El Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) ha aconsejado a la Comisión Europea que se ponga fin a la pesca de la sardina dada su escasez en aguas del Atlántico y del Cantábrico. Según el organismo científico, hay una enorme carencia de esta especie y solo con un parón absoluto de su captura se permitirá una reproducción que con los programas actuales de recortes no se ha logrado. La medida, en caso de aplicarse, afectará de lleno a la flota de bajura del País Vasco, así como del resto de la cornisa cantábrica y Portugal. En las últimas semanas ante el cierre del bonito se ha convertido la sardina en una especie importante para los intereses de los pescadores.
La organización que asesora a la Unión Europea sobre los recursos naturales y las posibilidades pesqueras plantea claramente un cupo «cero» para 2018. Según los datos de reclutamiento de ejemplares, la productividad ha caído y ha sido especialmente baja desde 2006, «por lo que la probabilidad de que se recupere en cinco años hasta determinados límites, es muy baja», indica el estudio.
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Fue el año en el que comenzó a bajar la productividad, que ha ido cayendo desde entonces
2006
La conclusión del dictamen corrobora el anuncio lanzado en julio, donde se proponía un parón de 15 años para la pesca de esta especie. Aunque de momento el anuncio no es vinculante, el informe será remitido a las autoridades europeas que habitualmente utilizan al ICES y a sus recomendaciones como referencia de sus decisiones en política pesquera comunitaria.
Tras el cierre de la costera del bonito, la pesquería de la sardina durante este otoño se desarrolla en la zona identificada como ‘VIIIb’ de aguas comunitarias, fuera de las seis millas francesas y a unas 30-40 millas al norte de Hondarribia.
Aumento de la demanda
Tradicionalmente, esta especie pelágica ha tenido escasa relevancia para la economía del sector de bajura, -a la sombra del bonito, la anchoa y el verdel-, hasta que en los últimos años se ha producido un incremento sustancial en coincidencia con el aumento en la demanda del mercado y la consiguiente subida en el precio de venta.
El pasado mes de enero, precisamente, un total de 59 barcos de cerco del País Vasco y de Laredo lograron la certificación MSC de pesca sostenible para la captura de sardina del Golfo de Bizkaia. Como consecuencia de ello, las piezas que se comercializan con el sello azul garantizan al consumidor que han elegido la opción más sostenible. «Aunque el volumen es menos importante que otras campañas, también tiene mucha importancia para los pescadores del Cantábrico y Noroeste», señalan desde