La reducida flota pesquera de Cartagena aún goza de buena salud, pese a los recortes en días de faena a los que la ha sometido la Unión Europea en los últimos cinco años. Aunque desde 2020 el sector ha perdido una media de 87 jornadas de pesca por barco, los profesionales del mar han capturado en lo que va de año un 27% más que en las mismas fechas del pasado 2023, algo que, según ellos, demuestra «el buen estado en que se encuentra el caladero», explicó a La Verdad el patrón mayor de la Cofradía de Cartagena, Bartolomé Navarro.
Del 1 de enero al 9 de septiembre de este año, los siete barcos de arrastre, los dos de palangre de superficie, los dos de camarón, los dos de cerco y los diecinueve de artes menores cogieron 361.470 kilos, mientras que en las mismas fechas del año pasado fueron 284.201. «Cómo puede ser que nos digan que los caladeros están sobreexplotados sin hacer un estudio pormenorizado de cada uno de ellos. Estamos sacando más pescado que nunca y no nos quieren creer. Por eso es injusto que nos hayan quitado tantos días de pesca. Nosotros somos los principales interesados en que nuestra zona de faena esté bien. Somos los que más la cuidamos. Actualmente, el caladero está me- jor que nunca», aseveró Navarro.
Litoral mediterráneo
El responsable de esta situación es el plan aprobado por la Unión Europea para regular las capturas en el litoral mediterráneo, que incluye especies como la merluza, el salmonete, la cigala, la gamba blanca, la gamba roja y la gamba de altura, en vigor desde el año 2020. Por esas cada vez mayores restricciones, unidas a las paradas biológicas obligatorias de casi dos meses y medio al año, más los días de mal tiempo que les impide salir al mar, los pescadores han dejado de faenar más de seis meses al año, algo «inasumible».
Los últimos recortes fueron en enero. Entonces perdieron otros diez días, aproximadamente, aunque eso depende de cada barco.
Lo único bueno es que este será el último o «al menos eso espera- mos», señaló el patrón mayor.
Este aumento de las capturas deja al descubierto las políticas europeas. Para refrendar esta situación, la Cofradía de Pescadores encargó un estudio sobre el estado en que se encuentra el caladero donde de lunes a viernes lanzan sus redes, para recoger los productos tan buscados en las pescaderías de Cartagena. En las conclusiones, publicadas hace un año y medio, se avala que la zona de faena «está en buen es-
tado». Tan solo evidencia una sobreexplotación de la merluza, pero en unos niveles mínimos y cuya recuperación es posible en escasos meses, según el informe.
La investigación se centra en especies como la merluza, el sal- monete, la cigala, la gamba blanca, la gamba roja y la gamba de altura, precisamente en las que la Unión Europea cree que están más amenazadas en el litoral medite- rráneo. Y en todas ellas, excepto en la primera, indica que gozan de buena salud y con una canti- dad óptima para la reproducción y mantenimiento de la especie.
Pescadilla y salmonete
Solo en pescadilla, en lo que va de año ya han capturado 17.000 kilos, mientras que de enero al 9 de septiembre de 2023 cogieron 9.135. Mientras, de salmonete ya llevan 21.125, y el pasado año fueron 18.140 kilos, según los datos aportados por la Cofradía de Pescadores. Las cifras totales, seguirán creciendo. Esperan que el porcentaje de incremento se mantenga, para hacer un poco rentable un sector que en los últimos años ha sufrido revés tras revés. Si las capturas van a su favor este año, también lo están siendo los precios. Solo en las tres últi- mas semanas, el coste medio del kilo ha crecido un 15% con respecto a las mismas fechas de 2023, según las fuentes consultadas.
Los precios en lonja
El verano en cuanto a ventas se refiere para los pescadores de Cartagena ha ido «bien». No como esperaban en un principio, pero «medianamente aceptable», confesó el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores, Bartolomé Navarro. Y lo sigue siendo, ya que en las últimas tres semanas el coste por kilo ha crecido entre un 10% y un 15%, debido «a la afluencia de turistas que aún quedan en la costa, sobre todo en La Man- ga y en Cabo de Palos, donde los restaurantes aún nos piden bas- tante género, algo que otros años no pasaba tanto».
Ese aumento del precio se deja ver en la mayoría del género que llega a la subasta de la lonja, en el muelle de pescadores. «Los restaurantes tiran de nosotros porque saben que nuestros pescadores faenan en aguas locales y eso tiene mucho tirón», añadió. Los hosteleros no pueden acudir directamente a comprar a la lonja, tienen que adquirir elproducto a través de pescaderías, que son las que tienen la licencia para poder hacerlo. Estas preparan sus pedidos y se los llevan directamente. De esta forma, está asegurada la trazabilidad del producto.
Gamba roja grande
La pescadilla se vende estos días entre 10 y 11 euros el kilo, mientras que el pasado año por estas fe- chas entre 8 y 9 euros. El salmonete sale ahora a 9 euros y en 2023, a 8. El gallo pedro se vende entre los 39 y los 40 euros el ejemplar y según el peso, más caro que el pasado ejerciio. La gamba roja gorda va entre 80 y 82 euros, mientras que en 2023 era mucho menor, alre- dedor de los 60 euros. A ello hay que sumarle un 10% de IVA. Aspiran a que es- tos precios se mantengan unos días más, ya que aguantarlos hasta finales del mes será muy complicado, porque saben que la demanda bajará.
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