Predecir las tendencias del mercado tras el largo periodo de restricciones debido a Covid-19, previendo una imagen de las perspectivas de la industria pesquera europea, no es una tarea fácil. Según el último análisis de la AIPCE-CEP se trata de detallar algunos pasos de cómo la pandemia y la consiguiente conciencia de la necesidad de un mayor cuidado del medio ambiente han afectado a los hábitos de consumo y a la industria pesquera.
La emergencia de Covid ha perjudicado a la industria del pescado fresco, principalmente por los problemas relacionados con la logística. Pero aunque la pandemia ha afectado a la cadena de suministro, el consumo de pescado sigue aumentando.
En los Estados miembros de la UE, las compras de productos del mar no dejan de aumentar y, según el último análisis de la AIPCE-CEP, la demanda de pescado blanco, como el bacalao, sigue creciendo.
La caballa, el arenque, las anchoas y los pequeños pelágicos en general se han vuelto más populares. Esta tendencia contribuye a reducir los daños causados por el cambio climático. Las poblaciones de peces pelágicos pequeños gestionadas adecuadamente pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la huella de carbono de la humanidad.
Se espera que el norte del mundo vuelva a los patrones de consumo anteriores, por lo que el arenque, la caballa y las sardinas tendrán una mayor demanda. Esto podría ser una buena noticia para las plantas de procesamiento de pescado en Europa, donde cada vez se utilizan más máquinas de alta tecnología para procesar grandes cantidades de pescado pequeño.
Para hacer frente a la crisis, muchas empresas han experimentado con la entrega a domicilio. Una medida que ha tenido tanto éxito que muchos establecimientos quieren seguir prestando estos servicios, con o sin pandemia.
¿Cómo afectará esto a la industria de transformación del pescado en el futuro? A medida que la pandemia vaya remitiendo y la gente vuelva a comer en restaurantes, tanto los supermercados como las propias empresas seguirán ofreciendo servicios de entrega de comidas frescas, pero también preparadas, para no perder una interesante porción del mercado.
La tendencia a comer «de la aleta a la cola» y no tirar nada
«Comer de la aleta a la cola» es un mantra que anima a los consumidores a desechar lo menos posible del pescado. Es una tendencia que, con la creciente preocupación por la sostenibilidad, está cambiando nuestros hábitos alimentarios. Los arenques, las anchoas y otros pequeños pelágicos se prestan perfectamente a este estilo de vida, ya que casi siempre se comen enteros.
Al principio de la pandemia, las estanterías de los supermercados de todo el mundo estaban completamente vacías de atún enlatado y de pescado congelado. Tras un interminable periodo de restricciones, las ventas de alimentos enlatados y congelados/congelados siguen creciendo.
La trazabilidad y la sostenibilidad son conceptos cada vez más importantes
Además de elegir especies de pescado más pequeñas, los consumidores se preocupan cada vez más por la trazabilidad y el impacto medioambiental de los productos del mar cuando deciden comprarlos.
Es probable que los consumidores estén dispuestos a pagar un poco más por un producto basado en la frescura, la calidad y la procedencia.
¿Qué dirección tomará la industria europea de productos del mar?
En general, las perspectivas de la industria europea de productos del mar son optimistas, obviamente sólo si puede seguir las últimas tendencias de consumo.
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