La implementación de todas las tecnologías conocidas podría permitir la descarbonización casi por completo del transporte marítimo para el año 2035, según un nuevo informe publicado por el International Transport Forum en la OCDE.Cuatro diferentes vías de descarbonización examinadas reducirían las emisiones de CO2 en el transporte marítimo entre un 82 y un 95 por ciento por debajo del nivel proyectado actualmente para 2035. Esta reducción equivale a las emisiones anuales de 185 centrales eléctricas de carbón.
Los combustibles alternativos y la energía renovable pueden entregar muchas de las reducciones requeridas. Los biocombustibles actualmente disponibles podrían complementarse con otros combustibles naturales o sintéticos como el metanol, el amoníaco y el hidrógeno. La asistencia del viento y la propulsión eléctrica han demostrado que pueden traer reducciones adicionales.
Las medidas tecnológicas para mejorar la eficiencia energética de los buques podrían generar una parte sustancial de las reducciones de emisiones necesarias. Las opciones incluyen, entre otras, mejoras en el diseño del casco, lubricación de aire y cambios en el bulbos de los barcos.
Las mejoras operativas, como velocidades de navegación más lentas, una coordinación más fluida entre el buque y el puerto y el uso de buques más grandes y más eficientes, podrían generar nuevas e importantes reducciones de emisiones.
Los costos cada vez más bajos de la tecnología de baterías para vehículos eléctricos sugieren que esta tecnología podría convertirse en una opción más viable y fácilmente disponible también para otros sectores del transporte, como el transporte marítimo.
Una vez quesiendo muy costosa la propulsión marina con combustible a base de petróleo, los autores del informe instan a los gobiernos a acelerar la viabilidad comercial y la técnica. Los gobiernos podrían alentar el transporte ecológico nacional a través del apoyo a la investigación sobre tecnologías sin carbono; los puertos deberían proporcionar instalaciones de energía costera, sistemas de carga eléctrica e instalaciones de repostaje para combustibles alternativos; los cargadores deberían evaluar la huella de carbono de su cadena de suministro y elegir las opciones de transporte con buques sin emisiones de carbono, y las instituciones financieras privadas y públicas podrían ofrecer incentivos.
El trabajo para el informe se llevó a cabo con el apoyo de la Fundación Europea del Clima.
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