La Conferencia de los Océanos abordarán cuestiones claves como gobernanza, minería, algas y pesca ilegal. En esta dirección, Agricultural University, WWF International y Safe Seaweed Coalition, ponen en marcha la Conferencia de los Océanos el 28 de junio. El objetivo es comprender también cómo las innovaciones en materia de algas marinas pueden abordar eficazmente los retos de la alimentación y la nutrición.
Este, junto al alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, avanzó la «agenda renovada de la UE sobre la gobernanza internacional de los océanos (IOG)», un documento que propone acciones para unos mares seguros, limpios y gestionados de forma sostenible. Y en un océano así la minería submarina no tiene cabida. O eso es lo que opina la Comisión Europea, que propone prohibir la minería en el fondo del mar.
Es una de las «prioridades clave» que cita en su comunicación: «Proteger los fondos marinos prohibiendo la minería en aguas profundas, que destruye los fondos marinos». Y ese objetivo conlleva también regular, «cuando sea necesario, el uso de las artes de pesca más dañinas para la biodiversidad», una referencia que a casi nadie escapa que va en alusión al arrastre y a aparejos similares que entran en contacto con el lecho marino.
Con todo, el Ejecutivo comunitario deja entrever que el veto a la minería submarina sería temporal, hasta que no se tengan datos de su impacto. «Existe un amplio consenso en la comunidad científica y entre los Estados miembro de que los conocimientos relacionados con el medio ambiente de las profundidades marinas y los impactos de la minería no son lo suficientemente completos y sólidos como para permitir la toma de decisiones basadas en pruebas que permitan autorizar la explotación de manera segura», explica en el documento. En tanto no se cubran esas lagunas de conocimiento y se demuestre que no se derivan efectos nocivos de buscar oro, cobre, telurio o tierras raras bajo el mar, Bruselas seguirá a favor de la prohibición.
Ahora bien, ese principio de precaución que se aplica a la minería submarina no se hace extensivo a la eólica marina. Ahí sí que no muestra duda alguna: «La UE considera que la energía eólica marina y oceánica es parte de la solución para lograr su objetivo de alcanzar la neutralidad climática para el 2050».
Las algas se están estableciendo cada vez más como medio de vida debido a su capacidad de proporcionar micronutrientes y ácidos grasos esenciales, así como de proteger el océano mediante la retención de carbono.Como es bien sabido, las algas ya son abundantes en las dietas de Asia oriental y sudoriental, la cuenca del Pacífico y otras comunidades costeras. Su popularidad ha crecido en todo el mundo.
A medida que crece la demanda de algas, nuevos territorios se convierten en lugares de producción, como Bangladesh.
El evento de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos evaluará y examinará el potencial de las algas marinas y su capacidad para ser un medio de vida y de protección de los océanos.
En esa línea, además, la UE continuará actuando para descarbonizar el sector pesquero, para reducir también la dependencia de los combustibles fósiles, en especial del diésel, para lo que propone explorar «estrategias y artes de pesca que reduzcan las emisiones y mejoren la eficiencia del uso de la energía». Asimismo, añade el documento, se están analizando los avances científicos y tecnológicos, en particular de los programas marco de investigación de la UE, con vistas a desarrollar a principios del 2023, en estrecha cooperación con todas las partes interesadas, un plan de acción con asesoramiento y mejores prácticas sobre cómo un buque pesquero puede ser modificado para ser más eficiente energéticamente y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Este análisis, recoge, también incluirá la acuicultura.
La tolerancia cero contra la pesca ilegal, la firma de acuerdos de pesca sostenibles y un pacto global sobre plásticos son otras de las prioridades que Sinkevicius contará a la veintena de jefes de Estado y de Gobierno que han confirmado que estarán en Lisboa.
La UE seguirá aplicando un enfoque de tolerancia cero contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (INDNR) y seguirá contribuyendo al cumplimiento de las normas de conservación y gestión destinadas al uso sostenible de los recursos pesqueros. Los acuerdos de colaboración de pesca sostenible ofrecen un marco sólido para la cooperación bilateral con determinados países socios no pertenecientes a la UE y contribuyen a mejorar las políticas marinas, marítimas y de pesca incluyendo aspectos medioambientales, sociales y comerciales.
La UE está intensificando sus esfuerzos para fomentar que los Estados de abanderamiento que actúan como «registros abiertos» asuman sus responsabilidades. Algunos propietarios de buques utilizan habitualmente determinados registros abiertos conocidos por su deficiente ejecución del Derecho marítimo para eludir sus obligaciones internacionales o el control de los buques en lo que respecta a la pesca, así como el reciclado sostenible y seguro de los buques cuando llegan al final de su vida útil. La UE también sigue promoviendo la transparencia sobre la propiedad de los buques para poder identificar a los responsables de posibles actividades ilegales.
La UE seguirá reforzando su política mediante el desarrollo de herramientas informáticas adecuadas a este respecto, incluido un sistema de certificación de capturas digitalizado. La UE procura que únicamente lleguen al mercado productos que se obtienen y producen de forma sostenible. De hecho, la gestión eficaz de la pesca y la acuicultura sostenible son condiciones previas para una transformación positiva del sistema alimentario.
La UE acoge con satisfacción el acuerdo multilateral alcanzado en la OMC el 17 de junio de este año, que contribuye a la protección de los océanos. La UE tiene la voluntad de completar el acuerdo lo antes posible con los elementos sobre los que aún no hay acuerdo.
Por último, en el contexto de la lucha contra la contaminación marina, también es importante que se pueda identificar de forma rápida y eficaz a los propietarios de buques que contaminan deliberadamente
¿Cómo se abordarán, en la nueva agenda de gobernanza internacional de los océanos, los efectos del cambio climático y la contaminación sobre los océanos?
