La producción pesquera mundial continuará aumentando durante la próxima década, a pesar de que la cantidad de peces capturados en el medio natural se ha estabilizado y el crecimiento de la acuicultura -que antes era exponencial- ahora se ralentiza, según un nuevo informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).Un dato significativo está también en el aumento en el consumo mundial de pescado, que desde 1961 ha excedido el crecimiento de la población. Por lo tanto, ha aumentado de 9 kg por habitante por año en 1961 a 20,2 kg en 2015.
La última edición de El estado mundial de la pesca y la acuicultura (SOFIA, por sus siglas en inglés) informa que para el año 2030 la producción combinada de la pesca de captura y la acuicultura alcanzará los 201 millones de toneladas.Se trata de un aumento del 18 por ciento respecto al actual nivel de producción, de 171 millones de toneladas.
En su nuevo informe bienal sobre el estado de la pesca y la acuicultura mundiales, la FAO «destaca el papel de los sectores de la pesca y la acuicultura en el logro de la agenda de desarrollo sostenible en el horizonte 2030 «.
Tras el lanzamiento de este informe, el WWF alerta sobre la participación de la sobrepesca, que continúa creciendo hasta representar un tercio de la pesca mundial en la actualidad. «Este aumento constante de la sobrepesca debe verse como una advertencia clara de que, a pesar de los muchos esfuerzos para abordar este grave problema, todavía no estamos ganando la batalla», dice Michele Kuruc, jefa de la delegación de WWF en el comité de pesca. FAO. Según la ONG, la solución es llegar a un acuerdo con las comunidades pesqueras en pequeña escala para apoyar la pesca sostenible y luchar contra la pesca ilegal.
Sobre este último punto, el informe de la FAO reitera la importancia de la implementación de medidas del Estado rector del puerto y subraya las esperanzas depositadas en las directrices internacionales que obligan a los Estados del pabellón a cumplir sus obligaciones y promover la implementación de medidas del Estado rector del puerto
Pero el crecimiento futuro requerirá esfuerzos constantes para reforzar los regímenes de gestión pesquera, reduciendo las pérdidas y el desperdicio, y abordando problemas como la pesca ilegal, la contaminación de los ambientes acuáticos y el cambio climático, según el informe. “El sector de la pesca es crucial para cumplir el objetivo de la FAO de un mundo sin hambre y malnutrición, y su contribución al crecimiento económico y la lucha contra la pobreza va en aumento”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.
“Sin embargo –añadió-, el sector no está exento de desafíos, incluida la necesidad de reducir el porcentaje de poblaciones de peces capturados más allá de la sostenibilidad biológica”.
Tendencias del suministro mundial de pescado
El Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura señala que en 2016 se capturaron en el medio natural 90,9 millones de toneladas de pescado -una ligera disminución de 2 millones de toneladas respecto del año anterior-, debido principalmente a las fluctuaciones periódicas en las poblaciones de la anchoveta peruana asociadas al evento de El Niño.
En general, la cantidad de peces capturados en el medio natural se ha estabilizado a partir de la década de 1990, y se ha mantenido en gran medida estable desde entonces.
A pesar de ello, el mundo lleva consumiendo cantidades cada vez mayores de pescado desde hace décadas –20,4 kg per cápita en 2016 frente a poco menos de 10 kg/por habitante en la década de 1960 – gracias en gran medida al aumento de la producción de la acuicultura, un sector que se expandió rápidamente durante las décadas de 1980 y 1990.
En 2016, la producción acuícola llegó a los 80 millones de toneladas, según el SOFIA 2018, aportando el 53 por ciento de todo el pescado destinado al consumo humano.
Si bien el crecimiento de la acuicultura se ha desacelerado –experimentó un crecimiento anual del 5,8 por ciento entre 2010 y 2016, comparado con el 10 por ciento en las décadas de 1980 y 1990-, continuará aumentando en las próximas décadas, en especial en África.
Los esfuerzos para reducir la cantidad de peces que se descartan en el mar o se desechan después de la captura –por ejemplo, usando los descartes y recortes para producir harina de pescado- ayudarán también a cubrir el continuo incremento en la demanda de productos pesqueros.
