El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, responde a los eurodiputados gallegos Millán Mon y Vázquez Lázara y reconoce la necesidad de proteger a la industria europea.
El comisario europeo de Comercio, Maroš Šefčovič, ha reconocido por escrito la sensibilidad del sector de las conservas de pescado en el marco de las negociaciones para un acuerdo comercial entre la Unión Europea y Tailandia. Lo ha hecho a través de dos misivas dirigidas a los eurodiputados gallegos del Partido Popular, Francisco Millán Mon y Adrián Vázquez Lázara, que habían trasladado a la Comisión Europea la preocupación de la industria conservera española, especialmente la asentada en Galicia, líder comunitaria en el sector.
Šefčovič subraya que Bruselas es consciente de que las conservas de atún y otros productos pesqueros constituyen un ámbito “particularmente sensible” en la negociación, y garantiza que el Ejecutivo comunitario actuará con “equilibrio y responsabilidad”, teniendo en cuenta tanto la apertura comercial como la necesidad de preservar la competitividad y el empleo en Europa.
La industria conservera gallega concentra más del 80 % de la producción española y alrededor del 50 % de la europea. Genera miles de empleos directos e indirectos en localidades costeras y sostiene un tejido empresarial que depende en gran medida del acceso a mercados internacionales. La posibilidad de que un acuerdo con Tailandia rebaje aranceles a las conservas asiáticas despierta inquietud en el sector, que teme una competencia desleal, dado que los estándares laborales y medioambientales tailandeses son menos estrictos que los europeos.
Millán Mon y Vázquez Lázara trasladaron oficialmente esta preocupación a la Comisión, reclamando que se excluyan las conservas de pescado de las concesiones arancelarias o, al menos, que se establezcan cláusulas de salvaguarda estrictas. En su respuesta, Šefčovič insiste en que el sector “está en el centro de las discusiones” y asegura que cualquier concesión comercial deberá ir acompañada de mecanismos de control que eviten distorsiones en el mercado.
La UE y Tailandia reactivaron en 2023 las conversaciones para un tratado de libre comercio, interrumpidas durante casi una década. Entre los objetivos principales figuran mejorar el acceso a mercados, reforzar las inversiones y consolidar compromisos en sostenibilidad. Sin embargo, el capítulo pesquero es uno de los más polémicos, pues afecta a un producto con gran valor económico y social en países como España, Francia o Portugal.
Las patronales conserveras, como ANFACO-CECOPESCA, ya han advertido de que una apertura excesiva del mercado europeo a las conservas tailandesas podría tener consecuencias devastadoras para el empleo en Galicia. Reclaman a la Comisión que mantenga la actual protección arancelaria y que exija a Tailandia cumplir con estándares equivalentes en materia laboral, medioambiental y de trazabilidad antes de permitir un acceso más amplio al mercado comunitario.
La respuesta de Šefčovič constituye un primer gesto hacia las demandas del sector y de los eurodiputados gallegos, aunque no despeja todas las incógnitas. Las próximas rondas de negociación serán decisivas para comprobar hasta qué punto Bruselas mantiene firme la defensa de un sector que, además de su peso económico, tiene un fuerte componente social y territorial en Galicia.
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