El Consejo Superior de Investigaciones Científicas ha comenzado la construcción del nuevo buque de investigación del Instituto Español de Oceanografía (IEO-CSIC), que llevará el nombre de su fundador: Odón de Buen. Sus casi 85 metros de eslora y 18 de manga lo convierten en el mayor buque de investigación oceanográfica de la flota española. Dotado con tecnología de vanguardia, el Odón de Buen permitirá estudiar los ecosistemas, hábitats y fondos marinos en todos los océanos del mundo, incluidas las zonas polares, y en profundidades superiores a los 6.000 metros.
La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha visitado junto a Javier Ruiz, director del IEO-CSIC, las instalaciones del astillero Armón, en Vigo, donde ha comenzado la construcción de este barco oceanográfico multipropósito y de ámbito global, que será el buque insignia de la flota científica española. Durante su visita, Morant ha anunciado que el buque será bautizado con el nombre del fundador del IEO y pionero de la oceanografía en Europa: Odón de Buen.
Este proyecto cuenta con una inversión aproximada de 85 millones de euros, con un 80% del total aportado a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER), y se espera que esté terminado en menos de tres años. Una vez construido, el Odón de Buen se convertirá en el mayor buque oceanográfico de España con 84,3 metros de eslora y 17,8 metros de manga. Podrá operar en todos los océanos del mundo, incluidas las regiones polares, tendrá capacidad para albergar a 58 pasajeros y su autonomía será de unos 50 días de navegación.
El buque está especialmente diseñado para ser silencioso, un aspecto fundamental tanto para observar el océano produciendo el mínimo impacto y alteración a los organismos marinos como para el trabajo con ecosondas científicas. Además, el proyecto cuenta con los sistemas más avanzados para respetar el medio ambiente mediante herramientas para evitar derrames de combustible, para controlar las emisiones de gases a la atmósfera o para usar gas como combustible. Su equipamiento científico destaca por situarse a la vanguardia tecnológica mediante ecosondas, tanto para el estudio del fondo marino como para el de pesquerías; vehículos no tripulados, operados remotamente o autónomos; sistemas de muestreo, dragas y 500 m2 de laboratorio.
Además, debido a su enorme almacenamiento y a su gran capacidad de transporte de contenedores en cubierta tendrá una gran capacidad de apoyo logístico, que permitirá al Odón de Buen servir de plataforma de intercambio con las bases antárticas a la vez que desarrolla sus investigaciones en esta región.
El trabajo del IEO en el estudio de áreas marinas protegidas y de hábitats vulnerables en los últimos años ha contribuido al compromiso alcanzado por España de proteger más del 10% de sus territorios marítimos. El buque oceanográfico Odón de Buen reforzará estos estudios al permitir explorar los fondos marinos situados a 6000 metros de profundidad, lo que incluye todas las aguas de jurisdicción española. Además, sus características permitirán trasladar estas investigaciones a aguas internacionales en cualquier latitud y cumplir así con el compromiso de Naciones Unidas de proteger la biodiversidad marina en áreas ubicadas fuera del ámbito nacional.
La experiencia del IEO se basa, en parte, en el trabajo realizado por los buques de investigación oceanográfica Ángeles Alvariño y Ramón Margalef, que fueron construidos hace poco más de 10 años con diseño y tecnología españoles. Su labor científica ha provocado que actualmente sean considerados un modelo a seguir a nivel mundial para la construcción de una nueva generación de buques oceanográficos. El logrado diseño de estos barcos ha contribuido al desarrollo del sector de la construcción naval, situando a España como el segundo país de la Unión Europea y el décimo a nivel mundial en unidades contratadas o entregadas. “Este es un buen ejemplo de cómo la inversión en ciencia, incluso en parcelas en las que no resulta obvio como el estudio de la biodiversidad marina, revierte de forma directa y positiva en el tejido industrial”, apunta Javier Ruiz.
Odón de Buen y del Cos, nacido en Zuera (Zaragoza) en 1863, fue un naturalista español que está considerado el impulsor de la oceanografía en España y uno de los pioneros de esta ciencia en Europa. En 1885, tras terminar sus estudios sobre ciencias naturales en la Universidad de Madrid, fue seleccionado para participar en una expedición que marcaría su carrera: una campaña a bordo de la fragata Blanca por el norte de Europa, el Mediterráneo y el norte de África en la que se fraguaría su vocación oceanográfica.
Tras este viaje, en 1889, obtuvo la cátedra de Zoología en la Universidad de Barcelona, donde reformó la enseñanza en ciencias e introdujo la teoría de la evolución de Darwin en España. Unos años más tarde, en 1906, inauguró el Laboratorio Biológico Marino en Porto Pi (Mallorca) y una instalación similar en Málaga. Estos laboratorios, junto a la integración de la Estación Biológica de Santander, sirvieron a Odón de Buen para fundar en 1914 el Instituto Español de Oceanografía e impulsar definitivamente la investigación marina en España.
En 1942 se exilió en México, donde murió tres años más tarde a los 82 años de edad. En 2003 sus restos fueron trasladados a España, en concreto a su localidad natal.
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