El estado de las poblaciones de peces naturales
Alrededor del 59,9 por ciento de las principales especies de peces comerciales que la FAO supervisa se pescan ahora a niveles biológicamente sostenibles, mientras que el 33,1 por ciento se pescan a niveles biológicamente insostenibles, situación que el SOFIA 2018 describe como “preocupante”.
Hace apenas 40 años, el 90 por ciento de las pesquerías monitoreadas por la FAO se explotaban a niveles biológicamente sostenibles, y solo el 10 por ciento se pescaba de forma insostenible.
Estas tendencias no significan necesariamente que no se haya avanzado para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible 14, que insta a la comunidad internacional regular de forma efectiva la pesca y la sobrepesca, la pesca ilegal y las prácticas de pesca destructiva, e implementar planes de gestión con base científica y enfocados a restablecer las poblaciones de peces.
Pero la FAO advierte que el mundo ha empleado estrategias desiguales para lograr una pesca sostenible, agravándose la sobrepesca y el estado de las poblaciones -demasiados barcos persiguen a muy pocos peces- en los países en desarrollo, que compensa la mejora de la gestión pesquera y del estado de las poblaciones ícticas en los países desarrollados.
Hacer frente a esta situación requerirá establecer alianzas eficaces, en particular en la coordinación de políticas, la movilización de recursos financieros y humanos y el despliegue de tecnologías avanzadas (por ejemplo, para monitorear la pesca).
Otros desafíos
El cambio climático y la contaminación son también motivo de preocupación.
Si bien las investigaciones sugieren que el cambio climático podría causar una variación de menos del 10 por ciento en los niveles globales de captura mundial de peces, se prevén cambios significativos en los lugares donde se pesca, advierte el SOFIA 2018. Es probable que las capturas disminuyan en muchas regiones tropicales dependientes de la pesca y aumenten en las zonas templadas del norte.
Los cambios en la distribución de las pesquerías tendrán importantes implicaciones operativas, gerenciales y jurisdiccionales, dice el informe. Será necesario investigar para desarrollar estrategias que permitan que la pesca y las especies que se explotan se adapten sin dificultades al cambio climático.
También será necesaria una mayor colaboración para abordar los problemas que los restos de los aparejos de pesca abandonados y la contaminación por microplásticos están causando en los ecosistemas acuáticos. Se debe dar prioridad a las medidas preventivas que reduzcan la basura marina y los microplásticos, a esfuerzos para actualizar los planes de reciclaje a las “economías circulares”, así como la eliminación progresiva del plástico de un solo uso, según el informe de la FAO.
Cifras clave de El estado mundial de la pesca y la acuicultura 2018
• Producción mundial total de pescado en 2016: 171 millones de toneladas
• Volumen que procede de pesca de captura marina: 79,3 millones de toneladas
• Volumen de la pesca de captura de agua dulce: 11,6 millones de toneladas
• Cantidad obtenida de la acuicultura: 80 millones de toneladas
• Cantidad de la producción consumida por los seres humanos como alimento: 151,2 millones de toneladas
• Cantidad de la producción perdida por desperdicio y/o descartada después del desembarco y antes del consumo: 27 por ciento de todos los desembarques.
• Valor de primera venta de toda la producción pesquera y acuícola en 2016: 362 000 millones de dólares EEUU
• Parte que corresponde a la acuicultura: 232 000 millones de dólares EEUU
• Número de personas empleadas en la pesca y la acuicultura: 59,6 millones
• Porcentaje de mujeres: 14 por ciento
• Región con mayor cantidad de pescadores y acuicultores: Asia (85% del total)
• Número de buques pesqueros en el planeta: 4,6 millones
Mediterráneo esquilmado
La ONU constata que dos tercios de las especies comerciales se explotan más allá de los niveles sostenibles, el doble que la media mundial
El Gobierno prorrogó en enero el plan especial de pesca que expiraba en 2017 sin aprobar las nuevas medidas previstas contra la sobrepesca que impide la recuperación de las especies
Además del daño ecológico «reduce la producción pesquera a largo plazo lo que acarrea consecuencias negativas de tipo social y económico», advierte la ONU
La sobrepesca no amaina lo suficiente como para alcanzar niveles sostenibles, según acaba de constatar la ONU en su informe bienal sobre el Estado Mundial de la Pesca y la Acuicultura publicado este lunes. El documento muestra que dos tercios de las especies comerciales del Mediterráneo se pescan de manera insostenible: esta región (junto a su adyacente el Mar Negro) es la que padece un mayor sobrepesca del mundo.
