Los créditos de biodiversidad generan numerosas controversias, en particular porque, a diferencia de los créditos de carbono, se basan en seres vivos.
¿Cómo encontrar la financiación necesaria para la protección de la naturaleza? Al centrarse en los créditos de biodiversidad, creen varios países, entre ellos Francia, que colanzó el Panel Asesor Internacional sobre Créditos de Biodiversidad. Este último dio a conocer su hoja de ruta durante la COP16. Queda por ver si las salvaguardias serán suficientes para evitar excesos en los créditos de carbono.
“Vender naturaleza para salvarla”. Esta expresión de la investigadora estadounidense Kathleen McAfee, criticada por algunos expertos, se utiliza a menudo para explicar el concepto de “créditos de biodiversidad” en el centro de la COP16, que comenzó su segunda semana ellunes 28 de octubre. El objetivo es claro: encontrar 200.000 millones de dólares de aquí a 2030 para proteger la naturaleza, según lo previsto en la meta 19 del marco mundial de biodiversidad Kunming-Montreal. Para lograrlo, Francia y el Reino Unido lanzaron juntos en 2023, durante el Pacto Financiero Mundial, el Panel Asesor Internacional sobre Créditos de Biodiversidad (IAPB), con el fin de “estructurar los mercados de créditos de biodiversidad al servicio de las personas y el planeta”.
Después de 14 meses de trabajo, la IAPB acaba de revelar su hoja de ruta. “Intentamos poner el listón bastante alto”, explicó Sylvie Goulard, copresidenta de la IAPB durante una rueda de prensa. En concreto, se revelaron 21 principios de alto nivel. Estos se dividen en tres categorías principales. En primer lugar, la necesidad de resultados para la naturaleza con certificación de un tercero de confianza y el mantenimiento de una “alta integridad” para todo tipo de proyectos. Luego, la equidad y la justicia que se basan esencialmente en el respeto a los derechos de los pueblos indígenas y comunidades locales, su inclusión en este mercado y su apropiación del sistema. Y, por último, una buena gobernanza de los mercados, con transparencia y presentación de datos alineados con el marco de referencia.
“No hay monetización de la biodiversidad”
“En general, se trata de una hoja de ruta bastante interesante, con una serie de principios establecidos”, reacciona a Novethic Alain Karsenty, economista del CIRAD (Centro de cooperación internacional en investigación agrícola para el desarrollo). “Se menciona claramente que los créditos de biodiversidad no son fungibles, por lo que no hay monetización de la biodiversidad. Luego, se indica que los compradores deben demostrar “consistencia”, es decir, deben aplicar una estrategia ERC completa, es decir, evitar, reducir, compensar (si son obligaciones legales)”.
¿Quiénes son los actores objetivo? Hay muchos de ellos. Podría tratarse de una empresa como L’Occitane, que se dedica al mantenimiento de los campos de karité, una cuestión de supervivencia para el suministro de la empresa. O una empresa que, por motivos de reputación, quiere participar voluntariamente en la restauración de un humedal, por ejemplo. Finalmente, se baraja la opción de compensación de biodiversidad para un proyecto, el punto más controvertido, si se ha seguido la estrategia del ERC.
Sin embargo, todos los actores tienen en mente el fracaso de la compensación de las emisiones de carbono, lo que está generando polémica. En 2023, por ejemplo, los periódicos The Guardian y Die Zeit revelaron que el 90% de los créditos de carbono certificados por Verra, una de las organizaciones más importantes del mundo, eran probablemente “créditos fantasmas” que no representaban “reducciones reales de emisiones”.
El lavado verde a la vista
“Estamos en una encrucijada, en un momento crucial. No debemos reproducir lo que hicimos con el carbono durante el Acuerdo de París”, denuncia Frédéric Hache, director e investigador de la ONG Observatorio de Finanzas Verdes. “Hemos observado 15 años de fracaso en la compensación de carbono. Hoy es criminal hacernos perder otra década en biodiversidad”, lamenta. ¿Cómo podemos evitar caer en este escollo de la biodiversidad? Para responder a esto, la IAPB promueve compensaciones locales, comparables y no internacionales. “Intentamos aprender lecciones de lo que no funcionó con los créditos de carbono, particularmente en el aspecto humano que había sido descuidado. La idea no es tener créditos que se intercambien en todo el planeta sino en mercados locales”, añade Sylvie Goulard.
El hecho es que, a diferencia de la compensación de carbono, donde se calculan tantas emisiones de CO2 para tanta absorción, “la compensación de la biodiversidad es casi imposible de definir científicamente”, dice a Novethic Arthur Pivin, experto en biodiversidad de Carbone4. “Estamos hablando de los vivos
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