La Confederación Española de Pesca ( CEPESCA ) defiende que el mecanismo de control de las capturas denominado margen de tolerancia se aplique a la captura total y no por especie en la pesquería de atún tropical. Según la patronal, esta es la única alternativa para no incumplir la normativa de seguridad alimentaria que exige que el pescado capturado sea congelado en un período corto de tiempo y eliminar así la acción de microorganismos perjudiciales.
Cepesca, en la que están integradas la Asociación Nacional de Armadores de Buques Atuneros Congeladores (ANABAC) y la Organización de Productores Asociados de Grandes Atuneros Congeladores (OPAGAC), avala su petición con un estudio científico , firmado por expertos del centro tecnológico AZTI y el Instituto Español de Oceanografía (IEO), entre otros. Debido a las varias especies que se capturan y a los volúmenes que se embarcan en cada operación de pesca de la pesquería de atún tropical con arte de cerco, el estudio demuestra la inviabilidad de estimar a bordo la composición de la captura por especies de atún (rabil, listado y patudo) con un margen de error del 10% respecto a las cantidades desembarcadas, por requerir un esfuerzo de muestreo intensivo y prolongado que pone en riesgo la seguridad del producto.
Cabe recordar que, según el texto del nuevo Reglamento de Control propuesto por la Comisión Europea, la diferencia entre las capturas de cada especie de atún y de cada una de las especies asociadas estimadas por la tripulación tras cada lance y reportadas en tiempo real en el Diario Electrónico de a Bordo (DEA) no puede superar el 10%. Las
capturas contabilizadas en la declaración de transbordo y desembarque tampoco
pueden superar el 10% de margen de error.
Ante la negociación actual del nuevo Reglamento entre la Comisión, el Parlamento
Europeo y el Consejo de la UE, la flota española subraya que quiere cumplir la
obligación del margen de tolerancia, sin poner en riesgo la seguridad del consumidor y
mediante una aplicación realista y práctica para una pesquería multiespecífica
(diferentes especies capturadas de manera simultánea) y a granel (sin selección a
bordo), como es la de los túnidos tropicales.
Según Javier Garat, secretario general de Cepesca, “la aplicación de la obligación del
margen de tolerancia por especie, en el caso de la flota atunera cerquera congeladora, es un ejemplo claro de lo lejos que está Bruselas de la realidad y del recelo sin fundamento que existe por parte de los políticos hacia los pescadores. Ha de tenerse en cuenta –apunta Garat–, que el nivel de muestreo que se exige a bordo pone en riesgo el cumplimiento de la regulación sanitaria y que, además, no hay posibilidad de escapar del control, al contar con instrumentos como la nota de venta que refleja las capturas capturadas, desembarcadas y pesadas y es la información que se tiene en cuenta finalmente, según el reglamento de control”.
Solicitud avalada científicamente
Según el estudio esgrimido por Cepesca, las operaciones de pesca realizadas por los cerqueros atuneros tropicales permiten realizar estimaciones fiables de las capturas totales por lance, pero no estimar con exactitud las cantidades en kilogramos por especie, fundamentalmente, por tres factores: la no disponibilidad de tiempo, el tamaño exigido de muestreo para reducir el margen de error y las dificultades en la identificación de especies.
En relación con el primero, el estudio llama la atención sobre la importancia de que el atún sea congelado en un corto periodo de tiempo desde su captura, para evitar así el crecimiento bacteriano y, por tanto, la consiguiente generación de histamina; un proceso, señala, cuya aceleración es mayor en entornos tropicales con temperaturas oscilantes entre 30 y 40°C. En concreto, según la FAO, el almacenamiento de los productos de la pesca a 0° C, o muy cerca de 0° C, reduce la formación de histamina en el pescado a niveles mínimos, por lo que el factor clave en este aspecto de la seguridad alimentaria es el tiempo transcurrido desde la captura hasta su congelación.
Respecto al tamaño del muestreo, los autores señalan que el tamaño de la muestra debe aumentar exponencialmente según el volumen de la captura, con el objetivo de que en la estimación estén representadas las tres especies, incluidas las menos abundantes. Así, en el caso de especies poco representadas, como el patudo, alcanzar un margen de error igual o inferior al 10% supondría muestrear a bordo al menos el 80% de la captura total de cada lance, un porcentaje inviable por limitaciones de tiempo y espacio.
Por último, el estudio incide en la dificultad para distinguir ciertas especies de atún, en concreto los ejemplares juveniles de patudo y rabil, por sus similitudes morfológicas
externas. En particular, señalan que características internas, como la forma y escarificación de los lóbulos del hígado, aptas para su identificación en otra clase de entornos no serían válidas para un muestreo intensivo a bordo.
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