De hecho, el recuento de la FAO dice que el promedio de capturas descargadas de la última década en este mar está en 1,4 millones de toneladas, por debajo del máximo que se marcó a mediados de los años ochenta del siglo XX que llegó a los dos millones. El mínimo de descargas fue en 2014 con 1,1 millones pero, desde ahí, la cosa ha repuntado: en 2016 fueron 1,2 millones. Pero esta tendencia es insuficiente a la luz de los datos.
España está en el centro de esta actividad. Es la principal potencia pesquera de la Unión Europea y uno de los grandes consumidores. A pesar de haber reducido algo la demanda de pescado, sigue en el vagón de cabeza: mil millones de kilos en 2016, según el último Informe de Consumo de Alimentación del Ministerio. 25,49 kilos por persona, una caída del 1,6% . El gasto anual per capita se colocó en 202 euros, un 0,7% más que un año antes.
La flota española total en el caladero del Mediterráneo se compone de 2.400 buques entre todas las artes: arrastre, cerco, palangres o menores, según el censo del Ministerio de Agricultura y Pesca. Hace diez años superaban los 3.700.
Con todo, este problema requiere » soluciones urgentes para revertir esta situación», según admitía el Gobierno español en su proyecto de renovación del Plan de Conservación de Recursos del Mediterráneo. Un documento que debía no solo prorrogar el plan activo durante el periodo 2013-2017, sino incorporar nuevas medidas para «reducir el esfuerzo», es decir, el volumen de capturas.
Finalmente, Agricultura y Pesca se limitó a prolongar lo ya existente sin añadir más restricciones al sector pesquero: «Los informes científicos constatan que los puntos de referencia biológicos fijados para garantizar un grado de explotación sostenible de los recursos a través de la aplicación de las medidas contenidas en el mismo no han alcanzado aún los niveles deseables», exponía la orden. Traducido: la pesca comercial en el Mediterráneo español sigue esquilmando muchos bancos. La orden final tiene un único artículo en lugar de los 19 que pudieron verse en el borrador. Estará en vigor hasta finales de 2018 «o se redacte un nuevo plan».
Áreas seguras para el crecimiento
La tendencia mundial ha hecho que las especies sobrepescadas en todos los mares hayan pasado de un 10% en 1975 hasta un 30% en 2015. Con todo, el Mediterráneo dobla ese porcentaje de variedades comerciales en vías de agotamiento. Las especies que aparecen con nombres y apellidos en el informe de la FAO son la merluza, el rodaballo, el lenguado común, el boquerón o la sardina. También sobre las variedades del fondo marino se especifica que «se encuentran explotados a su nivel máximo o por encima».
«El Mediterráneo precisa medidas urgentes como la reducción del arrastre de fondo, la salvaguarda de áreas donde los peces puedan crecer y el establecimiento de cuotas máximas de capturas siguiendo el criterio científico», ha dicho el director de la organización Oceana en Europa, Lasse Gustavson. Un asunto el de las cuotas todavía lejos de llegar a un nivel totalmente sostenible como evidenció la última negociación en el ámbito de la Unión Europea en diciembre de 2017. «Nadie quiere un mar sin peces para alimentarse o sin trabajo para aquellos que dependen de la pesca en estas regiones», ha rematado Larsson.
La sobrepesca, según el análisis de la ONU es pan para hoy hambre para mañana –o quizá para siempre– ya que el documento expone que «no solo tiene consecuencias ecológicas negativas, sino que también reduce la producción pesquera a largo plazo, lo que posteriormente acarrea consecuencias negativas de tipo social y económico». En el Mediterráneo, además, los bancos de peces tienen que soportar el añadido de la presión de «la pesca ilegal no declarada o el cambio climático».