El océano y el cambio climático están estrechamente interrelacionados: el océano y sus ecosistemas son esenciales para regular el clima y, al mismo tiempo, se ven gravemente afectados por el cambio climático. Por lo tanto, las acciones en los ámbitos del océano y del clima deben ir de la mano. Un paso positivo en este sentido es la decisión de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada en la COP26 en Glasgow, de mantener un diálogo anual sobre el océano y el cambio climático para reforzar las acciones encaminadas a la adaptación de los océanos al cambio climático y la mitigación de sus efectos sobre ellos.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas alertó sobre los efectos del cambio climático en los océanos. La absorción de dióxido de carbono (25 % de las emisiones humanas de CO2) y el exceso de calor (el 90 % del exceso de calor mundial es consecuencia del efecto invernadero) provocan la acidificación y el calentamiento de los océanos, lo que da lugar al aumento del nivel del mar, al blanqueo del coral, a condiciones meteorológicas extremas, estratificación, desoxigenación, zonas muertas y cambios en la productividad biológica y en la distribución de especies y hábitats. El Grupo hizo hincapié en la necesidad de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y de llevar a cabo acciones de adaptación sostenidas y sólidas. Es esencial combinar acciones en todos los ámbitos, en el océano y en tierra, adoptando al mismo tiempo un enfoque coordinado para abordar cuestiones interconectadas relacionadas con el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
La Unión ha consolidado la neutralidad climática de aquí a 2050 en el Derecho de la UE, en consonancia con el Acuerdo de París, y se ha comprometido a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las actividades marítimas y a seguir progresando en la adaptación al cambio climático. La Comisión ha propuesto una serie de medidas para velar por que el transporte marítimo de la UE contribuya a alcanzar este objetivo. Entre ellas se incluye una nueva norma sobre la intensidad de gases de efecto invernadero de la energía utilizada a bordo de los buques (FuelEU Maritime), la ampliación del régimen de comercio de derechos de emisión de la UE al transporte marítimo y la revisión de las directivas existentes sobre fiscalidad de la energía, infraestructuras para combustibles alternativos y energías renovables.
A escala mundial, existe un marco reglamentario sobre la eficiencia energética de los buques nuevos y las medidas de eficiencia energética para los buques existentes entrarán en vigor en noviembre de 2022. La UE seguirá descarbonizando el sector pesquero para reducir la dependencia de los combustibles fósiles, en particular explorando medidas de mitigación y estrategias y artes de pesca que reduzcan las emisiones y mejoren la eficiencia del uso de la energía. Esta cuestión ha adquirido aún más importancia en el contexto de la guerra actual en Ucrania.
Las soluciones basadas en la naturaleza también pueden contribuir a la mitigación del cambio climático y la adaptación al mismo mediante el aumento de la absorción y el almacenamiento de carbono, reduciendo los riesgos que afectan a las costas y ofreciendo otros muchos beneficios, como una mejor calidad del agua y una mayor resiliencia de los ecosistemas y las comunidades.
La UE tiene la voluntad de detener la contaminación de todo tipo, en particular la contaminación marina de origen terrestre. La contaminación marina por plásticos se ha multiplicado por diez desde 1980 y requiere una respuesta mundial. Desde la adopción de su Estrategia sobre el Plástico en 2018, la UE ha impulsado la lucha contra la contaminación por plásticos a escala internacional a través de sus esfuerzos diplomáticos y dentro de la Unión. Además, participará activamente en las negociaciones mundiales para que se alcance un ambicioso acuerdo mundial jurídicamente vinculante sobre el plástico de aquí a 2024, tal como se acordó en la UNEA5, y seguirá trabajando en este sentido.
¿Cómo va a trabajar la UE para detener e invertir la pérdida de biodiversidad marina?
La protección y la conservación de la biodiversidad marina son prioridades clave de la acción exterior de la UE con miras al futuro instrumento internacional jurídicamente vinculante sobre diversidad biológica marina de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (CNUDM). La ambición de la UE es alcanzar, en lo que queda de 2022, un acuerdo internacional vinculante sobre la biodiversidad de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional, y garantizar su ratificación y su ejecución efectivas. Además de su participación activa en las negociaciones, la UE ha liderado, a través de su diplomacia de los océanos, la creación de una coalición sobre la biodiversidad de las zonas situadas fuera de la jurisdicción nacional para propiciar un acuerdo ambicioso, justo y eficaz.
La nueva Estrategia sobre Biodiversidad establece el objetivo de proteger el 30 % de los océanos del mundo de aquí a 2030. Una red mundial de zonas marinas protegidas salvaguardará la salud y la biodiversidad de los océanos del mundo. La Comisión también presentó su propuesta de Ley de Restauración de la Naturaleza, que tiene por objeto cubrir al menos el 20 % de los mares de la UE y restaurar todos los ecosistemas que lo necesiten de aquí a 2050, incluidos los marinos. Además, a través de su influencia diplomática y de iniciativas de sensibilización, la UE sigue ayudando a negociar un acuerdo sobre la designación de nuevas zonas marinas protegidas en el Océano Austral, que supondría una importante contribución al objetivo de protección del 30 % de aquí a 2030.
El aumento constante de la demanda de uso de los océanos requiere una planificación integrada del espacio marítimo que tenga debidamente en cuenta los intereses de todos los sectores marítimos y su impacto en el medio marino, así como su contribución al cambio climático y a la pérdida de biodiversidad. Sobre la base de un enfoque ecosistémico, la ordenación del espacio marítimo puede ayudar a alcanzar los objetivos de conservación y restauración y contribuir a una economía azul sostenible.
Imagen: Mapa Mundial – World Map
Fuente UE
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