse de que este esfuerzo y la regulación cumple sus objetivos. De ese modo podemos obtener datos muy interesantes para mejorar la norma», dijo Bilbao.
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