Las cámaras a bordo de los buques siguen levantando controversia. Todo ello, se ha demostrado en una sesión del Parlamento Europeo. No obstante, tras dos años de tramitación y debate todavía subsisten puntos de discordia. Y, vuelve a demostrarse que llegar a un consenso para definir el reglamento comunitario de control de la flota pesquera es una empresa harto difícil.
En principio, se requiere una nueva normativa introducir modificaciones en normativas diferentes como el uso de cámaras de circuito cerrado de televisión (CCTV) para vigilar el cumplimiento de la obligación de desembarque (OD), o la la introducción de un sistema de localización para todas las embarcaciones, incluso aquellas más pequeñas, o la generalización del uso del diario electrónico de a bordo (DEA) a los buques menores de doce metros.
La eurodiputada socialista Clara Aguilera, ponente del informe de opinión sobre el reglamento, ha tratado de lograr el mayor consenso posible en la Comisión de Pesca de la Eurocámara, coordinándose incluso con su colega popular Gabriel Mato para tratar de que esa nueva tecnología que casi con toda seguridad tendrá que ir incorporando la flota comunitaria, pudiese ser financiada a través del FEMPA (Fondo Europeo Marítimo de la Pesca y la Acuicultura).
La mayor parte de los eurodiputados de la Comisión de Pesca apoyan que la incorporación de cámaras a bordo sea voluntaria. El gallego Francisco Millán Mon es también uno de ellos. En su opinión, meter circuitos de televisión a bordo debería ser voluntario o, en todo caso, que su imposición como castigo se limite a los barcos de más de 24 metros que infrinjan de forma reiterada la obligación de desembarque, pues para eso las pensó la Comisión y no para cualquier tipo de irregularidad, añadió la eurodiputada vasca Izaskun Bilbao, de Renew Europe
En un informe con 62 enmiendas de transacción agrupadas en 26 bloques se marca el objetivo armonizar el sistema de control e inspección para evitar «un sentimiento de injusticia entre los Estados miembros», explicó Aguilera.
La Eurocámara sugiere dar un plazo de 4 años tras la aprobación del reglamento para que la flota adopte las medidas técnicas que contiene la regulación, un período que en la propuesta de la Comisión era de dos años. Pero ese es un aspecto de los menos controvertidos. El más espinoso es la introducción de cámaras a bordo. Aguilera admite que su sugerencia no cuenta con un apoyo mayoritario.
La ponente, que exime a la flota artesanal de embarcar al Gran Hermano, aboga por obligar a incorporarlo a aquellas embarcaciones cuyo riesgo de incumplimiento sea alto. Serían aquellas que tiene identificadas la Agencia Europea de Control Pesquero (EFCA), que la eurodiputada visitó en la ronda de consultas que hizo para elaborar el informe y a la que pretende dotar de mayores competencias.
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